Le urgen políticos con oficio, los muchachos pendencieros no son más que bichos en el la espiral descendente del PAN, de lo cual la Presidencia ya se percató.


Tuvo su premio la operación obsesivo compulsiva del gobernador Ortiz para hacer de Tlaxcala un bastión panista, el único en el mapa nacional donde no tuvo injerencia la sal de Germán Martínez, el mozalbete pendenciero que ayer mismo fue llamado por su jefe el Presidente para hacerse a un lado, no sin antes procurarle al PAN una nueva dirigencia.

Pues como era de esperarse ya suena su nombre en la Secretaría de Gobernación, como el complemento ideal a los esfuerzos realizados por el titular Fernando Gómez Mont.

Desde tal trinchera el todavía gobernador de Tlaxcala tendría una perspectiva muy amplia para buscar la negociación con su ex jefa Beatriz Paredes, quien ya anunció el endurecimiento de la mayoría tricolor en San Lázaro, como un tremendo eslabón más, rumbo al 2010 cuando retorne el tricolor a la Presidencia, con una votación brutal en su favor, tal como ocurrió el domingo anterior.

Queda demostrado que el oficio de la política en tanto operación, es mucho más efectiva que la soberbia, lo modosito y lo mamón, de los chavos metidos a políticos, sin tener la más básica idea de lo que esto significa.

Y mire usted la diferencia de criterios:

Mientras a Josefina Vázquez Mota y a Germán Martínez, se les dieron tareas definidas para el proceso-fracaso albiazul – una avocada a la elección de diputados y el otro, gobernadores – los dos hicieron gala de valemadrismo y metieron la nariz en todo.

El resultado ya usted lo conoce. El más rotundo fracaso electoral del PAN.

El contraste con el concepto de político conocido como operador es claro. Los muchachitos pendencieros se dedican a vivir la vida dando vueltas en su espaciosa bóveda craneal a los argumentos, para ellos verdaderas doctrinas, de bodrios de superación personal.

Los operadores, como Mario Marín, Fidel Herrera, Enrique Peña Niieto y Héctor Ortiz, son profesionales de la ciencia electoral. Conocen a cada votante por su nombre, advierten quiénes seguirán siendo leales y avistan con singular adelanto los resultados, para “operar” en consecuencia.

Los muchachos pendencieros hacen berriche, se tiran golpes bajos, descalifican a sus oponentes, y se hacen una importante aportación a la República simulada.

Quienes toman con seriedad la política ven en la disciplina la mejor herramienta para aprovechar los procesos democráticos, pero al interior de sus partidos consideran a la democracia como un concepto inexistente.

Es decir, tienen el control absoluto de su entorno.

Los otros, atribuyen a la democracia el clima ingobernable de sus partidos y grupos, la ensalzan y vitorean como estruendoso canto del cisne. Y mueren en el intento.

Este lunes, pasada la elección, la llamada del presidente Calderón al gobernador Ortiz es como una llamada de auxilio para que el barco no se siga hundiendo.

Considerando el resultado avasallante del domingo y que este pudiera potenciarse en acciones estratégicas, suena lógica la inclusión del gobernador Ortiz en los quehaceres que desde Los Pinos disponen, todavía, de los recursos necesarios para lograr triunfos.

Si por el contrario, ese poder sigue en manos de germanes martinez y demás bichos de la política panista, nos encontramos ante la más escandalosa caída de un necesarísimo contrapeso que hasta fue capaz de sacar al autoritario PRI de los Pinos, con otro grande que devino en bicho, llamado Vicente Fox.