El “coordinador de los esfuerzos” de los tres poderes se encuentra fuera de forma; dar limosnas a quienes supone sus incondicionales, debilitó escandalosamente a su administración… sus órdenes, devaluadas lo exhiben como un líder desfasado.
En este sexenio hay alguien que manda, sí señor. Y cada día manda más… sí, porque no lo obedecen.
Haciendo eco a la calidad de coordinador de los esfuerzos de los tres poderes –como hace poco se definió el gobernador Mariano González Zarur- una lógica tricolor en plena crisis, llevó al gober y a su encargada de la política interior del estado, a entablar la relación teóricamente correcta con el diputado presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso, Héctor Martínez García.
Satisfecho por cosechar ciertos beneficios de esa relación, el laberintoso priísta hizo como que asentía a las indicaciones superiores, ya sabe usted para imponer su particular estilo de operar, sobre todo con la oposición.
Y de los logros más visibles, dos plazas dos, para sendos sobrinos de Martínez, cobraron vigencia en el contexto del poder ejecutivo de Tlaxcala: Ariatna y Víctor, ambos de apellido Cortés Zamora, ingresarían en nómina. La primera como supervisora de zona en la Secundaria Técnica 23 de Ixtulco, adonde se presenta muy puntualmente, pero nada más los días de quincena (creo que igualito lo hace en el Congreso).
Al otro sobrino, a Víctor pues, lo designaron jefe de departamento en el Colegio de Bachilleres (Cobat), aunque ha tenido que enfrentar la oposición del sindicato y, de plano no ha podido asumir.
El amo y su primera de abordo suponían que el laberintoso beatricista sería recíproco con semejantes consideraciones. Entonces le fue enviada la primera misión (imposible):
1. Hacer lo que su alcance estuviera para remover al titular del Órgano de Fiscalización Superior, Luciano (el ratón) Crispín Corona, de quien el amo tiene el peor concepto, pues ya sabe, entre contadores como entre gitanos no se leen las cartas y como manchis es todo un divo en el arte de contar cosas, pues el tal Cris le estorba.
2. ¿Se acuerda del diputado trácalas, sí, el que compra y vende coches… sí el que anda diciendo que siempre tuvo un corazón tricolor? Ándele le atinó, Eloy Berruecos. Tendría que ser removido de la JCyCP, pues al amo no le cae… vamos no hay la mínima posibilidad de afecto hacia el ex convergencista.
3. En esa misma tesitura, Héctor Martínez tenía que impedir la llegada de Eladia Torres –por orticista- a dicho órgano interno de gobierno del Legislativo, en su calidad de único miembro del Partido Naranja.
Óigalo bien, ninguna de las indicaciones giradas fue acatada. ¿acaso las plazas dadas a los sobrinos no eran un pago que satisficiera la expectativa de Héctor Martínez? Pues parece que no eh.
Ah, faltaba una orden más, desde luego incumplida por el tremendo legislador, cuyos múltiples flirteos con el orticismo, me lleva a pensar en una alianza perversa y muy dañina para el interés marianista.
El singular líder tricolor tenía que hacer lo que todo tricolor bajo el yugo de un jefazo como debería ser Mariano, para incluir en la Comisión Especial para evaluar a magistrados de tiempo cumplido a los legisladores Mildred, Silvestre y Ramiro, pues ellos cuentan con el perfil requerido, mas la atenta petición formulada por la secretaria de Gobierno, Anabel Ávalos Zempoalteca, devino en una comisión cuyos integrantes, para nada se parecen a los que le platico.
Lejos, muy lejos del papelito con las órdenes superiores, dicha representación quedó conformada por los diputados, Juan Javier Potrero Tizamitl, Silvestre Velásquez Guevara, Teodardo Muñoz Torres, Fortunato Macías Lima, Vicente Morales Pérez y José Víctor Morales Acoltzi.
¿Híjole, pues qué ocurrió?
Sencillo. Cuando mandas y mandas y no te obedecen, seguramente andas urdiendo una de esas alianzas perversas cuya bandeja de maldades incluye al fuego amigo, que aquí entre nos, en el tricolor tiene expresiones exquisitas, como esta que te describo.
Y el coqueteo de Martínez con el PAN va en serio. Por eso pesa más en la JCyCP una sugerencia de la coordinadora de la bancada albiazul, incluso de Alejandro Aguilar, y ni qué decir del vendedor más grande de Tlaxcala (de protección, a los alcaldes), el mismísimo Crispín, cuya permanencia al frente del OFS ya fue acordada en dicho aquelarre, muy a pesar del exceso demostrado en apenas dos meses del nuevo ejercicio.
En dicho lapso, el controvertido auditor habría dispuesto de más de la mitad del presupuesto para todo el año. Lo curioso es que al órgano fiscalizador no hay quien lo fiscalice. Al contrario, la protección panista-orticista con el concurso del PRI en su versión Héctor Martínez –o sea Beatriz- se encuentra tejiendo fino lo que hoy, primero de abril de 2011, le puedo adelantar como el peor descalabro del otro PRI, el de Mariano y Anabel, cuyo margen de acción y operación, esta visto, es demasiado reducido… acotado, como suelen decir los conocedores de la política.
¿Sabe?, esta cadena de desaciertos podría confirmar nuestra tesis, en el sentido de los irrisorios resultados a cambio de pagos pequeñitos.
Yo creo que la expectativa de Martínez no se limitaba a dos plazas para sus queridos sobrinos. Se sobreentiende a esa posición como el boleto premiado de la lotería. La puerta grande para penetrar al presupuesto.
Así funciona el sistema priísta. Sobre todo del viejo PRI.
Las tres eses de Mariano –sumarse, sumarse y sumirse- se cumplirían a cabalidad si a cambio no hubiese la estrechez vigente, en los ámbitos de operación política mediante el generoso e infalible intercambio de favores por harta lana.
Fíjese hasta donde el exceso de confianza y la improvisación, pueden ser dañinas a una causa, si hasta la manchiagenda es compartida con Héctor Martínez (junior) por una de las personas más cercanas al amo. Eso se llama amor del bueno o de plano tener tatuada una pe en la frente.
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