Hay de aquél que una vez acabado el ayuno tricolor de poder ose contradecir al nuevo régimen o insista en dar mal uso al logotipo del partido.

De varias maneras el virtual ganador de la elección presidencial. Enrique Peña Nieto, ha rechazado el retorno del viejo PRI, intolerante, perverso, asesino, cuando haya superado el reto postelectoral planteado por la Izquierda de López Obrador.

Y de inmediato, gobernadores del tricolor -Mariano no, por cierto- secundaron esa idea de la Presidencia democrática, legitimada por más de diecinueve millones de votos.

Ricardo Alemán, uno de los voceros de Peña Nieto, publica hoy en El Universal, una amplia entrevista al ex candidato de la alianza Compromiso por México. Y en ella, a grandes rasgos disipa el novedoso argumento peñanietista, de condena a las viejas prácticas del partido a punto de acabar con un ayuno de doce años en el poder.

Peña hace una negación reiterada y rotunda de las prácticas que quedaron a la vista de todos: la inequidad y la compra de votos.

Con ello, no es necesario hacer los rimbombantes anuncios de un PRI con nueva sede y con espíritu renovado. Ese argumento sale sobrando. Ha quedado claro que Peña y quienes lo respaldan vienen con todo para desmantelar al incipiente sistema democrático que en dos sexenios el PAN fue incapaz de consolidar.

Quizás lo que da un poco de esperanza es que la inminente intolerancia del sistema que se avecina habrá de serlo también con los de casa, sobre todo con aquellos con una cara de apoyo a la causa más allá de lo solicitado, pero con resultados francamente malos.

A ese tipo de gobernadores, Peña Nieto recién les hizo un desplante: «¿quién piensa en castigarte?»

En dicho grupo se ubica el tlatoani tlaxcalteca. Ningún estado tuvo un saldo tan negativo en la elección, para Presidente, para diputados federales (sólo ganó un distrito) y para senadores.

Así que el llamamiento a enderezar el rumbo no viene con apapachos. Y el saldo por cobrar es amplio.

Sobre todo hoy, cuando Carlos Rojas Gutiérrez, el inventor de Solidaridad en tiempos de Carlos Salinas, fue botado de Tlaxcala en uno de tantos arranque de ira de quien resultó un desagradecido, y desmemoriado, pues se olvidó que en 2010 fue este enviado del tricolor pieza fundamental para su triunfo comicial.

Así que la resistencia marianista al cambio es una actitud devaluada ante el enorme vacío de incertidumbre que le colma el porvenir, porque el PRI de hoy, como el de antes, no olvida.

Hoy aquí se agolpan la intolerancia de Díaz Ordaz y la simulación de Delamadrid, la perversidad de Salinas y la arrogancia de Zedillo.

Pero falta sincronía.

Y a la fecha uno a uno, puede darse cuenta de tantos errorres tácticos como el tiempo los ha permitido.

Ahora, están sorprendidos arriba, como hace más de año y medio pasó como los de abajo, acorralados en el patio de quien se dice coordinador de los esfuerzos de todos.

La inaplazable necesidad

Urge el cambio. Por sobrevivencia. No van a tolerar un gobierno tan malo como hasta hoy ha resultado, con evidencias tan claras como las del pasado primero de julio.

Las acciones de ida y vuelta no caben. Ahorrar corriendo gente y malgastar haciendo fiestas, son las medidas más equivocadas que cualquier gobierno con ganas de seguirlo siendo puede cometer.

Apretar a los hatos -parece que así nos ve- no es decisión correcta, porque al día de hoy, no abundan las razones para sentir orgullo por la mano que toma las decisiones.

Desacato

Se supone que a sugerencia de Cuauhtémoc Lima, el gobernador iniciaría una tregua con los notarios orticistas. Por cierto, el consejo aquél obedece a mandatos de la Corte.

Pero puede más este raro orgullo desafiante a un mandato superior que la voluntad para ejecutar su obligación. Y nuevos problemas se dibujan en un futuro muy próximo.

Derecho de réplica

La senadora electa, Lorena Cuéllar Cisneros, nos reclamó el haber comentado sobre cierta cita con su tío don Joaquín antes de la elección del primero de julio, para pedirle que no se moviera y así le permitiese alcanzar un segundo lugar.

Cuéllar lo rechaza y lo tilda de información falsa. Y así lo publicamos en atención al derecho de réplica.