Panistas y priístas se enfrascaron en un debate estéril: no hay dinero para ampliar el padrón de senectos… Alejandra Roldán, ¿compromiso social? ¡no inventen!

Nos resistimos a dar crédito al enfrentamiento entre priístas y panistas en el Congreso por un tema como la Ley de Adultos Mayores y la discrepancia que ha causado bajar cinco años a la edad en que ese sector social recibiría –a iniciativa de los azules- el apoyo mensual que a decir de su contraparte no puede darse si no es a partir de setenta años.

Uno y otro bandos llevan con el tema agua a su molino, aprovechando la proximidad de la elección.

Qué mejor para los panistas que observar a su contraparte aferrada a la idea de no ceder un ápice en la reducción de la edad… con ello alientan al electorado a sacar una conclusión: “que cruel es el gobierno al no apiadarse de los abuelos, porque tanto sufre el paso del tiempo uno de sesenta y cinco que uno de setenta”.

A los tricolores los ciega su debilidad de confrontación.

Y como lo justifican en la orden superior de quien no acepta diputados con iniciativa, debemos limitarnos a observar un desacuerdo de los onerosos representantes del pueblo, haciendo cada cual su lucha por jalar voluntades a su causa partidista.

Es notoria la ausencia de liderazgo tricolor en el Congreso. Tal vez una voz solvente habría aprovechado la obstinación orticista de ayudar a los viejecitos, apropiándose del lado positivo de la ley planteada.

Algo así como: “no le hace que el señor Mariano nos la tenga sentenciada si comprometemos la chequera del gobierno, con tal que nuestros senectos incrementen en número al grupo beneficiado”.

Ah, pero no… por ejemplo el secretario de gobierno, Noé Rodríguez, tildó de populista la iniciativa panista y de plano rechazó la posibilidad de modificar el programa federal setenta y más.

Como quien dice, cuando conviene el estado con un gobierno de cambio se ciñe a la disposición del gobierno federal, por cierto aún encabezado por un panista.

Pero en este callejón de pasiones baratas hacía falta la actuación de la mala de la película, encarnada en la candidata suplente del Movimiento Progresista al Senado, Alejandra Roldán Benítez, quien se prestó (estoy seguro que no de manera gratuita) a reventar la sesión extraordinaria convocada para aprobar esta ley de apoyo a los adultos mayores y personas con discapacidad  y la de Desarrollo Rural Sustentable.

La legisladora Roldán Benitez, hoy marianista porque así se lo mandó su conciencia, habrá tenido sus motivos para encerrarse en su cubículo a reflexionar, horas, sobre los frustrados ordenamientos y más que nada en la justificación al pueblo que representa, respecto a su dramática ruptura con el compromiso social mediante el cual sustenta ideológicamente su existencia en el Poder Legislativo.

Dígame qué postura le atrae más, y cual piensa usted que motivará a más personas a obsequiar su voto en julio.

Yo también creo que ninguna.

Haga usted de cuenta que dos bestias de carga se encuentran atadas de sus respectivos cuartos traseros, pero viendo en direcciones opuestas.

Lo más probable es que reviente la reata…

La batalla por las notarías

De acuerdo con el autor intelectual de la entrega de dieciséis patentes de notario al final de su mandato, o sea Héctor Ortiz Ortiz, el enésimo pleito para desmantelarlas sólo tiene intenciones mediáticas para afectar el supuesto avance de la causa albiazul rumbo a la elección de julio.

El gobierno marianista puso a la vista de todos haber respaldado tres demandas de particulares, a través de las cuales supuso que sepultaría la hazaña del ex mandatario.

Hoy anuncia un procedimiento mediante el cual se ataca a sí mismo: “el ejecutivo contra el ejecutivo”.

Me suena a la forma en que ha dado la espalda a la multimillonaria sanción pactada entre el ejecutivo de Tlaxcala y Cemex, en caso de que alguno desconociese sus obligaciones en la construcción de la Central de Abasto.

Ese es otro caso del ejecutivo contra el ejecutivo, cuando se trata de una institución… cierto con distintos titulares, pero al fin y al cabo con la misma limitante marcada por la Ley, pues nada puede hacer uno u  otro grupo, que no le faculte el marco jurídico.

La agresión contra Leonor Romero

Nada hay peor que la violencia en contra de una mujer. Si esta es candidata plurinominal del PAN a diputada federal se encuentra en la misma tesitura.

Pero, qué hacía la ex delegada de Sedesol tan a la media noche en una zona dominada, para desgracia nuestra, por criminales que en este caso pudieron colocarse una careta de priístas.

Leonor puso en riesgo su integridad tras haber estado con su amiga Adriana Dávila. ¿Cómo, departiendo, planeando o asumiéndose en seres nocturnos en franco desafío al peligro?

Fuera de la crisis de nervios de la candidata de florido lenguaje, la agresión se limitó a daños a su bonito Jeep último modelo.

La disciplina va de la mano con la honestidad y, con no provocar a los demonios de la criminalidad a tan altas horas de la noche.