Desde el pasado fin de semana prácticamente se tiene definida la lista de los aspirantes de Morena a las presidencias municipales, sin embargo es la fecha que no recibe el aval de la dirigencia nacional, razón por la cual se ha retrasado su publicación, pues se piensa que aún podría tener ajustes de última hora.
La explicación de lo anterior es muy simple, pues resulta que hay candidatos y candidatas que al ser vinculadas con Morena no sólo se comen la ventaja que como partido se tenía sobre sus adversarios, sino que en algunos casos dejan de estar en zona de competencia.
Los 60 aspirantes que fueron palomeados y avalados en Tlaxcala ya pisaron la oficina del secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez Hernández, quien en compañía de la soberbia diputada local con licencia Marcela González Castillo, les leía la cartilla y les obligaba a firmar primeramente su carta de aceptación, para después poner sobre el escritorio su carta de renuncia por aquello de que fuera necesario llevar a cabo ajustes.
Aunque muchos aseguran que la designación recayó en su totalidad en la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, lo cierto es que en ese proceso ha tenido gran responsabilidad e injerencia Luis Antonio Ramírez y Marcela González que han ajustado la información disponible para favorecer a sus propuestas y no las que realmente garantizan el triunfo, de ahí que el PT y otros partidos han aprovechado esa deficiente y equivocada operación para cachar candidatos y candidatas a alcaldes que podrían ganar los comicios del próximo 2 de junio.
Per no crea que todo lo han hecho mal, por ejemplo en Huamantla están respaldando las aspiraciones del morenista Carlos Santiago Pimentel, quien según todas las encuestas que se han levantado en ese pueblo mágico ya le sacó una ventaja de 8 puntos porcentuales a Salvador Santos Cedillo, alcalde con licencia que busca su reelección a través del Partido Verde Ecologista de México y quien se ha visto envuelto en serios escándalos en las últimas semanas.
Y ya que hablamos del Partido Verde Ecologista de México, entre los lorenistas hay molestia porque están siendo “obligados” a trabajar los fines de semana por ese instituto político y su desapercibido candidato al Senado, Sergio González Hernández.
Se trataría de empleados de confianza y de honorarios de varias dependencias estatales a los que se les ha exigido que compren una playera guinda y verde para acudir a los eventos proselitistas del ex secretario de Gobierno, quien sigue hundido en el sótano de las preferencias electorales.
Además, muchos no conciben que Margarita Cisneros Tzoni haya aceptado la candidatura a diputada local por el partido del tucán en un distrito de Huamantla y se la pase pidiendo el voto por Sergio González, cuando él influyó de manera determinante para que fuera despedida del Instituto Estatal de la Mujer.
El pleito entre los legisladores locales del PT Miguel Ángel Covarrubias y Bladimir Zainos Flores de Nueva Alianza sigue y amenaza con subir de todo. Los dos buscan la reelección por el distrito 12 con cabecera en Teolocholco y en su argüende de poco monta deja entrever su ambición y que los principios de la Cuarta Transformación de no robar, no mentir y no traicionar son palabras huecas.
Otro que también hizo el ridículo fue el bobo secretario de Seguridad Ciudadana de Tlaxcala, Alberto Perea Marrufo, quien durante el conflicto del lunes por la noche en la comunidad de Tizatlán evidenció que no sólo desconoce el territorio que supuestamente vigila y cuida, sino su nula capacidad para hacer valer el Estado de derecho.
Ayer durante la mesa de seguridad, el tonto funcionario fue incapaz de dar un diagnóstico serio del problema y su situación, de ahí que para muchos fue fácil asegurar que el malestar de los ciudadanos por la ola delictiva de esa comunidad de Tlaxcala era falso y que su movimiento obedecía a un asunto de carácter político, porque según sus datos Tlaxcala es de los estados más seguros del país.
Es obvio que los funcionarios ven lo que les conviene y sólo lo que quieren ver.
Resulta idiota que Alberto Perea que cuenta con un equipo de inteligencia se quejara durante el desarrollo de la mesas de seguridad de la presencia en el conflicto antes mencionado de un reportero en estado de ebriedad que según él incitaba al desorden y que se trataba de un miembro del equipo de e-consulta Tlaxcala, lo cual es falso y ridículo porque el aludido trabaja en otro medio de comunicación.
De todos los secretarios de Seguridad que ha tenido Tlaxcala desde que inició la actual administración, el actual resultó el más ineficiente y tarado de todos porque es incapaz de conectar el cerebro con la lengua y porque declara puras estupideces, como es el hecho de asegurar que en la entidad existen “levantones con consentimiento”.
Ahora entiendo porque el gobierno estatal insiste en que Tlaxcala es de los estados más seguros del país, si hay funcionarios de ese bajísimo nivel.
Qué pena.
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