Bienvenido Miguelito Moctezuma, recibe usted un estado donde el foco más rojo se halla en el propio gobierno, con la élite destructiva que se procura vida a costa del sacrificio de los más.

¿Cómo saber hasta cuándo durará el enojo de don González, tras la caída del besamanos, cuando al mismo ya habrían confirmado 16 gobernadores su presencia, lo mismo que seis secretarios del gabinete de Enrique Peña Nieto, y un creciente número de legisladores y líderes con cartera nacional?

De que el mandatario tiene convocatoria, ni quién lo dude, pero una fuerza superior a él ya se dio color y ha decidido colocar candados en las amarras de este hiperquinético personaje del mundo tricolor, al cual a veces lo invaden tales niveles de energía que, cual engrane en el árbol de levas con demasiado desgaste, desincroniza a toda la unidad y, a veces de plano la deja varada.

La energía gastada en organizar el festejo de culto personal lo agobió de tal manera que decidió dejar cinco días la entidad, para ir a descansar. ¿Dónde?, seguramente fuera del país, lejos del alcance de los nuevos agentes de la Secretaría de Gobernación que, lo inquietan más que la falta de dinero.

Acaso culminó su época de más adrenalina.

Así lo parece.

No crea que han cesado las crisis obsesivo-compulsivas. Conservan el mismo nivel. Pero ahora le han marcado un límite. Eso le urgía y Peña Nieto, lo hizo.

El límite de su tolerancia permitió las violentas escenas en el Congreso, mas corrió el riesgo de traer de nueva cuenta el reflector nacional para captar el desamor hacia un priísta. Eso podría cundir. Y el Presidente seguro tiene fresco el recuerdo de su visita a la Universidad Iberoamericana. Allí surgió el Movimiento Soy 131 que, a causa de la injerencia televisiva hubo de adicionar una unidad a su causa, y acabar como 132.

¿Quién garantizaría que en un informe de gobierno con tal convocatoria no pudiese surgir una manifestación más como la del primero de diciembre, con un saldo que a la fecha no se ha repuesto?

Eso no lo ve el gobernador de Tlaxcala. Es lamentable decirlo, pero su visión es demasiado corta. Ello ha llevado al estado a una situación volátil. Han tenido que repartir mucho dinero para comprar voluntades, como ocurrió, dicen, con el líder del sindicato magisterial Justo Sierra, a quien el respaldo a la manchiley le habría producido una casa y 500 billetes.

Bueno, ese rumor ha tomado tal fuerza, que la militancia del Justo Sierra, tiene el mayor nivel de desconfianza a su representante, comenzaron a salir del mismo y dirigen sus pasos a la Sección 55, al grado que el hasta hace unos días felíz maiceado líder sindical, ya piensa en regresar el inmueble y la lana, porque sus compañeros del sindicato cada día lo dejan más solo. Y así no conviene al propio gobierno.

Con el cuento de una ausencia de cinco días, nos vende lo que él ve como la imposibilidad de operar ante la lejanía física. Eso es ofensivo. Y más lo es el cinismo con el cual lo expresa.

Peor es que conserve a Orlando May Zaragoza en el puesto. Y que este, copado por el poder a prueba de pifias legales, tenga una rara sensación, como no le ha pasado en otras plazas, donde por menos de los excesos cometidos ya habría tenido que enfrentar un tribunal militar. O la fuerza de un juez civil.

Ojalá la llegada del beatricista Miguelito Moctezuma Domínguez, consiga con el co-gobierno que une a ambos grupos (el de la actual embajadora mexicana en Río de Janeiro y el del propio mandatario) asiente la administración, acabe con la inestabilidad, pero al interior del gabinete y, haga una urgente limpia de tanto bicho que puntual cobra pero, como en el caso de Mario Armando, hasta alardea de haber salido más días de Tlaxcala que su amo (Mariano habla de cinco… el gurú confiesa que fueron seis apasionados días alejado del mundanal y familiar contexto.

Este es el panorama que recibe Moctezuma.

Un estado donde se multiplican las manifestaciones de rechazo al estilo autoritario, desordenado y conflictivo. Opuesto a seguir siendo saqueado por el crimen organizado, mientras las autoridades inventan más excusas, o siguen diciendo que los malos son de fuera, y que aquí vienen a dejar víctimas de otros estados.

El argumento es malo. Lo padece la gente, en la capital, en las principales ciudades, comenzando por Chiautempan, seguido de Apizaco, y hasta en demarcaciones más discretas, como Tepetitla de Lardizábal, donde la inutilidad de la policía lleva a los malpensados a suponer que podrían ser los mismos uniformados los que, a determinadas horas se cubren el rostro y lastiman a la gente. Como pasó con la familia, despojada por presuntos ministeriales encapuchados, que expresamente irrumpieron en su casa para llevar el dinero, producto de la venta de un auto de modelo reciente.

Moctezuma no puede darse el lujo de dejar que los días transcurran sin cambios. Tiene que tomarnos a todos por sorpresa. debe recuperar la calma, porque estamos a unos cuantos meses de la elección intermedia, sin duda la más competida y apasionante que involucra a distritos, municipios y pueblos.

Su experiencia como procurador con Beatriz le debe abrir los ojos para hacer un papel relevante en la lucha contra el crimen organizado, ahora ya como responsable de la política interna.

No puede permitir que siga operando el triángulo infernal Portilla-Temoltzin-Mendoza. Va de por medio su prestigio y lo poco que de este gobierno queda.

Bienvenido a bordo, secretario. No nos quede mal.

Pregunta:

¿Sabe usted cuál gobernador no fue invitado ayer al Centro de Convenciones de Boca del Río, a celebrar un aniversario más de la Confederación Nacional Campesina, pese a la cercanía con Veracruz. La respuesta en el próximo de la serie.

Y la última.

En plena crisis de la aprobación de la reforma a la Ley de Pensiones Civiles, el secretario de Finanzas y diputados encabezados por Silvestre Velázquez se reunieron para diseñar una estrategia mediática para apagar la inconformidad. Fue entonces que el funcionario marianista, se percató que el cansado y rebasado director de Comunicación Social del gobierno del estado, Raymundo Vega y Crespo nunca llegó.

El debería ser el primero en estar aquí, lamentó García Portilla.

Por eso entiende uno el por qué de la pésima imagen de Mariano González y su desastroza administración.