Esto es imparable. Viene la desaparición de Copladet y Turismo como secretarías y, la incorporación de la Función Pública y la Consejería Jurídica, al despacho del gobernador.

Para aquellos que se resistían al desmantelamiento del estado de Tlaxcala, ahí les va la última iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública: desaparecer la Secretaría de Turismo, y el Comité de Planeación para el Estado de Tlaxcala (Copladet).

La primera, Turismo, se integra a la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) digamos, donde la consigna de la secre con más millas acumuladas es, acabar de hundirla, como quien dice darle puntilla.

Copladet, y el nutrido grupo de especialistas en planeación, irán también de arrimados, a Finanzas, a dar más poder al tierno Ricardito García Portilla.

Muchos habrán pensado que con menos policías en las calles y menos cajeros recibiendo lenta, lentamente, las contribuciones de los ciudadanos, había culminado la infernal incertidumbre laboral de los burócratas.

La realidad es distinta. Le asienta el término: «retro».

Revivir el recuerdo de los años de la hegemonía tricolor con Sánchez Piedras a la cabeza, bajo argumentos de aligeramiento estructural… «el gobierno de Tlaxcala se bastaba y sobraba con el titular del Ejecutivo local, su ayudante, un tesorero… ah y un procurador. Y párenle de contar».

Nada más que hoy Tlaxcala tiene diez veces más habitantes. La raquítica recaudación de antes, se ha convertido en interminables filas de contribuyentes cumpliendo sus obligaciones ante un sistema obsoleto y debilitado, que se traduce en la peor captación tributaria.

Y aquella posibilidad de tener un trocito de pastel del presupuesto, dejó temblando al tejido social, al que originalmente pretendía resarcirse.

El destino tampoco sonríe a la Secretaría de la Función Pública y a la Consejería Jurídica.

Al principio se les dio una fuerza inusitada.

La primera sirvió para amedrentar a todo servidor público con alguna resistencia a marianizarse. A la segunda se le vio como centro de análisis de los despachos externos, cuya obligación era hacer grandes los líos derivados del temperamental don González. ¿Ganar?, nunca nadie ofreció tal.

Digamos que la obligación original fue siempre secundar los arranques de ira de quien así, como agua para chocolata, ha ido debilitando a la burocracia y por consecuencia, generando una sensible baja en el nivel de vida, producto de tantos y tantos despidos.

Es la negación a invertir en la gente.

Es una de las delicadas consecuencias de haber cerrado la obtención de generosos presupuestos o programas de carácter federal.

Hay que ver lo orgulloso que es nuestro tlatoani. Pero, ¿orgulloso de qué?

Concluyo en que no existe asesor alguno con suficientes arrestos como para abrir a Mariano los ojos. Se han convertido en ciegos ejecutores de órdenes, sin importar qué tan incongruentes sean.

Y eso de tenerle miedo ya produjo una delicada consecuencia.

Tras el urgente nombramiento de Miguelito Moctezuma como encargado del despacho de la secretaría de Gobierno, quedó inconcluso su encargo de representante patronal ante el Tribunal Laboral.

Permitirle dejar esa responsabilidad depende de la volunntad de los diputados. Y, usted lo sabe, al día de hoy, en el Congreso sigue la división. Dificilmente va a superarse.

Mientras eso ocurre, tenemos un secretario de gobierno balín. Con una firma sin peso, con una operación inexistente. Reconozco que me fui de bruces con la llegada del ciudadano Moctezuma a la Segob. Llegue hasta a suponer que su presencia daría estabilidad a la política interna.

Tremendo error.

Se ha descubierto la calidad pirata de su nombramiento.

Además, Moctezuma Domínguez ya incurrió en un delito según el Código Penal de Tlaxcala.

Según el Artículo 178.- Comete el delito de abandono de funciones públicas, el funcionario o empleado públicos que sin habérseles admitido la renuncia de una comisión, empleo o cargo, o antes de que se presente la persona que haya de reemplazarlos, en los casos en que deban permanecer hasta entonces en el cargo, lo abandonen sin causa justificada.

Más claro ni el agua.

Me pregunto, ¿ha firmado incontables minutas?, ¿Está consciente que su nombramiento pende de alfileres?

No puede fungir a medias. A falta de gobernador, él asumiría como interino y convocaría a nuevas elecciones.

Pero si el afectado, don Mariano, no se da por enterado de esta caos, qué nos podemos esperar de los funcionarios responsables de cada área.

Como si se tratara de la publicidad de hoteles Inn, el actual tiene varias ramas: gobierno Inn-tolerante, Inn-competente, Inn-sensible y, en el peor de los casos, Inn-gobernable.

Disculpe, qué tiempo falta para la elección intermedia: ¿Muy poco?… ¿Ah, bueno!…