Las afirmaciones cuasi dogmáticas del mandatario dibujan un cantinfleo que lastima a quienes creyeron que la lucha en el PRI era derecha.

Las elecciones nunca califican a un gobierno, declaró el gobernador Mariano González Zarur, aludiendo a la presunta llamada de Enrique Peña Nieto al día siguiente del cotejo, en la cual lo conminó a ponerse a trabajar.

Como si fuese un dogma, el mandatario utiliza la palabra «nunca». ¿Con qué criterio lo afirma?, ¿acaso no es el poder del voto una forma colectiva de castigar a quien no ha hecho bien las cosas?

Yerra Mariano.

En este caso, la tremenda derrota de Peña Nieto en Tlaxcala, no acepta la palabra «nunca». Al contrario, con un mínimo de sensibilidad, González Zarur, se sobresaltaría con la profunda impopularidad lograda en tan poco tiempo.

Ya con el poder pleno a casi dos años de gobierno, el mandatario tlaxcalteca debió despuntar, cosa que no ocurre, primero por achacar a la Presidencia, panista, la falta de voluntad para apoyar a Tlaxcala.

Pese a la vulgar compra de votos y a la complicidad de Televisa, el triunfo de Peña Nieto parece irreversible.

Significa que los peñistas trabajaron, aunque sus acciones sean mal vistas por el pueblo mexicano.

Pero en Tlaxcala, además de un gobierno impopular, los priístas fueron privados del apoyo económico enviado por su dirigencia nacional.

Me parece un exceso marianista afirmar que ni PRD, ni PAN, ni PRI, son partidos fuertes.

Lo correcto habría sido señalar:

1.- Al PRI lo desfondamos económicamente… por consecuencia nunca fuimos sus activistas.

2.- Al PRI lo debilitamos… haciendo un gobierno conflictivo y antisocial, pero con la bandera de zurcidor del tejido social.

Los enemigos en casa

Por lo menos levantó dudas el inoportuno colapso de Pensiones Civiles de Tlaxcala. El papel de su titular, Ernesto Ordóñez, pareció obedecer a un perverso sentimiento de venganza en contra de Mariano, quien siendo dirigente del PRI, lo persiguió hasta echarlo del partido.

Entonces, el profe (sí, Ernesto) ingresó a Convergencia y tuvo un accidentado papel, confrontado con Rubén Flores Leal, pero sin poder ocultar sus buenos recuerdos de priísta, cuando logró ser alcalde de Antonio Carvajal.

Secte

¿Qué funcionario del marianismo en sano juicio iniciaría la persecución de transportistas en el sur de la entidad?

Pues alguien como la sanchezanayista Gisela Santacruz, mucho más que aliada del super inteligente Rafael Molina Jiménez, artífices ambos del hundimiento de los intereses marianistas en los municipios donde arrasó el PRD.

¿Quién tiene la culpa, ellos y su izquierdismo bien chueco, o el señor que les da chamba, sabiendo que al darse vuelta le asestarán cuantas puñaladas puedan?

USET-subsecretaría técnica de Segob

Crece la sospecha de que el director administrativo de esta dependencia estaría involucrado en una grave denuncia presentada en la Fepade, por haber detenido un camión lleno de electrodomésticos en territorio michoacano (la carga iba a su nombre).

Se supone que esta versión de compra y coacción del voto usando recursos emanados de una institución como la USET, serían para atender la causa tricolor en el estado, mas por la orden del formidable mega asesor, ese apoyo fue a parar a su estado natal.

Se parece a la fábula de la rana y el alacrán. El segundo no pudo renunciar a su naturaleza asesina y mató al anfibio cuando este lo llevaba en su lomo, atravesando el lago.

Protección Civil

Nadie olvida que mientras cientos de familias veían flotar sus pertenencias ante la crecida atípica del río Atoyac-Zahuapan, el señor director del Instituto Estatal de Protección Civil, encabezaba reuniones con grupos petistas en diversas zonas de la entidad.

¿Cuándo se había visto a un funcionario de Protección Civil llegar a la zona del siniestro, ¡al día siguiente!

La lista es larga

Pero aquél funcionario que haya tomado la decisión de confrontar al sindicato Siete de Mayo, debe haber llevado una cruz en la diestra y el acero en la otra, al momento de acordar con su jefe, quien resultó con múltiples heridas causadas por sus propios colaboradores.

Los número duros

En la elecciónpresidencial del 2006 el PRI obtuvo 58,317 votos.

Seis años más tarde, el tricolor años logró 182,120 votos lo que representa un crecimiento de más del 300 por ciento.

AMLO en 2006 logró 176,517 votos, ganó en Tlaxcala y contribuyó a ganar un distrito y el Senado

.AMLO en 2012 sumó 207,571 sufragios, ganó Tlaxcala, el Senado y dos distritos.

Pero el margen de votos nulos para el PRI se multiplicó porque nunca aclararon que en el Senado y las diputaciones iban solo y no en alianza con el PVEM.

Se trata de la friolera de 45 mil sufragios equivocados, nada más la diferencia que hoy tiene al tricolor en la penosa tercera posición.

Esto es evidencia de que se privilegiaron asuntos de grilla corriente pero se omitió una capacitación básica, como resultado de no haber apoyado a comités municipales y sus seccionales.

En 2006 los votos nulos en la eleccion de presidente y Senado en Tlaxcala fueron de 9 mil y 12 mil respectivamente.

En 2012 ese rubro de votos se disparó para presidente a 11 mil y 42 mil votos en la elección de senadores, similar al caso de diputados.

En esta elección el porcentaje de votos nulos en Tlaxcala fue de 8.25%, cuando en 2000 fue del 2.01% y en 2006 del 3.02%.

En este proceso el PRI en las entidades en las que no participó en alianza con el PVEM obtuvo el 45.45% de las primeras posiciones electorales, mientras que en coalición con el partido antes mencionado logró el 80%.

En suma se puede decir que en PRI en Tlaxcala se trabajó y operó, pero se le olvidó aclarar que no iban en alianza con el PVEM. Los hubiera no existen, pero de haberse dado esa explicación, quizá hoy se estaría hablando de otra realidad.