Hay señales bien claras de lo que va a pasar en el PRI; una cargada a punto de darse, y como anecdotario, destaca la militancia inmadura de Marco Mena, y por tanto su descarte.
Dicen que el triunfo de los Potros del Edomex sobre nuestra manchi escuadra, de los Coyotes de Tlaxcala (sí hombre propiedad del prestanombres, digo, del empresario Rafa Torre) más o menos puede tomarse como un suceso premonitorio de lo que se avecina, para la elección de 2016.
No digo que las pulgas se hayan cargado al coyote más flaco, que a estas alturas ya no ve lo duro sino lo tupido, pero hombre nadie puede ocultar que las cosas comenzaron a hacerse complejas. Y lo que falta.
Aquellos fieles de corazón –y puntuales para cobrar sus mesadas- ya analizaron la permanencia en el manchiequipo y llegaron a conclusiones lógicas. Decidieron dejar el barco que ya se hunde.
Es claro que tienen temor, mucho temor, primero de ser vistos como traidores a quien ha fungido como su patrón –bueno unos insisten en verlo como su amo- pero, esto de la política es así y los grupos otrora encumbrados acaban, como está acabando el marianismo: solo y maltrecho.
Y la final disputada entre Coyotes y Potros del Estado de México , les decía, puede tener un alto contenido de lo que está por venir.
Le falta tiempo
De acuerdo con el estatuto del PRI, a Marco Antonio Mena Rodríguez, le hace falta tiempo de cocción como aspirante a la candidatura a gobernador.
Tal vez sus impulsores andaban tan ocupados en sacar agendas apretadas y comprometidas que pasaron por alto un detalle básico. Tiene como militante apenas un año seis meses; la convocatoria marca que el aspirante debe tener un mínimo de diez años.
Esto podría cambiar el contexto en el cual se realiza el palomeo de quien habrá de suceder a Mariano González Zarur.
Mena Rodríguez aparece como militante a partir del 17 de julio del 2014, lo cual fue certificado por un notario público que dio fe de ese hecho. Es decir tiene una militancia de un año cinco meses según la propia información del portal del PRI.
Ganó las elecciones para diputado local en los comicios intermedios del 2013, pero sin ser miembro activo del PRI según la información disponible y que fue verificada por e-consulta en la siguiente dirección electrónica http://pri.org.mx/JuntosHacemosMas/NuestroPartido/Miembrosafiliados.aspx.
¿Cambio de estafeta?
Es notable la determinación del ex rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), Serafín Ortíz Ortiz, para participar en la contienda de 2016.
Labores consistentes de suma de grupos y liderazgos reafirman la tesis del orticista más añoso y por tanto con unos colmillos así de largos y torcidos: el ex gobernador Héctor Ortiz, para quien en este suelo muy parejo entre todos los aspirantes, tendrá posibilidades aquél capaz de construir con materiales pequeños, no con los acostumbrados corportativos a través de los cuales en su momento el ungido candidato ya era prácticamente mandatario.
No dudo que la convocatoria del actual diputado local y la confianza de su carnal, igual lo unjan como el sucesor del influyente grupo, cuyo mejor momento se vivió de 2004 a 2010.
Veremos si de hoy en adelante, el muy probable candidato del PAC y aliados, al gobierno de Tlaxcala será quien se encargue de realizar las actividades que habitualmente desempeñaba el más viejo de los dos.
Al parecer Héctor busca una vida menos ajetreada. Y la confianza, pues la tiene Serafín.
La contra del PRD
Está por confirmarse pero, un raro activismo de Guadalupe Acosta Naranjo, para impedir la alianza entre panistas y perredistas tendría que ver con la intentona, última en su quehacer, para ofrecer ¿a quién creen ustedes la candidatura perredista?… A Maricarmen… sí señor.
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