El actual titular de esa dependencia logró ser la intersección entre ambos grupos y medrar con el odio entre líderes… una eventual tregua, para él sería una tragedia.

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El ambiente preelectoral es prolijo en el castigo al orticismo. Mantener inhabilitado otros cinco años al ex mandatario Héctor Ortiz, no significa que un gran litigio se sumó a la corta pero efectiva lista de ganes legales  marianos, mas lo confirma en la parte más alta del poder.

En puerta, al menos dos pleitos aguardan los tiempos, ya para que Mariano anote otro gol, o para que el orticismo afiance el desafiante legado que no iba a dejar tranquilo al actual gobernador: El comodato de la Plaza Bicententenario por cinco años a la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) y la paralización de la Central de Abasto de Tlaxcala (CAT).

Creo que el tema de la plaza va para largo. Solucionarlo no conviene a la instancia marianista que ha encontrado beneficio atizando el fuego entre ambos grupos políticos.

En un esquema de perversidad y ambición desmedidas, el titular de la Secretaría de Obras, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi), Roberto Romano Montealegre, es la intersección entre enemidos. Y ha tomado de ambos lo suficiente para llevar una vida de monarca.

Ingeniero residente de la Plaza Bicentenario en tiempos  de Ortiz, el actual titular de la Secoduvi se conducía entonces como el subordinado dispuesto a mantener contentos, tanto al entonces secretario, Adalberto Campuzano, como al propio mandatario.

Conoce ese proyecto como la palma de su mano. Tanto que, dicen, ha efectuado lo que se puede considerar un desconcertante latrocinio de materiales en la colosal obra (desde conductores e implementos de elctricidad, hasta butacas, cancelería, etc)

Ha sabido alargar el pleito con la esperanza que acabe el sexenio y nada se aclare. De tal forma que, distancia de por medio, el próximo gobierno carezca de los medios para reclamar el considerable daño patrimonial sufrido por Tlaxcala.

De residente a secretario. Fue un paso importante. A cambio de dar a Mariano las claves para hundir a su ex jefe. Sin escrúpulo alguno utilizó el proyecto hecho por él para, ¡seleccionar las partes susceptibles de denuncia!

El mismo se acusó, como responsable de esa obra que fue.

Algo nunca visto es que un ex funcionario fuese denunciado por él mismo, encarcelado y eventualmente liberado gracias al perdón que se otorgase, «a sí mismo».

Ese es el caso de Romano Montealegre.

El otro asunto, la suspención unilateral de la CAT, también Romano tuvo conocimiento pleno, seguramente alargó la obra y calculó perfectamente el tiempo para lograr, nuevamente, ser la intersección entre ambos regímenes.

Cualquiera lo acusaría de fungir a destiempo.

Para él, parece ser el gran negocio. Quienes lo asisten comenzaron a soltar información… esa que lo podría hundir.

Sobre todo por tratarse de la contraparte en la CAT. Los hermanos Zambrano.

El gran lío consiste en que el litigio permanezca o no en los tribunales del Distrito Federal, donde el gobierno de Tlaxcala es vulnerable (como no ocurre con los tribunales federales en Tlaxcala).

Es una fortuna lo que los Zambrano reclaman.

Y al parecer otras cantidades, también con muchísimos ceros a la derecha están en juego. Depende, como ya se lo habíamos comentado, de un juez de nombre Edgar Elías, que dicha jurisdicción cambie.

Se trata de los pleitos en puerta.

Hemos visto el interés de una tercera parte, no en discordia sino con la necesidad de mantener el conflicto.

Para esa tercera parte una eventual tregua entre marianismo y orticismo sería una tragedia. Seguramente lo esperaría la cárcel.

Aquí entre nos creo que la merece… lo mismo por los excesos cometidos en el orticismo, que por las chuecuras ejecutadas ya en el acutal régimen… ¡ahí está la parte podrida de la manzana!