Tres regímenes nos han visto a través del cristal con el cual nos han querido mirar, pero nosotros en e-consulta Tlaxcala somos los mismos que reclaman respeto porque para nuestros lectores somos referencia obligada.
¿Cuál será el concepto de crítica del Ejecutivo de Tlaxcala?, ¿Loas, demostraciones de lamebotas?, ¿Por qué esa hipersensibilidad?, ¿Cuál es su concepto de respeto a los Derechos Humanos, a la Democracia, a la Libertad de Expresión?
Nos decepciona esta falta de rumbo. Esta recurrencia a la fuerza cuando tendrían que aclarar al pueblo de Tlaxcala temas como el del feminicidio sucedido en el ex Rancho La Aguanaja, en medio de una espantosa turbiedad que apunta a niveles de corrupción agravados por la violencia.
Hay muchos pendientes, expuestos profusamente aquí, a contrapelo de una administración que, sin algún tipo de oposición podría desbordarse, incluso en su propio prejuicio.
¿Cambiar nuestra política editorial?, ¿Por qué?
¿Encerrarnos implica acallarnos? Yo creo que no… y no porque e-consulta vaya tras una suerte de inmolación, sino porque así, con estas características que nos hacen referencia obligada, subsistimos aquí desde hace casi diez años, vistos por las autoridades en turno con los distintos cristales que quieren mirar, y que los han llevado a incomodarse cuando aflora la verdad.
Casi calcas al carbón son cuatro denuncias interpuestas en distintas fechas por el secretario de Salud, Jesús Fragoso Bernal, por el secretario de la Función Pública, Hugo René Temoltzin Carreto, por el de Finanzas, Ricardo García Portilla y, por el oficial mayor, Ubaldo Velasco Hernández.
Con una celeridad para su integración de unos días para acá que, es necesario revisar los temas abordados precisamente en estas fechas, porque todas ellas, las denuncias por difamación tenían más de seis meses de integrarse.
No hace bien el señor Mariano González Zarur, reaccionando con semejante intolerancia. Esto no es un juego de vencidas, ciertamente nos desempeñamos como el medio con más consultas desde antes que rindiera protesta como titular del Ejecutivo. Nos debe respeto, como a todos los medios, porque la información que publicamos no es selectiva. No le incomodan las crónicas de sus actividades oficiales, pero lo enervan las realidades planteadas sin más ánimo que recordarle esas obligaciones que tiene como funcionario público, el más importante por cierto.
Fresco aún el terrible evento suscitado en Natívitas y el papel que usted ha atestiguado desde aquél 15 de marzo, vemos más ganas en la titular de la Procuraduría de Justicia del Estado en intimidarnos que en responder a una comunidad lastimada y demandante de resultados.
Nos sobresalta la superficialidad con la cual se maneja el presunto daño emocional causado al oficial mayor, Ubaldo Velasco Hernández, por llamarlo viejecito maniatado, mediocre y por haber pronunciado un discurso estrambótico a favor de su jefe el gobernador.
Enfrenta, sugiere la terapeuta a quien se recurrió, conflictos para contenerse… necesita sentir afecto… ¡señores, es un funcionario público, no un alumno de la Academia!
Y por esa causa nos detuvieron. Perjudicaron nuestro patrimonio aplicándonos una fianza estratosférica: 35 mil pesos, cuando la multa por el delito de difamación es realmente simbólica.
Si antes, la referencia nacional de Tlaxcala se limitaba a anuncios sobre discretísimos avances del estado, hoy dentro y fuera del país, se sabe de la clase de régimen intolerante que encabeza el priísta Mariano González Zarur.
Quiero agradecer a nuestros lectores su preocupación mostrada. Decirles que no vamos a cambiar.
Exijo al gobierno de González Zarur, respeto para la libertad de expresión, honestidad para conducirse ante el estado democrático al que llegó y que opte por renunciar a la frivolidad con pinceladas de violencia, con la cual cada vez con más frecuencia quiere tomar el pelo a los tlaxcaltecas.
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