En esos baños de pureza y golpes de pecho que suelen darse todos los políticos, bien valdría la pena que muchos antes de lanzar reproches, acusaciones, lamentaciones y demás gemidos por actos de corrupción, se detuvieran a ver si no tienen cola que les pisen o si en verdad no están salpicados de suciedad.
Tal es el caso del fuerte, pero delicado diputado de Nueva Alianza, el musculoso Bladimir Zainos Flores, quien en la última sesión donde se analizaron y aprobaron diferentes dictámenes cuenta públicas aprovechó la tribuna del Congreso del Estado para desacreditar la administración del fallecido alcalde de Tepeyanco, Gaudencio Morales Morales, quien manejó los recursos del ayuntamiento de enero a hasta los primeros días de octubre del año pasado, siguiendo con el desorden Francisco Ixtlapale Pérez, personaje que hasta la fecha gobierna ese pequeño municipio.
Fiel a su estilo y con la clara intención de ganar admiradores, suspiros y de paso reflectores, Zainos Flores expuso que: “Tepeyanco con más de 20 millones de pesos es el municipio con el mayor daño patrimonial en el #Estado en proporción a su número de habitantes, con base en los informes de resultados de la cuenta pública emitida por el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) en los primeros 4 meses de sept-dic 2021 no pudieron justificar la aplicación de recursos públicos por el orden de $6.9 millones de pesos y de ene-sept/2022 tampoco comprobaron $13.4 millones de pesos lo que resulta que de sept. 2021 a sept. 2022 no justificaron en que se gastaron más de “20 millones de pesos”.
“Los ciudadanos de #Tepeyanco necesitamos saber qué pasó con el daño patrimonial más grande en la historia de nuestro municipio, es alarmante y alguien tiene que dar una explicación del primer año de la administración, ¿En dónde quedó ese recurso?”.
Hasta aquí el dramático texto que el legislador publicó en redes sociales.
Comparto su legítimo derecho de saber en qué se han gastado los recursos públicos y de iniciar los procedimientos administrativos y penales para castigar a los responsables de esas graves anomalías financieras, porque de lo contrario jamás se acabarán los excesos y abusos que llevan a cabo las autoridades.
Pero así como muestra interés y preocupación por lo que sucede en el ayuntamiento que gobernó hace unos años, también debería abrir los ojos y pedir que se castigue las anomalías en la que él como coordinador del grupo parlamentario de Nueva Alianza está solapando y encubriendo.
Resulta que un trabajador de su fracción parlamentaria que se encuentra inhabilitado para ser contratado o desempeñar un cargo en la administración pública, cobra puntualmente su sueldo en el Congreso del Estado.
Su nombre es Armando Hernández Ramírez y hasta donde se sabe se desempeña como secretario técnico. Este personaje fungió como Director de Relaciones Laborales de la Secretaría de Educación Pública en el periodo de 01 de enero del 2016 al 31 de diciembre del mismo año, es decir, en los últimos meses de la administración del hacendado gobernador, Mariano González Zarur.
El ex funcionario marianista fue inhabilitado por presuntos malos manejos en su cargo y por contratar a familiares de manera irregular, tan es así que la Contraloría del Ejecutivo (Hoy Secretaría de Función Pública) le inició el pasado 8 de septiembre del 2017 un procedimiento de responsabilidad administrativa.
Además, ese individuo forma parte principal de la Carpeta de Investigación: FED/FEMCC/FEMCC-TLAX/0000431/2022.
Ojalá el diputado Bladimir Zainos ofrezca una explicación sobre este caso y que ésta sea creíble, no sólo porque ese personaje forma parte del personal de la fracción parlamentaria de Nueva Alianza, sino porque además él integra el Comité de Administración del Congreso del Estado el cual está encargado de verificar que no haya corrupción, anomalías, excesos y demás irregularidades como el que un inhabilitado para trabajar en el servicio público esté cobrando en el Poder Legislativo de Tlaxcala.
O no.
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