Los focos de alarma se han encendido una vez que la administración lorenista ha comprobado que está desahuciada en su operación política y sindical, pues ha fracaso reiteradamente para tratar de controlar e imponer una dirigencia a modo en el poderoso gremio de burócratas “7 de Mayo”.

 

 

Es el primer gobierno estatal de Tlaxcala que no ha podido someter a ese sindicato a su órbita de influencia y poder. Con decirle que hasta el castrado e intermitente mandatario priista Marco Antonio Mena Rodríguez supo dominar a ese grupo, el cual hoy no tiene problemas para mostrar su rechazo y su malestar contra la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.

 

Dudo que la mandataria morenista logre imponer a la hija de sus compadres, Pedro Erazo Rivera y Guadalupe Rodríguez Guzmán, la insufrible Karina Erazo Rodríguez, como dirigente del “7 de Mayo”, pues ayer en Asamblea con carácter de Congreso, los agremiados de ese sindicato designaron a su Comité Ejecutivo que nuevamente quedó encabezado por Enrique Escobar Cortés.

 

El grupo opositor a la actual administración no sólo cumplió con todos los requisitos legales, sino que reunió el quórum necesario, evidenciando que la mayoría de los trabajadores basificados del gobierno estatal están molestos y hartos con la política laboral y el acoso que los funcionarios lorenistas comandados por el bipolar Ramiro Vivanco Chedraui, Oficial Mayor de Gobierno, ejercen contra ellos.

 

La administración lorenista abrió un frente que terminará por generar serios problemas y una mala imagen, pues si alguien se entera de las anomalías, excesos, transas, omisiones, errores administrativos, deficiencias y fallas en la operación de las dependencias estatales son los sindicalizados, quienes no pierden la oportunidad de recabar la información y los documentos que poco a poco están apareciendo en los medios de comunicación que sólo llevan ante los ciudadanos y las ciudadanas las irregularidades de los actuales funcionarios.

 

Nunca se había sentido un nivel de rechazo y repudio a un mandatario como el que hoy se percibe contra la gobernadora Lorena Cuéllar, a pesar de que hubo otro jefe del Ejecutivo con pésimo carácter y humor como fue el hacendado Mariano González Zarur.

 

Los culpables de complicar, enrarecer y alentar la confrontación con los sindicalizados del “7 de Mayo” son el cansado e ineficiente secretario de Gobierno, Sergio González Hernández y su inútil “asesor estrella”, el voraz Miguel Sánchez Ramírez, director jurídico de la Segob, quien después de disertar sesudas reflexiones sobre leyes para apantallar, según él, no resuelve nada ni tampoco logra destrabar nada, porque el problema persiste y éste tiende a agravarse.

 

Hoy se ha perdido el caso del sindicato “7 de Mayo”. Dudo que los agremiados se sometan al círculo de influencia de la actual administración y menos por los maltratados que han sufrido a lo largo de 21 meses que lleva el gobierno lorenista.

 

El gobierno estatal podrá recurrir a su influencia y poder para retrasar el reconocimiento legal de la dirigencia de Enrique Escobar, pero tarde o temprano terminará por aceptar y negociar con los legítimos líderes del sindicato porque la ley es la ley.

 

Sólo es cuestión de tiempo para ver la derrota de la administración lorenista que por lo visto le encanta doblar las manos ante los sindicatos que siempre terminan imponiéndose a un gobierno débil, como lo ha hecho el gremio de los trabajadores de la Secretaría de Salud.

 

Al tiempo.

 

Sigue el problema de acosadores en el Cobat

 

Si alguien pensó que con la salida del complaciente Darwin Pérez y Pérez de la dirección general de Colegio de Bachilleres de Tlaxcala se olvidarían las denuncias de acoso sexual contra alumnas por parte de maestros y prefectos, se equivocó porque los padres de familia del plantel 01 están exigiendo al nuevo responsable de la institución, José Alonso Domínguez Trujillo, que los reciba y fije su postura en torno hacia ese grave problema que persiste.

 

A través de escritos, los padres lamentaron que el ex director general Darwin Pérez nunca los haya recibido y que otras autoridades responsables de los planteles hayan optado por proteger a los presuntos acosadores, porque para nadie es un secreto que siguen laborando como es el caso de los prefectos Raúl Hernández, Fernando Zepeda y otros más.

 

Las autoridades del Cobat fueron cómplices de esas conductas inapropiadas y queremos ver si José Alonso Domínguez mantendrá esa actitud o realmente dará apertura a las alumnas y a los padres de familia para que expongan sus casos y se proceda en consecuencia.

 

El poblano José Alonso Domínguez debe dar la cara y atender esta y otra problemática del Cobat. Ojalá que pronto de la cara y asuma su responsabilidad, porque si piensa que escondiéndose va a limpiar el cagadero que recibió se equivoca.

 

Pronto veremos si el nuevo director general del Cobat vino a trabajar y a poner orden o sólo llegó para tapar las anomalías y a seguir solapando a los prefectos y maestros acosadores de alumnas.

 

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