Ante miles de seguidores, el precandidato único del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, sacó el tema que hacia minutos trató con su amigo Mariano: la omnipresencia de Paredes en el partido que, sin ella nada más no se mueve.
Enrique Peña Nieto confortó ayer a Beatriz, augurándole buenos resultados en la elección de Jefe de Gobierno en el DF. La expresión fue un comprometido gesto a la paisana, a quien las encuestas le confirman que como están las cosas, en la Capital hay PRD para rato.
Lo valioso fue el detalle, ante miles de tricolores emocionados un poco por ver a su apuesto copetón en plena acción, y otro porque de repente se dieron cuenta que iban en la dirección equivocada. Sutilmente la diputada con licencia les dijo: “o se alinean a apoyar a mi papucho o se quedan sin chamba pues recuerden su pasado orticista los tiene con una pata afuera del gobierno de Manchis”…
Lo que son las cosas verdad, se supone que el gobernador había echado mano de un antibeatricista en plenitud –Joaquín Cisneros- quien pese a esa especie de complicidad con su amigo-amo para malquerer a Bety, tuvo ayer que enseñar el puente poniendo una de sus mejores sonrisas a lado de… nada menos que Beatriz, la misma que operaría su derrota allá por el 98, a causa de una bola de majaderías.
La influencia de la ex gobernadora se vio en cambio, con Anabel Ávalos, quien calladamente tiene carácter para lidiar lo mismo con Mariano que, para estimular a su partido e incluso despojarse de resentimientos que pudieron haberse generado a su bloqueado paso por la Secretaría de Gobierno.
A Beatriz se le vio rebosante. Una vez que se despojó de Lorena –quien llegó a ser su otro proyecto- se dispone ahora a dar su protección lo mismo al ex presidente de la feria que a la ex secretaria general del PRI.
En la reunión privada que Peña sostuvo con Mariano, su verdadero anfitrión, además de hablar largo y tendido sobre la innegable fuerza que conserva la Paredes, se puso sobre la mesa al trío que representará al PRI en los distritos electorales federales.
No pierda de vista el desempeño de nombres como Silvestre Velázquez, Enrique Padilla y Eréndira Cova, porque ayer se reafirmó la máxima aquella de que no todos los que comienzan necesariamente llegarán al fin.
Lorena a la baja
Llegó sin invitación al salón que lleva al nombre de su abuelo, Joaquín Cisneros Molina. Careció de comité de recepción y parecería que Andrés Manuel López Obrador, prefirió no distraer su amplia disertación sobre cooperativismo, tema que le permitió dibujar lo que será su política con el sindicalismo.
Perdidas en la inmensidad de la indiferencia, Lorena Cuéllar y, cómo se llama esta… ah sí Martha Palafox, iniciaron su viacrucis por las izquierdas mexicanas, algo diametralmente opuesto a lo que acostumbraban.
Digamos que lo más duro de este asunto es no caber en ningún lado. En el PRI se cerró la puerta. Y en el PRD, se topó con Gelacio Montiel –entre otros- advirtiendo que no por nacer en sábanas de seda se sienta con derecho de despojar de un lugar ganado a lo largo de un largo trecho de lealtad y militancia.
Parece que este no es el momento para Lorena ni para la otra señora, quien por cierto conserva aquél desfiguro lleno de hostilidad cuando riñó con Dolores Padierna, la misma a quien hoy tendrá que hablar de usted.
Como siempre, la convocatoria del Peje fue extraordinaria. La sonrisa de sus principales promotores en Tlaxcala fue infaltable (ASA y Maricarmen estaban felices) y el infaltable desorden a un acto perredista, pues no se hizo esperar.
Una raya más al tigre de los pleitos legales del marianismo
El amparo tramitado por la UAT en torno al comodato de la Plaza del Bicentenario, parece haber doblegado los múltiples intentos de los asesores legales de este régimen para desconocer dicho comodato y no parar en los reclamos por la supuesta mala calidad de la construcción.
Lo malo es que aun enterados, los responsables de las reiteradas derrotas legales no se toman la molestia de informarlo a quien cada quincena firma sus cheques.
Lo más molesto para el director de la orquesta es la manera en que su principal adversario se lo dijo en su última aparición pública… cuando se aventó aquello de, “me tienen miedo por mi popularidad”.
Si mal no recuerdo se pitorreó de la malitos que son los abogados del marianismo. Los mismos que han hecho a su patrón disponer de serias cantidades para destinarlos al pago de despachos externos para poder reparar un poco de lo mucho destruido por su incapacidad.
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