Se la pasan pensando si es conveniente o no conformar una alianza que trascienda… en otras latitudes, los toman como ejemplo de la modorra que no debe privar antes de la elección más importante del sexenio.

Sin el efecto López Obrador y sin el poder de Felipe Calderón en la Presidencia, los partidos que pasivamente cacharon votos la jornada anterior están dormidos en sus laureles, ante un PRI ya con las delegaciones federales en sus manos y con la expectativa de arrasar en las alcaldías y las diputaciones locales.

Es curioso, pero como están las cosas, el único e insuperable enemigo del tricolor es el gobernador Mariano González Zarur, un extraño caso de mandatario priísta, cuya operación política se basa en allegarse toda clase de privilegios para él, sus familiares y su aislado círculo de amigos, no obstante la mirada impotente e indignada de una militancia limitada a obedecer ciegamente la instrucción girada.

El marianismo no da palos de ciego. En lo que va de su gestión, además de los papelazos autoritarios y los inacabables pleitos, ha dispuesto de una fortuna: 20 millones de pesos, para pagarlos a Consulta Mitofsky, con el propósito de contar con la necesaria brújula que le permita afinar la puntería que hasta el día de hoy ha sido más que errática.

Parece que el intruso michoacano adoptado como gurú electoral, aplicó aquellá máxima de, echando a perder se aprende. Tras perjudicar a la clase política formada con Mariano, pues no tiene la menor idea respecto al historial de cada individuo o grupo, dispone hoy de herramientas tan efectivas como onerosas para dejar de perderlo todo, tal y como le ocurrió en la elección de 2012.

Sus mejores aliados han resultado hasta el momento las actitudes especulativas de la izquierda y la derecha, en el sentido de aliarse o asistir como raquíticos participantes a la función de box.

Les acompañan numerosas actitudes que han resultado nefastas:

1.- Los panistas desarrollaron un profundo sentido del desprecio por los demás, a causa de su efímero paso por las posiciones de poder, al cual llegaron por cierto, por la gracia de su mecenas Héctor Ortiz Ortiz, al cual después echaron de sus filas y lo cacarearon hasta el cansancio.

2.- A los perredistas les asiste su constante compañera: la discordia. Son incapaces de ponerse de acuerdo, anteponiendo invariablemente su premisa: «la cosa es hacerla de tos». Y mientras la mayoría cultiva esa oposición por sistema, unos cuantos, como Alejandra Roldán, como Javier Potrero y, otros, venden causas, hinchan sus bolsillos y son los primeros en iniciar conflictos, para tapar así, con los más elementales distractores la mierda de su comportamiento.

Tienen hasta la tercera semana de marzo para acordar o no una eventual alianza.

Y como si fueran robustos institutos políticos siguen tomando su tiempo. Unos, los panistas leales a la senadora Adriana Dávila y su limitada perspectiva, se asumen castos y puros, con tal de ganar unas cuantas posiciones que permitan a su lideresa seguir manteniendo la lesiva influencia, mientras llega la hora de volver a lanzarse como candidata a la gubernatura.

Ah con los perredistas y los odios generacionales entre ellos, su profundo culto a corromperse, siempre que esto les permita activar su protagonismo, no le hace que sea indigno, como el encarnado por vacas sagradas con ese sello (Mariano Andalco, Gisela Santacruz, Rafael Molina, Maricarmen Ramírez, Narciso Xicohténcatl).

Mírelos, a los pies del priísta que los forma como los viejos tigres chimuelos y entecados en que devinieron.

El PAC y su proceso de reciclamiento

Al orticismo, esta situación no le es una novedad. Seguramente lo preveía, en primera instancia porque al PAN se le acabó la impunidad calderonista que lo reventó pese a tener dinero y poder.

Se escindió de aquella alianza ganadora y hoy, constituye la oposición más firme, por arriba de panistas y perredistas, y su permanente pasividad, esperando que llegue alguien con dinero y liderazgo a pastorearlos.

El  manchiPRI y sus excesos

Probablemente de acuerdo con los sondeos de Mitofsky, el marianismo tiene tantas posibilidades de obtener buenos resultados que, ya manejan el no acaparar las curules del Congreso en juego, pues de lo contrario las ecuaciones no permitiaría que mediante el sistema de representación proporcional lleguen Fernando León, Marianito y Ricardo García Portilla, el influyente secretario de Finanzas y Planeación, a quien le urge inmunidad debido a la monstruosa cantidad de millones de pesos imposibles de comprobar, según información del Órgano de Fiscalización Superior (OFS).

Este podría ser un panorama en vísperas de la elección más importante en este régimen.

Si el voto de castigo dominó en la primera prueba de fuego, la segunda parece reponerse, no por el liderazgo mariano, que no existe, sino por la modorra de panistas y perredistas, más ocupados en dirimir sus desplantes de inmadurez que en declararse reales opositores de lo que tanto han criticado.