La crónica de las lágrimas de manchicocodrilo…* El PAN Adrianista y su adelantada justificación de la derrota en 2016… ***Eréndira y su doble papel en la manchirreforma
Órale con esos quiebres de temperamento, snif… ¿no ven que fueron cinco meses de reactivación de la autoestima? El cuerpo se deja llevar por esas tremendas agendas que han de cambiar el destino del país. Bueno, está bien, no lo cambian mucho, pero qué tal los reflectores, la fama, el buen nombre. Okey, lo del nombre no lo incluimos, pero no me van a regatear lo de los discursos del nuevo federalismo y demás conceptos que ojalá en manos de Eruviel Ávila, sean menos artificiales.
Llegó el fin del encargo en la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), ¿mejoró nuestra economía, incrementó el turismo, somos más democráticos, hicimos las grandes gestiones?
Quisiera ser más consistente y menos interrogante, pero ni por dónde.
Tendremos que enfocarnos a la sensibilidad mariana… una mezcla de histrionismo con la nostalgia otoñal del bigotón más tipo, capaz de soltar el llanto porque acabaron cinco meses de tener chance de dejar al estado que se gobierna, con justificación en mano. Hasta con los gastos pagados para ir a París. La verdad, la pasamos bien, pero hasta lo bueno cansa, y esa oportunidad de reflectores se acabó.
Sirvió para advertir lo que viene en el inminente último año de gobierno; hombre, si por cinco meses lloró, por seis años, nos va a hacer un tango.
Son buenas las comparaciones
Hace bien la senadora Adriana Dávila Fernández, ensalzando los recientes triunfos electorales de Francisco Domínguez, en Querétaro y, Carlos Mendoza, en Baja California Sur.
Su puntual artículo plantea a la pureza ideológica de su partido, como factor de impulso a las carreras de exitosos políticos albiazules, como los dos citados aquí arriba.
Rotundas victorias en Querétaro y Baja California Sur.
No son muy parecidas a Tlaxcala, ni hablando de las preferencias de la gente, y siendo honestos, tampoco del liderazgo de Domínguez y Mendoza, comparados con Dávila en Tlaxcala. Aquellos ganaron. Esta no.
Alienta ver siempre el vaso medio lleno. Y también la pretensión de igualar a los panistas de Tlaxcala con los de esas dos entidades, una del centro para arriba y la otra más norteña que ninguna.
Y aunque son legítimas reflexiones, miren que las cifras son frías. Y el PAN, ni con brujería podría solo doblegar al PRI.
Por eso ha sido bueno el reconocimiento de la senadora Dávila, a las malas condiciones internas de su instituto político. Ahora, soluciones efectivas no se ven en el corto plazo. El partido tiene severas pústulas, y a nadie para curarlas.
Así que es lógico pensar que ciertos grupos del PAN puedan unirse con otros, simpatizantes de PRI o de la Izquierda. Y así, como quien junta hormigueros pueden aspirar a una votación superior a la registrada el siete de junio.
Apostar al aislamiento, queriendo parecer Querétaro o Baja, es una graciosa forma de adelantar la derrota, acaso porque algo más gordo ya se habrá negociado.
Bajo esas estrategias perversas pero efectivas, es como los azules gobiernan tantos municipios en Tlaxcala. En ninguno de ellos se topa uno con una militancia tan definida hacia el PAN que el triunfo sea producto de una espontánea manifestación democrática.
Advierto un respeto más allá de lo creíble por el PRI.
Lo bueno para los panistas es que Adriana Dávila no es, el sinónimo de partido. No, es una rara beneficiaria que ha decantado en cierto proyecto –muy alejado del PAN- y aplana un camino en el cual irán quedando pequeños liderazgos de los que pudo haberse obtenido un mejor rendimiento.
La panista perredista
Menudita y graciosa, Minerva Hernández Ramos –dicen que factor de bancarrota de ASA- ha comenzado a visitar municipios para llamar a las fuerzas vivas, a unirse a su proyecto panista ganador rumbo a la gubernatura en 2016.
Sus Operadores, Cristobal Luna y Saúl Hernández, son la seriedad en persona, y la demostración que no importa ni partido ni calidad moral, sino las ganas que le pongas buscando hueso y qué tan atarantados anden los ciudadanos para creer en tí.
Ahora resulta
Nos dicen que la reforma electoral recién aprobada, en súbita sumisión panista, tendría a una singular cómplice en la presidenta de la Comisión de Asuntos Electorales.
Siendo una fuente confiable quien nos lo ha detallado, no dejé de sorprenderme, porque entonces la seño diputada en cuestión tiene una capacidad para el doblez, que nos ha tomado el pelo, criticando contenidos y plazos de la mencionada ley.
Y si no hubiera sido porque la vieron con el propio señor Manchis, convenciendo gente, arrimando lana y en pocas palabras, haciendo campaña, no sería tan aparatoso darnos cuenta que, de Izquierda o de Derecha, con los 2.5 millones que dice Baldemar, o con menos, de todos modos se han alineado con el que acabó por firmarles sus cheques y carcajearse de todo y de todos.
Así que mientras mesié Manchis andaba en La France, aquí ya todo estaba cocinado, en un omelet con salsa perredista, yemitas panistas y hasta basuritas como las de cierta representante popular del Partido Alianza Ciudadana.
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