A este líder charro le divierten las sanciones del TEPJF y lo ponen hilarante las posibles acciones del MP por falsificar una firma en documentos oficiales.

Con un cinismo indignante, el líder de la sección 31 del SNTE, Francisco González Mena, asegura no haber tenido injerencia en la falsificación de la firma de Tomás Tlapale, para despojarlo de la candidatura a diputado federal plurinominal por el Partido Nueva Alianza.

Y hasta se da el lujo de culpar al IFE por tal falta.

En una entrevista con el Sol de Tlaxcala publicada este miércoles, el incondicional de Elba Esther Gordillo Morales, demuestra así su desprecio por las instituciones e intenta lavar su imagen, su deteriorada imagen por medio de una declaración, cuando lo que debe hacer es responder al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y ante el propio Ministerio Público.

Por lo burdo de estas acciones y por la ligereza con la cual toma el líder magisterial su delicada situación legal, es de advertirse que un eventual cumplimiento de las autoridades para obligar al presunto responsable a purgar una condena, sería neutralizado con una llamada telefónica de su patrona Elba Esther.

Es decir, estamos ante una versión grotesca de un secuestrador del estado de Derecho, llamado Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), capaz de pasar sus faltas por el arco del triunfo y hasta disfrutarlas como lo podría hacer un monarca loco ante un pueblo cansado de abusos.

Si González Mena burla a la autoridad con una falta tan evidente como colocar a escondidas su nombre en el tercer lugar de una lista de candidatos a diputados por la vía de la representación proporcional, qué no será capaz de hacer con las plazas de maestro que su sindicato maneja a placer.

Si la falsificación de documentos causa diversión a este singular charro, posibles abusos contra maestras y maestros jóvenes, necesitados de contar con un trabajo, de acercar su trabajo a su lugar de residencia, de aspirar a unas horas más, en pocas palabras, de ganar honestamente el sustento para su familia, serán probablemente para un energúmeno de esta calaña regalitos que las circunstancias le hacen para pasar bien una velada y al día siguiente vaciar su asquerosa impunidad en sarcásticas sonrisas, así como se puede apreciar en la foto publicada por el mencionado rotativo, donde aparece la siniestra figura de este, uno de los secuestradores de la paz social y la estabilidad política en Tlaxcala.

La presencia de Ortiz en el CEN del PAN

Este martes, los gobernadores panistas dieron una especie de palmada en la espalda a Germán Martínez antes que este se hunda en el mar de la indignación presidencial.

Uno a uno, los mandatarios se retiraron del cónclave. Sin embargo, el de Tlaxcala, Héctor Ortiz, no salía y no salía. Y casi tarda una hora en abandonar el edificio sede de su nuevo partido.

Por supuesto que los rumores no dejaron de escucharse.

Sobre todo por un razonamiento que se antoja válido:

Héctor Ortiz sería el mejor interlocutor con Beatriz Paredes, una vez que esta anunció el endurecimiento del bloque priísta en la Cámara. Y como el Presidente está dispuesto a todo, sí a todo, con tal de que su partido deje de hacer agua, no dude usted que dé la orden a los grupos radicales para que no la hagan de tos ante una eventual inclusión del gobernador de Tlaxcala como el estratega que le hace falta con urgencia vital a Los Pinos.