Ni el ex gobernador José Antonio Álvarez Lima, ni el formidable novillero Mariano González Aguirre, fueron tomados en cuenta por su partido para permitirles llegar mediante la magia de las ecuaciones tras la contienda de julio.
En el PRI están tomando muy en serio la serie de chapuzas del presidente Calderón para detener la cabalgata encabezada por Enrique Peña Nieto. Según Milenio, Josefina Vázquez Mota se halla a siete puntos del priísta (EPN 36, JVM29, AMLO 21) y el candidato de las izquierdas nada más no despunta.
Una de las primeras acciones para contrarrestar a quien ganó, “aiga sido como aiga sido…” es configurar una lista competitiva de candidatos al Congreso, aun cuando los nombres de Emilio Gamboa, Manlio Fabio Beltrones ó Carlos Romero Deschamps, sigan acaparando reflectores, si a final de cuentas se trata, digamos de marcas ganadoras.
Lo doloroso para nosotros es que ningún paisano tuvo acceso a ese listado. Ni el ex gobernador José Antonio Álvarez Lima –quien se encontraba más que puesto para brincarle al Senado por la vía plurinominal- ni el joven consejero nacional Marianito González Aguirre, quien también se encontraría preparado para recibir buenas noticias.
Debemos reconocer que a estas alturas no hay figuras en el PRI local que puedan brillar en el escenario nacional, como en otros tiempos –hay que reconocerlo- ocurrió con Tulio Hernández, por ejemplo.
Hasta Beatriz Paredes, se olvidó de la paisanada y no incluyó a tlaxcalteca alguno en las hojitas esas que le platico, como en cambio sí lo hizo con militantes chilangos, acaso por quedar bien con personajes clave en su romántico proyecto de conquistar al último bastión de las izquierdas, por cierto más afianzado que nunca.
Hay versiones que ahí por el número 47, podría aparecer el nombre de Guadalupe Sánchez Santiago, aunque habría que ver si las reglas tricolores permiten a una candidata por el principio de mayoría relativa participar también en el de representación proporcional.
Y más hacia los cuatrocientos nombres inscritos aparecería otra mujer, tal vez de Huamantla y de apellido Zamora, pero eso está por verse.
Parece que el distanciamiento entre los altos mandos del gobierno y su partido comenzó a tener consecuencias.
A los priístas del centro no se les olvidó aquello de: “no le debo nada al partido”; y todavía guardan con más rencor la otra versión: “soy gobernador gracias al apoyo de otros partidos”.
Pues ya ve, eso devaluó a la militancia local y la dejó fuera de recibir el beneficio de llegar a una curul gracias a la magia de las ecuaciones tras la contienda de julio.
A reserva de esperar la publicación oficial de las listas pluri, nos encontramos en condiciones de informarle que los priístas tlaxcaltecas no son santos de la devoción de la comisión electoral de ese partido.
La inclusión de Marianito en el Consejo Político Nacional muy a la fuerza, pues también debe haber movido a la conciencia tricolor, fría, impasible y temible en sus determinaciones.
El truene de Noé
A final de cuentas, resulta que secretario de gobierno que tanto ha deseado dejar esa posición, fracasó en su intento por construir los muros que le permitieran con el paso del tiempo, ser el sustituto de Mariano.
Primero, le pasó lo que al pez… por la boca, o más bien por la flojura de su boca, comenzó a padecer el más escandaloso viacrucis que, ni le permitió ser candidato a senador, ni lo catapultó a la lista pluri y, “ni siquiera” candidato a diputado federal.
En otras palabras, Noé es un nini bastante añoso cuyo presente y futuro políticos son un rotundo fracaso.
El renuevo generacional
Parece que quien va en caballo de hacienda representando los intereses de grupos como el marianismo y el cisnerismo, es el jovencito que despacha en la Secretaría de Finanzas.
Habría que advertir la espesura de su sangre como principal causa de distanciamiento con el llevado y traído tejido social, pero al fin y al cabo es el único delfín al que no se le odia, tal vez por la sumisión demostrada ante la intolerancia del mandamás.
Lo malo de este caso es que no hay universidad en el mundo que imparta cursos para eliminar el plomo de las personas. Y así, difícilmente se puede uno convertir en un elemento de confianza… se puede ser bueno en varias disciplinas, pero si no cae bien a la gente, mejor despídase de esta carrera.
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