En el PRI las cosas andan que arden, comenzando por la impugnación de Joaquín Cisneros, hasta la indignación de militantes, dispuestos a la expulsión del primer priísta del estado, por desleal.

Me parece que el senador Alfonso Sánchez Anaya, se colocó en el podio de ganadores de la pasada elección. Volvió a vencer a su eterno rival, Joaquín Cisneros Fernández. Y esta vez lo hizo, valiéndose de la sobrina de este, Lorena Cuéllar Cisneros, rotunda ganadora de los comicios, candidata natural a la gubernatura en 2016 y además, dócil a la directriz del güerito de rancho.

Nos dicen que pocos días antes del cotejo, la tierna Lore pidió hablar con su tío. «Tu triunfo es… inminente… te ruego que bajes un poco de ritmo para no sumar tantos votos y darme chance de colarme en segundo lugar… así los dos ganamos… anda tío sí… no seas malo»; (bueno, la súplica de la sobrina debe haber sido muy parecida a lo que le platico.

Y Joaquín, hombre de buen corazón, ¡se lo creyó!

Afecto a los paseos, decidió tomar uno más (España, Acapulco, Veracruz…) para hacer como que andaba cansado y permitir que la chaparrita -que resultó muy mañosa como su manager- sumara más posibilidades a su causa, las mismas que se potenciaron con el efecto AMLO, y le dieron un montón de votos.

Sin dejar de considerar los votos del orticismo -la apuesta del ex gobernador era el gane del Peje- y la cantidad impresionante de votos de castigo de la propia estructura tricolor a la pésima administración marianista, surgió el fenómeno de los votos anulados porque la raza tachó los emblemas del PRI y del Verde en las boletas para elegir senadores.

Más de cuarenta y dos mil votos se anularon.

Bajo los efectos de un encabronamiento atípico, a Joaquín Cisneros le corrió en segundos la película del 98, cuando el mismo fulano (ASA) hizo de las suyas mediante una estrategia bien mañosa. Y le ganó la gubernatura.

Así que decidió impugnar la elección:

1.- En contra de la campaña de difusión del Instituto Federal Electoral (IFE) a través de la cual se genera una como orden a los simpatizantes de Peña Nieto para cruzar en par, cuantos logotipos del tricolor y el verde encontrasen en las boletas, tremendo error pues en la elección de senadores dichos institutos políticos fueron cada uno por su lado.

2.- Para sorpresa de muchos, la impugnación también alega la existencia de boletas falsas a favor del Peje, acompañadas por acciones de embarazo de urnas. Digo, esto es dificil de creer pero nada debe descartarse porque la diferencia de votos entre la elección presidencial, la de senadores y la de diputados nos permite ver que el sufragante tlaxcalteca hizo el más intenso voto diferenciado de la historia, nada más que a los abogados de Cisneros esto no les cuadra y van encontrando detalles dignos de llevar a pleito.

3.- Al parecer el abogado que promueve esta impugnación es el mismo hijo del candidato afectado, quien se mueve como pez en el agua en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Tan en serio va la cosa, que el motivo «más prencipal» de la impugnación desconoce a la mismísma sobrina Lorena, y no se crea que en los alegatos se quejen de aquella petición de tregua previa a la elección, porque es muy probable que ahí comenzara el supuesto fraude alegado por Cisneros.

El resto de los candidatos perdedores no alegaron mayor cosa. Salvo Quique Padilla, quien personalmente acompañó a los responsables, a contar voto por voto porque abrieron todos los paquetes. Cansado como él solo, de tanto contar, se dio por vencido y ya no la hizo cansada.

Parte de la tranza

Nos llegó la versión relativa a una sólida y efectiva campaña de persuasión a Mariano de parte de su primo el mega pejista, Alfonso Sánchez Anaya (mire como ataca por varios frentes), quien acabaría por convencerlo del triunfo de Andrés Manuel López Obrador.

