La mayoría andaba ocupado planeando la cirugía o escogiendo el color del nuevo auto, cuando se dieron cuenta que, ¡también trabajan!
Haga usted de cuenta que les arrojaron una cubeta de agua fría. La mayoría de los integrantes del Congreso, metidos en sus negocios se habían olvidado de la ineludible obligación de homologar las fechas de los comicios, federales con locales, pues para que ya dejemos de ser un pueblo dedicado a las alegaciones de antes y después del compromiso con las urnas.
El planteamiento, hecho por el coordinador panista, Humberto Macías Romero, hizo brillar los ojos de más de uno, aspirante a seguir cuesta arriba en sus respectivas carreras políticas… ya sabe usted, en el poder, solo un zombi no se ve como el personaje querido por la raza y con casi la obligación de permitirle a las fuerzas vivas de su rumbo, proponerlo como el baluarte -que no es- para seguirle buscando mangas al chaleco.
Hay que poner atención a la iniciativa del legislador huamantleco. Uno de los datos duros es el siguiente: «En el supuesto de seguir las bases electorales actuales en el Estado;así las cosas en el transcurso de 2010 a 2019 solo en tres años no habría proceso electoral».
Es decir, en el sexenio de las guarniciones y las manchigrecas, y en la mitad del siguiente, nada más tres años nos la pasaríamos libres de una elección. Eso es una pérdida de dinero y de tiempo.
Ahora, hay que tomar en cuenta que aquellos tiempos cortos, eventualmente considerados -gubernatura y alcaldías de un año y ocho meses- tienen también su atractivo, por ejemplo para la actual administración, donde no hay vacas gordas -porque las que había se las comieron- y por consecuencia, conviene tener adversarios desinteresados en las grandes campañas, que buscan los períodos completos.
Y no hay que hacer a un lado la autocrítica de la propuesta, así sin mayor preámbulo diagnistica ese marasmo parlamentario que últimamente destaca por emplear todo el tiempo en tumbar funcionarios y contar la centaviza en los cubículos de Acametitla, Zenteno y un tal Baldemar (oigan, dos millones por piocha… cómo no va a ser un distractor).
Lo llama parálisis legislativa.Una de sus razones, expone, tiene relación directa con las persistentes contiendas electorales… tenemos una democracia en la que a la par que se pretenden acuerdos, se libran batallas electorales o se está a la víspera de ellas prolongado en campañas políticas y proselitismo de los distintos partidos…
Cómo va a separarse lo serio de la Legislatura de los tiempos coyunturales, si lo electoral demanda más del tiempo que debiera.
Y resume de la siguiente manera la mescolanza esa que le platico:
I.-El aumento notorio en la falta de participaciónciudadana en hacerse participe de las contiendas electorales generando un mayor abstencionismo.
II.-El costo para el erario es enorme con comicios frecuentes y genera vicios notorios en los procesos electorales por el hecho de las constantes contiendas electorales.
III.-La coincidencia y la concordancia entre los poderes federales y los locales se ven muy mermados en algunos casos perdidos al ser renovados unos y otros en fechas distintas, quedando la comunicación, los proyectos y los acuerdos rotos o inconclusos.
IV.- Tareas muy importantes del órgano electoral local que tienen que ver con la promoción de la cultura cívica y la participación ciudadana, se ven mermadas con tanto proceso electoral, por lo que homologar las elecciones generaría un beneficio en la educación social para que la gente participe en las contiendas electorales y manifieste su interés y lo traduzca en votos para las diferentes.
Creo que el autor de esta propuesta, buscando la homologación de tiempos, desccubrió la base del cochinero en que, ha llegado a convertirse esto de la elección de autoridades en condiciones obnubiladas, ventajosas para unos y trágicas para el resto.
La Capach no tiene llenadero
Ahora que comenzó la administración municipal, llegó una bolita al ayuntamiento. Eran las gentes de la Comisión de Agua Potable (Capach) con una mala noticia: iban a cortar el servicio porque como no tenían para pagar el recibo de la luz, pues no había de otra.
Y así se reunió el Cabildo. Y a los de la Capach, por cierto, carnal e hijo del célebre ex alcalde Humberto Vega, les dieron la centaviza para pagar la luz.
El caso es que al otro recibo, pues como ya se habían aprendido el caminito, ¡regresaron!
Nada más que ahora el monto a pagar es superior a los seiscientos mil pesos.
Es tan grande la red de agua potable de Santa Ana que, estos fulanos han de estar empleando los billetes para otras cosas y no para ponerse a mano con la Comisión Federal de Electricidad.
El servicio es a penas regular. Y nada más vea usted el nombre del titular: Maurilio Vega Vázquez… ay, a quién se parece…
Presentan el carnaval
Por cierto, este domingo es la presentación oficial del carnaval de Santa Ana, una de las fiestas más coloridas y con mayor tradición. Muy ataviados con sus trajes ahí van a andar el alcalde, Antonio Mendoza Romero y el presidente del comité del carnaval, el mismo que se desempeña como director de servicios públicos municpales.
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