Hace falta una verdadera reforma que detenga el saqueo del país, mientras los focos rojos se incrementan; Tlaxcala pese a ser el estado más pequeño no se libra.
Sumar las millonarias propiedades del ex gobernador de Oaxaca Pepe Murat, en Nuevayork, en el famoso Time Warner Center –donde tienen departamento los más ricos del mundo- al beliz de desencantos del retorno tricolor al poder, compromete al presidente Enrique Peña Nieto a ampliar su espectro informativo no solo a él mismo, a Videgaray y hoy, al ex gobernador de Oaxaca, sino a los Gamboa, a los Beltrones y a tantos ex mandatarios y otros muchos en el poder.
No está de más aclarar la pertenencia de ranchos de toros bravos en España, ya ven que atribuyen a un potentado bigotón esa (des) gracia.
Al país no solo le hace falta una policía confrontada con el pueblo. Merece el equilibrio ante cuya ausencia, cada día son más profundas: pobreza, violencia y odio acumulado.
La reacción de Peña para nombrar secretario de la Función Pública a Virgilio Andrade, no debería ser únicamente para exculparse a sí mismo y a su esposa.
Todos esos millones de dólares para comprar mansiones han provocado demasiado dolor al país. Cientos de muertos y desaparecidos, ante un claro escenario donde los poderosos no solo se muestran insensibles ante la miseria. Lejos de solidarizarse, han desatado una verdadera política de exterminio.
El saqueo hasta en los estados más pequeños, como el nuestro, se traduce en familias al desamparo, sin empleo, expuestas a un creciente crimen. Y en el colmo del cinismo, los responsables organizan el llamado informe ciudadano, que no es más que un hoyo por donde se escapan los recursos, esos sí negados a ancianos, desempleados.
¿Pues de qué otra forma puede financiarse esa ofensiva danza de helicópteros en los cielos del estado más pobre del país?
Y así como afloró parte de la fortuna de Murat Casab en Nueva York, quién mete las manos al fuego por esa horda de voraces políticos, buenos para el saqueo y mejores para sentir ganas de acabar con un pueblo que, con estos desplantes no tiene de otra, más que acumular y acumular desamor.
Daño patrimonial
Inconsistencias por más de 27 millones de pesos en las cuentas públicas del ex alcalde apizaquense, Orlando Santacruz Carreño de 2012 y 2013, ennegrecen su panorama político y, entre otras sanciones lo obligan a devolver ese monto, sobre el cual los auditores establecieron que no existe la documentación comprobatoria que justifique la correcta aplicación de las partidas que dicho ex alcalde recibió dentro del programa Subsemun.
Esa auditoría se practicó del 7 de agosto al 11 de septiembre de 2014 en la Contraloría del Ejecutivo de Tlaxcala, y quedó bajo los auditores coordinadores, Arturo Villalobos Cruz y Uriel Urban Ramos. Fungieron como auditores comisionados, Miguel Ángel Carreño Cisneros y Miguel Ángel Cabral Rivas.
La resistencia del ex munícipe a reconocer su responsabilidad lo llevó a avanzar un trecho importante en el contexto panista rumbo a la selección de sus candidatos, sin embargo se trata de asuntos más allá del tema partidista. Aquí hay un daño patrimonial y alguien lo tiene que enmendar.
Los resultados de la auditoría muestran que el municipio de Apizaco incumplió la normatividad que regula el referido programa, lo que ocasionó operaciones contables, presupuestales y patrimoniales irregulares.
Asiste Mariano a informe de Aristóteles Sandoval
Al mandatario tlaxcalteca le hacía falta convivir con un colega realmente joven como Aristóteles Sandoval y con logros como posicionar a Jalisco en el segundo lugar nacional en creación de empleos.
Jalisco viene curando sus heridas tras el castigo al que fue sujeto por un crimen organizado que lo desmanteló. Las ejecuciones motivaron un triste éxodo de familias acostumbradas a la bonanza de Guadalajara y su zona conurbada.
Tenía que llegar alguien con los suficientes arrestos como para dar la vuelta al decrecimiento casi sistemático de uno de los estados más ricos de México, pero también de los más expuestos a la inseguridad.
Mucho debe traer Mariano tras asistir como invitado especial al informe de Aristóteles, y ver cómo un ejecutivo sin los años encima, es capaz de cumplir cabalmente con el protocolo que lo obliga a comparecer ante los diputados al Congreso de ese estado, y sobre todo, tener algo de qué informar a una asamblea de naturaleza plural.
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