Adquiridas obviamente a precios inflados y portando la manchigreca, 260 mil chamarritas aguardan su distribución masiva en pleno proceso electoral.

El retraso fue deliberado. La administración González no entregó útiles escolares porque analizó fechas y números y, le resultó más provechoso comprar 260 mil chamarras, seguramente a precios inflados, colocarles la manchigreca y repartirlas por ahí de enero de 2013, cuando haya iniciado el proceso electoral para renovar alcaldías y el Congreso.

Sin una explicación convincente este particular titular del ejecutivo local reveló haber ordenado una encuesta, cuyo resultado sostiene que a los niños les hace más falta una chamarra que los útiles escolares.

¿Quién realizó esa encuesta?, ¿A quién van a beneficiar con la compra de 260 mil chamarras?, ¿Qué le anima a vulnerar un mandato legal, degradando en vulgar maniobra propagandística un apoyo institucional a las familias tlaxcaltecas?

Una débil oposición de los diputados Rafael Zambrano y Justo Lozano, a penas se escucha en medio del bullicio de un Congreso cuyos integrantes comenzaron ya el fabuloso puente Guadalupe-Reyes, algunos de los cuales -no lo dudo- ya habrán comenzado la prolongada borrachera con la cual apaciguan la frustración por no aspirar a mayores niveles de sumisión, a cambio claro, de más dinero para alegrar este fin de año, tan lleno de esfuerzos y colmado de logros (aquí entra en acción el laboratorio asociado de Sesa para hacer un examen colectivo de hígado, para ver el nivel de cirrosis que afecta a nuestros representantes  populares).

¡Chamarras por útiles escolares!

¿Quién para la bronca?… el cinismo.

¿Hacen bien al presupuesto estas decisiones arbitrarias?

No. Y tampoco al ánimo colectivo. Es una vil estafa. Pero al interior se ha convertido en un motivo más de alabanza: «no, no, no… hay que ver los… arrestos del señor… para parar la bronca que… en otras condiciones ya se hubiera desatado por este… peculado».

En la otra parte del teatro, los diputados, panzones muchos de ellos, castrados y con las manos puestas, aguardando una migaja más que garantice impunidad a esta pachanga disfrazada de administración estatal.

Reunión mega secreta (bueno, no tanto)

Hace poco, en el restaurante La Doña, de Apizaco, varios personajes supusieron que en lo apartado de la capital iría la garantía de la discreción. Sin embargo no pasó desapercibida esa no tan alegre mesa. Más bien diría, con bastante silencio.

El hecho es que ahí podía usted verlos: la procuradora regañada, Alicia Fragoso Sánchez, el secretario de gobierno (¿pues no que ya se iba?), Noé Rodríguez Roldán, el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJET), Justino Hernández, así como un integrante de la familia Romero Beristáin, a saber: así se llama uno de tantos despachos contratados por el gobierno para hacer grandes sus líos.

¿El tema?… los ortinotarios.

Ahí se la pasaron chévere, degustando la carta de La Doña y hablando largamente. Lo importante será ver a qué acuerdos llegaron. En eso andamos.

¿Más despidos en SESA?

A aquellos que suponían el despido de 400 empleados de la Secretaría de Salud (SESA) como la purga orticista para ceder los lugares a puro leal a don González, estaban equivocados. Esos primeros cuatrocientos, que van a llegar a seiscientos, nada más significan el ahorro del que tanto se siente orgullosa esta administración.

Pero sobre los orticistas, vale decir que los altos mandos de ese órgano público descentralizado, cocinan un nuevo despido masivo… pero no muy en el corto plazo porque, verán ustedes, ocurre que son los leales al ex gobernador quienes mueven el abanico al interior de dicha dependencia.

Y como a la mayoría de los jefazos marianistas, los que les interesa es recibir su lana sin ofrecer demasiado esfuerzo, ahí los tienen, pero bajo la advertencia que en cualquier momento los botan porque, ya sabe usted, tienen ligas innegables con el ex.

Lo gracioso es que los señalados, ahí van, operando, haciendo caminar al OPD, y los marianistas, nada más diciendo a su patrón que el negocio está quedando limpio, sin gente ajena… cómo serán de malos al engañar así al mandamás, y no decirle que los tienen como esclavos porque a ellos ya les hizo justicia la revolución… que trabajen los que lo necesitan, a esta multitud de don Manchis le hace falta lana, no trabajo.

A propósito de los Pueblos Mágicos

Resulta molesto que el presupuesto enviado por el Gobierno Federal, para Pueblos Mágicos, prive a Huamantla del recurso tan necesario para promoción y mantenimiento de la infraestructura lograda.

Un filtro infalible fue colocado en Finanzas. Y nada pasa. O sea, el Pueblo Mágico huamantleco tiene que ser rico en inventiva e iniciativa porque el efectivo se queda en Palacio, a lo mejor para comprar chamarritas de los chamaquitos a los que no les han dado sus útiles escolares.