Partiría de la creencia que más tiempo en el Congreso haría competitivo a dicho poder, y no entregaría al PRI las diputaciones de tiempo tan reducido.

Martín Ruiz

Parte de las reparaciones de aquél dos por ciento de la manchirreforma electoral, tras el  rotundo palo asestado al Congreso de Tlaxcala por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), varias fuentes revelan la línea muy clara, tirada desde el CEN del PAN a sus diputados tlaxcaltecas, en el sentido inverso de lo que se proponían.

Es decir, dicha insUn-tercero-para-el-PRI-de-BCS-sera-un-error[1]trucción impulsa alcaldes de un año ocho meses, en tanto que la duración del próximo Congreso ronda en los cuatro años y ocho meses.

No quiero ni pensar en la que se les va a armar a los diputados tlaxcaltecas en los municipios si se hace realidad esta disminución en el tiempo de los alcaldes en el poder. Recordemos el grado de inconformidad cuando quitaron el voto a los presidentes de comunidad. Si a eso añadimos la disminución de tiempo, esto se pone color de hormiga.

Las posibilidades de concretar una reforma constitucional con esta nueva información debe contar con el voto de aprobación de los ayuntamientos. Así que el tiempo es el peor enemigo de los integrantes de la LXI, exhibidos por la Corte y hoy obligados a desquitar sus abultadas dietas.

Tampoco podemos omitir que la instrucción superior de Acción Nacional a sus legisladores tenga que ver con el acuerdo para cubrir las espaldas al mandatario manchis, necesitado de un Congreso a modo a la orden de quien lo suceda –partiendo de la creencia que será alguien de su confianza- para poder dormir tranquilo durante el lapso constitucional que lo hace vulnerable para eventuales juicios por la distracción de recursos públicos y otras acusaciones dentro de un expediente así de grueso en contra suya.

La convocatoria del tricolor

Dos eventos de singular relevancia en el PRI marcan una agenda por lo menos plena.

La inminente publicación de la convocatoria que da luz verde a quienes aspiran a algún cargo portando los colores del partidazo, y una supuesta reunión en Casa de Gobierno, en la cual sería planteada con la frialdad que el caso ameritaba la asunción del diputado federal Ricardo García Portilla, haciendo a un lado a quien ya tenía recorrido un trecho más que importante: Marco Antonio Mena Rodríguez.

Esto no deja de tener interpretaciones encontradas.

Mena Rodríguez y su intenso activismo habían hallado un cierto equilibrio al que los puristas llaman correlación de fuerzas.

Y aquí no podemos dejar de observar la molestia que dicho desplazamiento causaría en la fila encabezada por el ex senador Joaquín Cisneros Fernández, uno de los principales impulsores de la causa de Mena Rodríguez.

Si esas huestes advirtieran el favoritismo hacia Ricardo García, un elemento ciento por ciento marianista, no dudo que pudieran adoptar nuevos rumbos.

Y si recordamos aquella frase de Joaquín, asintiendo en la fuerza de su sobrina Lorena Cuéllar Cisneros, podríamos ver que un cambio radical en el ánimo del PRI y su direccionamiento.

Ello nos hace pensar en una entrega de la plaza por parte de un Mariano González, reacio a las noticias más frescas que describen el palomeo del presidente Peña Nieto, en la renuncia de varios funcionarios federales para llevar los colores del PRI en las próximas contiendas a dichas gubernaturas, como fue el caso del director general del Infonavit y la titular de la Profeco.

Si a esto añadimos comentarios nacionales como el hecho hoy por Ricardo Alemán en el periódico El Universal –y su continuidad en temas como el discurso de Manlio Fabio Beltrones- señalando a Anabell Ávalos Zempoalteca, encabezando una terna priísta, seguida de Marco Antonio Mena y allá en un distante tercer sitio a Ricardo García Portilla, podemos ver varios mensajes no menos relacionados con la moneda en el aire en el sitio donde se decide el rumbo de los estados, o sea en Los Pinos.

Por cierto, dicen que hoy por la mañana Marco Antonio Mena solicitará licencia a su cargo como presidente estatal del PRI para entrar de lleno en la pelea por la candidatura del tricolor al gobierno de Tlaxcala.