Su comportamiento no debería ser como el del diestro tras el burladero, pidiendo a la Vírgen lo cubra con su mantilla filipina, en su mejor escenario lo aguarda una vida regida por las leyes.

img1086

Rafael Ortega, el alcalde electo e impugnado de Apizaco, comienza mañana la gira de despedida de lo que podría ser una nueva cefalea en su vertiginosa carrera política.

Han llamado a esa serie de corridas, la despedida del mestizaje, y tienen -según vemos– un propósito múltiple: cosechar aplausos con un público que seguramente le es leal; pero también poner en práctica una aventurada medida, casi jugarse la vida de político, pues a diferencia de los minutos que dura una lidia, los tribunales tienen sus términos para que sea posible determinar si cortó o no rabo en la elección del siete de julio.

Tiene mucho que ver el apresurado actuar del diestro con su destino en el ruedo de la grilla. Mas esto de las leyes tiene tal distancia con las monedas al aire que cualquier profesional de estas lides preferiría una conducta discreta hasta tener en sus manos el reconocimiento del Trife porque, ya imaginarán ustedes que un descalabro de esta envergadura debe ser muy dificil de superar.

Ya lo veremos mañana sábado en Huamantla, en ese reencuentro con sus seguidores tlaxcaltecas, acostumbrados a ver a un hombre limpio y valiente, y no a un torero que ha devenido en vil candidato chanchullero.

De los guaruras de la casta divina

Tenía que ser... la conducta digamos relajada del gurarua y chofer de la niña de la casa -se acuerda que echó tiros en una cantina- puso al descubierto que el personal de papi, del medio hermano (es que está chaparro) y de la propia afectada, carecen de las correspondientes autorizaciones oficiales.

O sea, a quienes creemos garantes de la Ley andan con escolta chocolata.

Ni licencia actualizada para portar armas ni un poquito de formalidad para considerar prioritario el no andar como patrulla de Zacatelco (sin placas) como le gustaba a un ex presidente espurio del PRI.

El asunto es delicadísimo. Nadie, así sea guardaespaldas del más influyente de la comarca, tiene derecho a comportarse como delincuente.

Es ofensivo que cientos de policías fueron cruelmente corridos porque reprobaron los exámenes de control y confianza, mientras estos, bravos como pitbulls, andan sueltos y armados, una singular amenaza que subsiste en un grave, ilegal, escandaloso entorno de impunidad.

Es momento que autoridades estatales y federales exijan a toda escolta, de personajes públicos o privados, los correspondientes documentos que lo confirmen como no delincuente.

Dígame qué diferencia hay entre toparse con un zeta y con uno de estos energúmenos, armados, groseros y por si fuera poco, borrachos… ¡indecentes!

La sensacional Feria de Huamantla

Saludos y felicidades a los habitantes de este Pueblo Mágico, de fiesta en honor a Nuestra Señora de la Caridad.

Sólo una súplica. Que la Huamantlada no se convierta en escaparate de descontrol con ríos de cerveza y mares de intoxicados, mientras los de siempre hacen el negocio de su vida.

Sin duda, los ojos del mundo están puestos en el arte efímero de los tapetes huamantlecos y en las bellísimas tradiciones que en cualquier parte del mundo, nos visten no solo a los huamantlecos sino a todos los tlaxcaltecas.

No crean que es una gracia ver borrachos morir destripados por los toros. Esa es la peor publicidad para una tierra hace esfuerzos por incrustarse en los conciertos nacional y mundial de la promoción turística.