Un perverso plan se urde en palacio; si MGA llega al partido habrá manera de justificar la estancia de Mario Armando Mendoza, pero eso sí, Arnulfo Arévalo debe irse ya del PRI, coinciden grupos.

Mariano tiene que reflexionar respecto a su papel con el PRI. Lo ha tratado muy mal. Lo hundió en la elección. Lo tiene decepcionado. Y la puja por las delegaciones federales está por comenzar.

En otro set, la paisana Beatriz Paredes Rangel, cosecha frutos de su oficio político. La derrota ante Miguel Ángel Mancera en el DF fue escandalosa, pero lo alcanzó para sumar más de un millón de votos a la causa de Enrique Peña Nieto.

Sé de la incomodidad que esto causa al mandatario tlaxcalteca, pero lo hecho por la Paredes se llama lealtad partidista.

En una entidad dominada por la izquierda y con el rechazo de múltiples expresiones capitalinas, la hija de Luis Manuel Pelayo, remó contracorriente. Logró instalarse en el ánimo del hasta hoy ganador de la contienda electoral.

En cambio, Mariano había prometido 300 mil votos. No los 250 mil de los que se habló de manera abierta mediante los discursos de Mariano González Aguirre; no, en la reunión de Peña con los gobernadores de su partido. Allí fue donde el libanés prometió la cifra. Como pudimos ver fue inalcanzable. Ni en sueños lo consiguió.

¿Sabe?, creo que no es cuestión de votos conseguidos sino de actitud.

Nos dicen que vía Mario Armando Mendoza -creo que todavía sigue aquí- Tlaxcala apoyó a manos llenas al priísmo de Michoacán. El gestor sería Chon Orihuela, pues quién más.

Eso, a los priístas locales les cayó como patada de mula.

Insisto, es cuestión de actitudes.

Al PRI del DF, ni siquiera una llamada de Mariano.

Se olvidó que Beatriz intervino a petición de Peña para hacerlo gobernador.

Las amenazas de la ex gobernadora a Héctor Ortiz, fueron fundamentales para aquél triunfo en 2010.

Nadie va a olvidar la figura minúscula y tímida del entonces precandidato tricolor, y luego candidato, y luego gobernador electo. Y luego vino el tremendo cambio. Desconoció a sus patrocinadores. Renegó de su partido.

Hoy paga esas consecuencias.

Fue incapaz de controlar a su peor enemigo: su temperamento.

En su desempeño ha dado muestras de ser un buen número dos. Fue importante en los gobiernos de Emilio Sánchez Piedras, Tulio Hernández y Beatriz.

Pero requiere ser supervisado.

El solo es pernicioso. Revienta. Cambia lealtad partidista por culto a su persona. Confunde disciplina con explosividad. Demuestra a todos que nada más él tiene la razón. O sea es un megalómano.

Y ahora qué sigue.

La disciplina ante Peña no es opcional. Peña es el PRI a lo bárbaro. Luego entonces, Mariano tiene frente a sí un destino bárbaro. Carece de opciones. Si quiere apoyo, primero tendrá que domar a la bestia interna.

Lo dudo. El ser humano no cambia. Empeora. En su caso personal, la megalomanía es como un escudo que lo pone a salvo de cualquier amenaza de humildad.

Las delegaciones

En 1998, el priísta derrotado dio la espalda a las delegaciones federales.

Hoy no.

Qué raro. Mariano perdió dos veces pese a que Peña ganó.

¿Quiénes se apuntan a las delegaciones?

Dicen que Joaquín puso el ojo en Sagarpa y PGR. Anabell merecería Sedesol. A Emilio Minor lo pondría loco de contento llegar a director del Centro SCT.

Y a Enrique Padilla, el perdedor de la elección en términos relativos y absolutos, de todas formas le sigue prendida la veladora. Su protectora Beatriz tendrá planes para él. Qué bárbaro, ser malito para todo tiene su premio. Ni modo. Hay que hacerse sobrino de la doña.

Demanda unánime

Entre los priístas crece un deseo. Quieren ver fuera del partido a Arnulfo Arévalo Lara y a Enrique González y González. No soportan verlos con los mismos aires de grandeza de antes del cotejo.

El edificio de Lira y Ortega 8 está semi abandonado.

Y no hay quien se apunte para dirigir al partido. Al valiente que se anime le aguardan tiempos difíciles. Tendría que ser igual de agachón y falto de iniciativa que Arévalo. Parecido al fantoche del delegado del CEN y con la facilidad de palabra de Mariano junior.

¡Eso es!… Dicen que Mariano junior resulta la opción más adecuada para encabezar al tricolor.

Al menos así lo ve su apá.

Los malos resultados en la campaña de Peña son lo de menos. El gobernador tiene el poder y el dinero para llenar de luz al enmohecido tricolor.

Imagine esa sede con una marquesina así de grandota: ¡Estrenamos presidente del CDE! Su nombre: Mariano.

No me lo crea, pero hay grandes posibilidades de que esto suceda.

Sólo así seguirá aquí el michoacano con patillas de carnicero. Y el delegado con cara de vástago de Don Corleone.

Delegaciones y partido, un pendiente formidable para Mariano.