No faltan a la comunidad periodística causas para reprobar el autoritarismo anacrónico e injustificable, para desgracia nuestra, ese motivo se ha dado en nuestro estado

Sirvan estas líneas para agradecer la solidaridad y el apoyo de organizaciones de periodistas y de derechos humanos, así como de colegas de la capital del país, Tlaxcala, Puebla y otros estados, ante la agresión de la que fue víctima e-consulta Tlaxcala y el que esto escribe, por parte del gobierno de Mariano González Zarur.

La agresión, que se tradujo en mi detención ha sido reprobada por el gremio periodístico y por organizaciones como Article 19 y actores como la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que ya dan seguimiento al caso Tlaxcala, en donde se han reportado ocho agresiones contra periodistas, sólo en el primer trimestre de 2013.

A todos mi más sincero agradecimiento.

Condena espontánea

Como pueden ustedes ver, múltiples medios nacionales y de otros países, condenaron la actitud del gobierno tlaxcalteca en contra de e-consulta. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI persistan sistemas autoritarios haciendo una mofa constante sobre las pésimas condiciones en que subsiste la gente?

A la crisis en el sector salud expuesta crudamente en la tragedia del pasado 15 de marzo -cuando otros estados nos salvaron- hoy responden con la entrega -claro, extemporánea- de centros de salud.

Hay un desempleo atroz en Tlaxcala, pero se difunde que hemos recuperado el rumbo. Numerosas empresas hoy dan trabajo a miles de tlaxcaltecas, como no se tenía registro.

Disculpen, ¿dónde?, ¿cómo se llaman esas empresas?

Se habla de niveles históricos de seguridad, pero con la escasez de policías tras los abundantes despidos de inicio de sexenio, no vemos un panorama mejor del reclamado al gobernador, por la comunidad española en Santa Ana Chiautempan, cansada de robos, extorsiones y otros delitos que, llevaron -lo recuerdo muy bien- a una de las abuelas de esas familias de empresarios a pedir al extrordinario invitado suyo, el gobernador, a salir de su casa, ante sus agresivas y evasivas respuestas.

Hubo la garantía de no hacer negocios con familiares. A no ser por el cruel y misógino trato a hermanas suyas, hoy nos avergüenzan esas pingüés maniobras para, «regalar» cientos de miles de chamarritas a alumnos de primarias. Fueron prendas de pésima calidad, con intenciones propagandísticas y en desacato a la entrega puntual de paquetes de útiles escolares, por cierto mandatada por la Ley.

Una experiencia autoritaria y aislante se vivió en el sexenio de Beatriz Paredes. Aquí no pasaba nada. Vivíamos en la isla de la fantasía, llegaron a comentar analistas de la época, como Roberto Rock en El Universal.

Años después ese vicio no cambió. Se agravó.

Y si no se da la intervención de medios nacionales e internacionales, reprobando la agresión de que fuimos objeto, estaría más vigente que nunca la idea aquella de; «aquí no pasa nada».

Hoy entiendo que el desprecio a los periodistas aquí se justifica porque somos viles estorbos para un feliz desempeño donde la autoridad se erige como parte de una casta divina, mientras las abundantes clases medias -que mueven al estado- y las más desprotegidas -que crecen como no había registro- le generan una aflicción efímera que se cura con viajes al extranjero y con extrañas celebraciones como aquella Gonzalada, que llenó la Plaza de toros Jorge Ranchero Aguilar, con cientos de orgullosos miembros de la estirpe marianista. ¿Para qué?… para tomarse la foto, en medio de facilidades ofensivas, viendo por arriba del hombro a los pobres tlaxcaltecas… híjole, que para esas miradas arrogantes… nada más no se acaban.

España, Estados Unidos, Latinoamérica, y toda la República Mexicana, necesitaban una causa para condenar el autoritarismo. Y la encontraron en Tlaxcala, donde el gremio periodístico muestra una solidaridad admirable, con muestras de liderazgo y vigor por parte de elementos como Moisés Morales, el presidente de la Unión de Periodistas del Estado de Tlaxcala, así como incontables compañeras y compañeros movidos por la indignación ante el coletazo oficial.

Hoy, con una marcha se habrá de exigir respeto a todos los medios. La agresión no sólo fue a nosotros. Así nos lo hicieron sentir. Nuestra gratitud para ellas y ellos. Su actitud es invaluable.

Condolencia

Enviamos nuestro más sentido pésame al ingeniero y colaborador nuestro, José Vicernte Sáiz Tejero, por la dolorosa partida de su señora madre, la Señora Presentación Tejero Viuda de Sáiz. Un abrazo solidario, José Vicente.