Y le dio una cátedra sobre los códigos actualizados del PAN, donde Ricardo Anaya tendió puentes de comunicación y Calderón firmó acuse de recibido.
Si se trataba de un ex presidente de la República, no de un animador de campañas políticas para sumar popularidad a una aspirante a la candidatura a gobernadora, Adriana Dávila Fernández.
A lo mejor se sintió frustrada porque habría preferido a un Felipe Calderón menos lacónico y monosílabo; que no diera a la militancia de su partido la facultad para decidir quién será su abanderada o abanderado.
Al final de la jornada quedaron de manifiesto los buenos resortes de la senadora Dávila, capaz de convocar a un ex mandatario a celebrar su 53 aniversario, y de paso sumarle reflectores.
En la mesura de Calderón se vio lo que pueden ser los códigos actualizados de ese partido, con un Ricardo Anaya, de visión amplia y evitando el sectarismo a toda costa y un Calderón dispuesto a corresponder, sustituyendo aquellas expresiones como: “aiga sido como aiga sido”, por un lenguaje de formalidad que refleje la preocupación de la Derecha mexicana por recuperar su identidad, sobregirada en aquella entrega a Peña para concelebrar el Pacto por México.
Error tras error costó a los panistas la Presidencia. La discreción de Felipe dio ayer el toque sensible a esa suerte de atrincheramiento de los fratricidas panistas encargados de atizar cada día la flama de la división.
Por eso Calderón tuvo que tragar aquellas palabras de ir solos abriendo brecha. Ayer se tomó en serio la posible alianza con el PRD, y con todos aquellos con quienes pueda labrar el músculo necesario para volver a hacer la hombrada de Fox en 2000: echar al PRI de Los Pinos.
El michoacano, que en ninguna circunstancia ha podido catapultar la carrera de su hermana Cocoa, se dejó ver parco y regateó sonrisas, como cuando era Presidente y se metía en las casacas militares tres tallas más grandes de lo que su humanidad podía llenar.
Acaso esa parquedad fue un mensaje a Adriana, para que ceda en su tarabismo y acceda al lenguaje con el número necesario y decente de palabras, con más contenido que estruendo, con más cacumen.
Además de perder elecciones, también se aprende con el ejemplo de buena voluntad. Y creo que Felipe fue generoso en ese sentido. Y hasta evocó los momentos de aquella guerra declarada al intangible crimen organizado, guerra que costó miles y miles de muertes y desapariciones, y que nos ha llevado al desprestigio global.
Una cosa nos queda clara. Solos, los partidos políticos serán incapaces de competir al PRI. Sucumbir en el Pacto por México fue una maniobra tan talentosa de Peña Nieto que ni él mismo la había calculado con ese sentido de destrucción ideológica.
Será por eso que el tricolor, al menos aquí en Tlaxcala se ha reservado el palomeo de quien lo representará en la elección de 2016.
Tres divas tres
Helas ahí, haciendo su lucha, las tres senadoras de la República, dos de las cuales llegaron por el efecto López Obrador, y una más –curioso verdad- induciendo la derrota de su compañero de fórmula.
Matan a empresario gallero
Recomendado por Marianito González Aguirre –su entrañable amigo- Alejandro Ceja Rodríguez, de 46 años, director general de la empresa “Gallística del Noreste, S.A. de C. V.”, operó aquí en Tlaxcala el palenque y el casino. Hacía lo mismo en las mejores plazas del país: San Marcos, Puebla, Monterrey.
Hace unos dias, faltando diez minutos para las seis de la tarde, lo asesinaron de dos tiros; uno en la espalda y otro en la cabeza. Así lo narran medios de Monterrey, donde fue abatido:
La ejecución se registró la tarde del lunes pasado en el interior del Restaurante-Bar “Los Tres Pelícanos”, que se ubica en la calle Paseo de los Eucaliptos, entre la avenida Lázaro Cárdenas y la calle Paseo de los Cipreses, en el fraccionamiento Del Paseo residencial, en la zona sur de la ciudad de Monterrey, Nuevo León.
Alejandro Ceja estaba comiendo mariscos en el restaurante y en determinado momento se dirigió a los baños de hombres.
Momentos después cuando salió, fue alcanzado por un individuo de entre 20 y 25 años, quien le disparó por la espalda con una pistola tipo escuadra calibre 9 mm., matándolo de manera instantánea.
Los antecedentes de Ceja no eran buenos. En varias plazas le achacaban homicidios y otros delitos. Tlaxcala no era excepción.
Mas la protección de que gozaba siempre fue digna de comentarse.
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