Fue tanta la insistencia que el empoderado metería la mano en los dineros enviados por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) tratando mañosamente de salvar aunque sea un poquito de esa lana que de una u otra forma iba a ir a dar al caño (todo por hacerle caso a ASA).

Por ejemplo, fuentes de los candidatos a diputados perdedores nos dicen que el CEN les mandó un millón de varos para pagar a sus representantes generales (RG) y representantes generales de casilla (RGC).

Resulta que horas antes del cotejo, y tras calentar el dinero por las razones que usted ya imaginará, se comenzó a repartir el billete. Testigo de esa maniobra es Arnulfo Arévalo, quien en otras condiciones labora como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI.

Tenía que suceder. No les dio tiempo de repartir el billete o quizá esa era la intención. Qué diablos, una cantidad importante se quedó en la talega. Y ahora la talega no aparece. ¿A donde carajos fue a dar?… eso, tal vez nunca se sabrá.

Por otro lado, supimos que a los senadores (he ahí donde estriba el coraje de Joaquín, el CEN les mandó 1.5 millones de varos, para pagar lo que arriba le dijimos.

No me crea mucho, pero de ese millón y medio, les mocharon el 40 por ciento, «para comprar más espots a favor de Peña Nieto. Como si los candidatos no supiesen que esos gastos los administró directamente el IFE.

Pero así se las gastaron. Así que sume usted por favor, la lana afectada (por no decir agandallada) de los candidatos a diputados federales, más el billete de los candidatos a senadores, más el acostumbrado apoyo de una administración priísta como la vigente en Tlaxcala.

Todo eso brilló por su ausencia.

Ya ve que en Michoacán aparecieron electrodomésticos pagados por una cuenta tlaxcalteca, con un nombre igualito al del director administrativo de la USET. En un descuido hasta se trata de la misma persona.

En consecuencia

Cada vez es mayor la inconformidad de la militancia priísta, cuyos sectores y grupos que los acompañan preparan -trascendió en el mismísimo edificio de Lira y Ortega 8- una cartota de este tamaño para publicarla dentro y fuera de Tlaxcala:

1.- Reclamando la falta de compromiso del (supuesto) primer priísta del estado, quien deberá aclarar, o por lo menos mandar al chiquilín a hacer lo propio, el destino de varios millones de pesos que dejaron de entregarse al personal del partido encargado de operar la elección.

2.- Expresando su enojo pues, sin ser partido opositor su margen de maniobra es menor ya que los recursos pasan por filtros que los merman o los desaparecen.

3.- Reprobando los elogios del primer priísta del estado hacia una administración panista, como la de Apizaco, donde crece la sospecha de convenios perversos que acaban por perjudicar al partido y a la capital, donde el alcalde priísta Pedro Pérez Lira, ha sido víctima de ataques marianistas, quien sin rubor alguno lo compara desventajosamente con Apizaco.

De veras andan enojados

Como van las cosas, y luego del rumor en el sentido de que el mandatario tendría entre sus planes hacer presidente del PRI estatal a quien fungió como coordinador de la campaña de Peña Nieto (con resultados negativos) se cocina una especie de golpe de estado partidista, cuyo objetivo sería ni más ni menos que la expulsión del gobernador Mariano González, cuyo comportamiento violaría los estatutos del tricolor y actualmente los mantiene en estado de indefensión.

Creo que nada sería tan grave como la expulsión del partido que lo hizo gobernador y que ha aguantado estoicamente las negaciones al estilo San Pedro. Ha hecho lo mismo con las frases de: «nada le debo», pese al esfuerzo colectivo que significó hacerlo triunfador en la elección de 2010.

Tal vez la acción que los priístas consideran más ofensiva en estos momentos en la supuesta manipulación exitosa del senador Alfonso Sánchez Anaya, precisamente días antes del compromiso en las urnas, lo que finalmente dio al traste con el esfuerzo de miles de militantes del tricolor.