Nadie puede brillar más que el amo, aunque este apueste por acciones retrógradas, tales como condenar el proyecto que pretende tocar puertas en el gobierno federal para quitar a Tlaxcala la carga presupuestal del HIT, que en 2010 superó los 111 mdp.

¿Cuáles son las causas que mueven al gobernador Mariano González Zarur, a empeñarse en mantener al Hospital Infantil de Tlaxcala (HIT) bajo la tutela del Órgano Público Descentralizado Salud de Tlaxcala, y bloquear los trámites para hacerlo un OPD, y por lo tanto, obtener su presupuesto de la Federación?

Ninguna dentro de la lógica.

Y al contrario, denigró los esfuerzos de uno de sus colaboradores más sobresalientes, incluso a nivel internacional, Daliel Romero López, a quien tocó la desgracia de ser medido con la vara de la ignorancia padecida por, “el coordinador de los esfuerzos de los tres poderes”.

No exageramos al decir que la estancia de Romero López, en el HIT dota a este nosocomio de un brillo particular. Que autoridades de países de Centro y Sudamérica, tendrían los ojos puestos en dar recursos y recibir conocimientos de este extraordinario hospital, el cual tampoco escapa de la mirada de naciones europeas en cuyas impresionantes agendas se encuentra el nombre de Daliel Romero López, uno de los investigadores mexicanos más exitosos en el campo de la medicina celular.

Pero para el amo, este especialista no es más que un sujeto a prueba, cuyo paso por la dirección del HIT obedece a recibir de él el beneplácito  del desmantelamiento de la institución, donde según el señor Manchis, al personal médico se le paga dos o tres veces arriba de lo que debe ganar.

Qué criterios utiliza González, para calcular las percepciones de cirujanos y especialistas que, lo mismo se desempeñan en el complejo mundo de los trasplantes, que dan vida y hasta alegría –el 30 de abril la fiesta a los niños fue inolvidable- a quienes por alguna causa depositaron en esta institución sus últimas esperanzas de vida.

Insisto, el gobernador de Tlaxcala aplica criterios contables en un ámbito que le demanda una sensibilidad extrema. Y creo que está difícil convencer a un tipo tan fuera de lo común, por condenar a que alguien brille más que él, del tremendo error  en el cual está inmerso.

Creo que la renuncia de Romero Pérez, va de la mano con la dignidad de un profesionista que abandonó temporalmente su entorno, para dedicarse a promover la imagen de Mariano González, a lado de su gran amiga y aliada, Blanca Águila Lima, alcaldesa de Zacatelco, lideresa moral de los trabajadores de la Secretaría de Salud y factor de estabilidad en el mismo OPD Salud de Tlaxcala.

Pero eso, al señor Manchis lo tiene sin cuidado, pues ya abrió la boca y ahora qué, ni modo de reconocer el craso error en el que incurre. Ni modo de no mutilarse una extremidad más que útil en el ambiente de la Salud, tanto en lo médico como en lo político. Y créame que los médicos son unos grillos…

Romero, se esmeró en un proyecto con el cual el HIT aspiraba a financiamiento federal, alcanzando el nivel de OPD. Lo puso a disposición del gobernador, del secretario de Salud y, estos, lo tendrían que enviar al Congreso para  ser aprobado y comenzar así la aventura ante instancias federales que culminaran con el gran objetivo.

Pero, ¿cómo?

Nadie puede brillar más que el gobernador. Nadie le va a decir al gobernador cómo ahorrar 111 millones de pesos –que fue el presupuesto de 2010- si se está enfrentando al mago de los números.

Así que en lugar de apostar a la amplitud de un OPD, el señor Manchis consideró factible hacer del HIT, “un centrito médico”.

Ojalá no haya estado pensando en el Hospital Central, propiedad de su manita y de su cuñao, el as de la cirugía provincial con la cual hace fortuna y del otro as, el que hace como que es secretario de Salud de Tlaxcala.

El gobernador y sus estilos de capataz, se toparon con muro. No es un esclavo aquel a quien desbordó su ira de mandamás, es un profesionista de altos vuelos, cuya ausencia –si es que así lo decide- significará la devaluación más notoria del manchi equipo, en un tiempo realmente corto.

¿Oiga, y el Puerto Seco?

Ignoro los motivos por los cuales el gobierno de González Zarur, no ha pedido cuentas de las decenas y decenas de hectáreas compradas por su antecesor, en la zona de Atlangatepec, donde se supone sería construido una enormidad de bodegas y otras instalaciones, que generarían miles de empleos.

El proyecto se llama Puerto Seco y la gran extensión, alrededor del aeropuerto de Atlangatepec, quedó en suspenso. Lo que sí le puedo decir es que tiene un nuevo dueño que se llama Gobierno del Estado de Tlaxcala.

A no ser que las hectáreas se hayan escriturado a un particular. No lo dudo eh… pero ni pensarlo, se imagina usted la que se armaría.

Pues, apelando a lo rasposo de nuestro señor Manchis, nos permitimos hacerle la más sentida petición para que se aplique a fondo –como también lo debe hacer su magic team, sí el del peloncito cachondo y el chaparrito picapleitos- para dar con la situación actual de la importante inversión que nos había de colocar como puerta de llegada al mercado más grande del país.

O el manchi equipo es de memoria corta, o no se quieren dar cuenta que tienen en sus manos un caso más, para no regarla como en los anteriores, y para demostrarnos que cobran por un trabajo, no nada más le llega su cheque por andar picándole la cresta al patrón.

Son más de ochenta hectáreas, en las que mucho tuvo que ver un tal Víctor Cánovas.

Andan desorientados

A la titular del Instituto Estatal del Deporte (IDET) le ha molestado la crítica de uno de los colaboradores de e-consulta. Pero de plano devino en una fiera, al sentir las ironías expresas de los múltiples lectores, en este, un sistema interactivo, de la mano con la tecnología de punta.

Hoy, intenta responsabilizar a este proyecto de ciertas opiniones vertidas por seguidores de su trayectoria entre lo deportivo y lo político, hecho que a nosotros nos lleva a recordarle que no es e-consulta quien así opina, sino es en este espacio donde sus seguidores –para bien o para mal- plasman sus ideas y hasta imágenes, subiditas de tono.