Comenzó un gracioso intercambio de metralla. El marianismo está con todo –al menos así lo visualiza- contra los notarios orticistas. Y estos, estallan en risa. ¿Por qué será?

El orticismo salió de su apetrechamiento y en voz del ex secretario de gobierno, Raúl Cuévas Sánchez –hoy notario suspendido- desenfundó el tranchete de la ironía.

Del gobernador Mariano González, le condolió la candidez, manifiesta en el frecuente arrebato esperanzado en sacar algo de jugo de los arándanos deshidratados en el papel de subordinados.

Y al doctor en Derecho, Noé Rodríguez Roldán –secretario de Gobierno- lo acompañó en el dolor que le ha de causar el uso de sus formidables títulos… no sé, tal vez para tapar el sol de alguna ventana mal planeada.

Antes, Noé Rodríguez y el ganoso Marco Antonio Díaz, encabezaron la enésima conferencia de prensa para anunciar que a los dieciséis notarios orticistas los habrán de someter a los peores tratos, como parte de la cancelación de sus patentes.

Que quede claro, no se trata de los líos iniciados por un tal Ricardo, el asistente de la recién despedida directora de Notarías y tampoco de Juan Ignacio Temoltzin, carnal del secretario de la Función Pública. No, ahora la bronca tiene que ver con el Poder Ejecutivo de Tlaxcala.

Y sentaron el precedente.

En Tlaxcala, el Poder Ejecutivo pelea contra sí. Pisotea amparos federales y no le importa que le digan ignorante, pues el fin justifica los medios para dar cumplimiento a las obsesiones del tlatoani. El estado de Derecho ha de ser para este gobierno como una calle sin curvas.

Allá en los inicios de la administración hubo consejeros que sugirieron al jefe del marianismo revisar la naturaleza de las patentes. Parece que lo entendió mal. Tal vez pensó que era momento de mostrar el sin igual músculo de un gobierno que llegó sin deber nada a nadie.

Pero le asignaban el beneficio de la duda, sobre todo en el tema relativo a pagar lo que cuesta una asesoría competente.

Las semanas transcurrieron tan rápido que nadie pudo detener la caída libre de la popularidad de un viejo bigotón que llegó 30 años tarde al poder.

En calidad de Hulk, procedió a derrumbar cuanto muro se le interpuso. Varias rémoras celebraban sus triunfos efímeros y huecos. Esos personajillos con el tiempo llenaron el hueco dejado por los verdaderos abogados dispuestos a batirse por Mariano.

Hoy se ven las consecuencias.

Un gobernador a quien de plano le urge regresar a la prepa abierta porque en treinta años el mundo cambio en tal magnitud que, aun siendo mandamás no alcanza a comprender el verdadero significado de la palabra: “cambio”.

Noé Rodríguez, “el Doctor”, mostró ayer los reales alcances de la parafernalia con la cual se presenta. Quedó atrapado entre la profresía de Peña y el soterramiento marianista. El resultado es lamentable. Nadie lo imaginó ocultándose tras las cortinas de su despacho para evitar los madrazos de su patrón.

De las demás rémoras sobra hablar. Han hecho tanto daño a su iletrado jefe que para los críticos del mandamás, ese es su lugar ideal.

Una de gentes prósperas… ¿no que no?

En este gobierno, “no habrá negocios familiares”… ¿a ver, quién dijo esto?

Pero esas palabras ya están sepultadas por la desfachatez que existe en esta administración que representa el regreso de viejos esquemas que hasta hoy se han negado a descansar en paz.

Nos han dicho que el hermano del influyente funcionario poderoso de la Secretaria de Salud, Jorge Luis Vázquez Soto, coordinador medicó-dministrativo (sus íntimos lo llaman  Loncha), no tuvo ningún empacho en promover que las farmacias de Dios, propiedad de su hermano El Tejocote Vázquez Soto, fueran beneficiadas a través de un convenio con Pensiones Civiles del estado para abastecer los medicamentos a los pensionados y jubilados.

También nos dicen que esos manitos son socios del Hospital Central de Apizaco.

O sea: se ha permitido que las farmacias, uno de los negocios de Pensiones Civiles de Tlaxcala, cuya administración responsable ayudaría a sacar a la institución del bache, se le entregó así todita a un particular, oiga usted con una famita…

A ver don Jesús Fragoso. Hace unos días comenzó usted una limpia en su secretaría. ¿Cómo que no sabe del negociazo con las Farmacias de Dios?

Bueno, pues ahí tiene usted tela de dónde cortar.

Lo menos que esperamos es que reaccione.