Con la soberbia al tope y 23 gubernaturas en la bolsa, Morena se alista para conservar en los comicios de 2024 la presidencia de la República y alcanzar la mayoría absoluta no sólo en la Cámara de Diputados, sino en el Senado, tal y como lo pretende el aún presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para garantizar el futuro de su proyecto y el control total del país.

 

 

El PRI perdió un bastión importantísimo para su causa, pues ayer la esposa del convenenciero Marianito González Aguirre, la ex candidata priista a la gubernatura del Estado de México, Alejandra del Moral Vela, fracasó en su intento por retener esa posición clave para el futuro del ex partidazo y de su acomplejado marido que soñaba con tener ese respaldo para buscar en el 2027 la gubernatura de Tlaxcala.

 

Los priistas podrán decir que no les fue tan mal en las elecciones de ayer domingo porque lograron retener la gubernatura de Coahuila con Manolo Jiménez Salinas, demostrando que Morena y sus candidatos no son invencibles, pues la diferencia que ese militante del PRI le sacó al abanderado morenista, Armando Guadiana Tijerina, fue de más de 30 puntos porcentuales.

 

Morena llega más que fortalecido a los comicios presidenciales del próximo año. Con el Estado de México suma 23 gubernaturas controladas, incluida la influyente y poderosa Ciudad de México. El PAN sería el partido con más gobernadores (Yucatán, Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes y Chihuahua), mientras que el PRI sólo conservaría Durango y Coahuila, el mismo número que tiene Movimiento Ciudadano con Jalisco y Nuevo León.

 

Las posibilidades de que Morena gane los comicios presidenciales son amplias, sin embargo ese partido debe cuidar sus procesos internos para elegir a sus mejores candidatos y evitar la imposición de amigos, hermanos y familiares porque corre el riesgo de dividirse y dar elementos para que la oposición se fortalezca.

 

Veremos si el presidente López Obrador compone y reencauza la sucesión en Morena, porque hay corcholatas que no están conformes con el proceso interno que pareciera estar cargado para beneficiar a alguien en lo particular, situación que ha alimentado la versión de que podría registrarse una ruptura que incluso podría beneficiar a la oposición.

 

La intensidad de los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena aumentará, al igual que el activismo de los morenistas que buscan participar en los siguientes comicios como abanderados para el Senado y las diputaciones federales.

 

En aquellos estados donde haya gobernadores de Morena fuertes y con liderazgo difícilmente se complicará la designación de candidatos, pero en aquellos donde hay mandatarios débiles, indecisos o medrosos seguramente se enfrentarán problemas porque los grupos al interior de ese partido tratarán de presionar para obtener posiciones.

 

En Tlaxcala la disputa por las candidaturas al Senado y a las diputaciones federales ya es ruda y conforme pasen los días se incrementarán los roces y las descalificaciones, debido a que en Morena existe un dirigente estatal, Carlos Augusto Pérez Hernández, sin liderazgo y sin capacidad para conducir el proceso interno y a que los aspirantes se sienten respaldados por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros que a todos les dice que sí, sin que a ninguno le haya demostrado su genuino respaldo como ha pasado con su hija Fernanda Espinosa de los Monteros Cuéllar que anda desatada para convertirse en diputada federal.

 

Aunque en lo personal me resistía a creer que la mandataria no cometería el error o caería en la tentación de impulsar las aspiraciones de una de sus hijas, hoy debo aceptar que me equivoque y que los hechos demuestran que sí es así. A la hija ya le gustó la política y para nadie es un secreto que quiere conseguir su primer cargo de elección popular en el 2024.

 

La soberbia ya se apoderó de los morenistas y sólo se requiere ver sus publicaciones que realizan a través de las redes sociales para comprobar que se sienten invencibles.

 

Y ese ambiente de soberbia y arrogancia seguramente se traducirá en más pleitos y diferencias entre los grupos del secretario de Gobierno, Sergio González Hernández y el del junior amante del golf, Alfonso Sánchez García, quien sigue utilizando la Secretaría de Infraestructura para atraer simpatizantes.

 

La diputada federal Dulce Silva Hernández redoblará su presencia en la entidad tal y como lo viene haciendo desde hace unos días. También hará lo propio la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, quien busca la reelección o presionar para lograr otra posición que le siga dando juego político ya sea como diputada federal, local o hasta alcaldesa.

 

A ellos se sumarán otros morenistas que no dejan de promoverse y utilizar sus cargos, porque hoy lo de moda es presumir ser miembro de la Cuarta Transformación y fiel seguidor del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y de la gobernadora, Lorena Cuéllar Cisneros.

 

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