Literalmente se pudren 50 millones de pesos en butacas, consolas y otros enseres en bodegas de la Secoduvi. * Arde el PRI porque los dejaron morir solos.  * Dinero a raudales, pero a Michoacán.

Ahora que está de moda cuidar el dinero, duele el saqueo de lo que pudo ser la Plaza Bicentenario de Tlaxcala.

Nos dicen que al edificio, manos furtivas lo visitan con frecuencia. Lo han desmantelado en una labor hormiga, y aunque seguramente existe un acta de entrega-recepción, ¿de qué sirven los papeles si a la obra se la está llevando el diablo?

Embodegadas en naves a cargo de la Secretaría de Roberto Romano (Secoduvi), miles de butacas, lámparas, mesas y otros materiales, con un valor de más de 50 millones de pesos… se están pudriendo.

No podría ser si no existiese una colusión que se remonta a la misma edificación del teatro Silvia Pinal, obra mediante la cual el hoy constructor impune a las órdenes del marianismo, expiaba sus culpas por otros saqueos y otras maniobras… ah qué tiempos aquellos del priísmo sin competencia, cuando Tulio se hallaba en la cúspide y su tesorero todo lo remediaba.

Con razón el virtual presidente Peña Nieto, exclamó tan molesto aquello de. «¡ya ponte a trabajar!».

Esto obedece a un acto de maldad.

Si la Plaza Bicentenario representa la mudéjar corrupción orticista, qué será de nuestra vida y de nuestro legítimo derecho a ver terminada esa mega obra con la mala leche marianista, capaz de disfrutar el proceso corrosivo del tiempo y la rapiña, alentada en la persona cuyas antiestéticas lonjas fueron tocadas por la mano del tlatoani para saquear lo que haya y para derruir lo que queda en pie.

Esto es un trabajo para el super secretario de la Función Pública.

¿Qué dirá su probo titular?

Tiene que darse un cambio de rumbo. Urge.

Ya pasaron las elecciones, el PRI perdió todo, como no le había ocurrido a ex gobernador alguno y, la verdad, peor no les puede ir.

Entonces, ¿por qué dañar a la gente que nada tiene que ver con los desamores entre marianistas y orticistas, cuyos peleoneros integrantes están dispuestos a no dejar piedra sobre piedra.

Le digo una cosa. La Justicia Federal ya está hasta la coronilla por las broncas estas que no tienen para cuándo acabar.

Al poco tiempo de asumir la gubernatura, se veía impostergable un nuevo pacto propuesto por Mariano.

No hay mañana para este.

Tiene demasiadas facturas de cobro inmediato y con elevados intereses, como para seguir con su actitud de cerrazón.

La tragedia electoral del partidazo

Además de los presuntos 45 mil votos anulados porque a los inocentes electores les dio por cruzar los emblemas del tricolor y del verde en el capítulo de los senadores, hay que sumar la venganza popular en contra del partido que, como quiera, pero hizo gobernador al que hoy se corona como factor de resistencias.

Si no había estímulo económico, el trabajo nada más no se haría.

Y fue el sábado por la noche cuando el tristemente célebre señor Arévalo (con tantita dignidad ya habría renunciado) recibió los costales de dinero para distribuirlos a los comités municipales, para activar las maniobras que en otros estados tuvieron éxito, como aquí no sucedió.

1.- En realidad el gobierno dispuso de muchísimo dinero para apoyar la elección de Peña Nieto. El detalle está en que esa lana no se quedó en Tlaxcala. ¿Qué creé?, dicen que se fue a Michoacán. Y para muestra el escándalo que se armó en la Fepade cuando fue detenido -aseguran nuestras fuentes- un enorme camión atiborrado con electrodomésticos, para repartirlos entre los simpatizantes del señor don Peña, pero allá en la tierra del pescado blanco.

2.- Al parecer, la carga de ese transporte iba a nombre de un tal Saúl Bañuelos… me suena, me suena… ah, ¿qué no es el funcionario de la USET que se otorgó el bono más alto, cuando hicieron añicos un recurso extraordinario de treinta y tantos millones de pesos?… pues qué casualidad, se llaman igualito.

3.- Y como ese nombre coincide con las denuncias presentadas ante la Procuraduría General de la República, es posible que de un momento a otro detengan al funcionario tlaxcalteca, aunque a lo mejor no es (¿usted creé que no?).

4.- Entonces, ¿si los billetes bailaron para Michoacán, por qué no sucedió lo mismo para Tlaxcala?, se preguntan los operadores del gran fracaso tricolor del pasado uno de julio.

Ya sabían que les iba a ir como en feria

Otra versión apunta a una reunión de emergencia en la víspera del cotejo. «Tengo en mis manos las encuestas que me dicen que todo lo perdemos, y nada más ganamos Apizaco».

Dicho esto por el tlatoani, el frío se apoderó de todos.

Se trataba del voto de castigo detectado por varias casas encuestadoras.

Entonces dejó a todo el priísmo morir solo. Al fin que no le debe nada a ese partido. Lo malo es que aprovechó la coyuntura para amachinar el dinero cuya procedencia no acaba de aclararse: ¿provenía del CEN del PRI o de la chequera de la Secretaría de Finanzas del gobierno del estado? No sabemos, pero esa lana fue a parar a alguna cuenta y, no precisamente a la del partido.

Enojo

A la lista de acreedores, muy gordita por cierto, sume usted a los priístas de toda la entidad. Sintieron el frío del abandono.

Entonces comenzaron a alimentar la versión que hablaba de acuerdos entre Mariano y su primo Poncho Sánchez Anaya. El primero fue persuadido del inminente triunfo de AMLO, y práctico como es se dijo a sí mismo, «si va a ganar el peje, para qué gastar tratando de evitar lo inevitable».

En consecuencia a partir del domingo inicia una nueva etapa, que tiene que ver con la gobernabilidad y lo dificil que es lograrla cuando los de casa le dan a uno la esapalda.

Así como se lo cuento, el enojo se traslada al Congreso.

¿Los diputados tricolores serán capaces de perdonar al tlatoani?

Con dinero baila el perro…