Bien dice el dicho que a cada capillita le llega su fiestecita.

 

 

Y es que el desorden, omisión y negligencia que prevalece al interior de varios planteles del Colegio de Bachilleres de Tlaxcala por parte de las autoridades educativas ya hartó no sólo a los alumnos, sino a los padres de familia y a los maestros que están decididos a llevar acciones de protesta, entre las que podría ser un paro general.

 

Cansados de los abusos y excesos de maestros y perfectos, los estudiantes con el respaldo de sus padres se han dado a la tarea de documentar las graves anomalías que se registran en los planteles de ese subsistema educativo, las cuales van desde conversaciones de acoso y la exigencia de fotos atrevidas de alumnas, hasta el presunto consumo de bebidas embriagantes, hechos que el director general del Colegio de Bachilleres, Darwin Pérez y Pérez, se ha negado a recibir y escuchar bajo el tonto argumento de que está “ocupado y que se trata de chismes”.

 

Desde principios de este año varias estudiantes resintieron el acoso y empezaron a mostrar problemas de comportamiento, un bajo desempeño escolar y un repentino desinterés para ir al colegio, pues cuando se organizaron en marzo pasado para tratar de denunciar los abusos que enfrentaban fueron amenazadas y hostigadas por sus supuestos depredador sexuales que lograron reventar el movimiento.

 

Sin embargo, los padres de familia al detectar los cambios de sus hijas empezaron a tener contacto y a investigar lo que pasaba, lo que los llevó a establecer una red que les ha permitido no sólo detectar los planteles en donde prevalece el problema de acoso y abuso por parte del personal directivo, sino a recabar la información y las pruebas que sustenten sus dichos.

 

Los tutores han intentado arreglar el problema con los directores de los planteles del Cobat y con el responsable de ese subsistema, Darwin Pérez, pero no han tenido suerte. También han acudido a la Comisión Estatal de Derechos Humanos donde están enterados de los abusos, sin embargo es la fecha que no han abierto el expediente para dar seguimiento a su queja.

 

Ante tal desinterés, las alumnas y sus padres han acordado realizar otras medidas de presión para ser escuchados y que los casos de abuso, acoso sexual y actitudes sicalípticas de cierto personal sean investigados.

 

De acuerdo con la versión de estudiantes y sus papás, las autoridades pueden empezar a investigar el comportamiento de los perfectos del plantel 01 del Cobat, Raúl Hernández y Fernando Zepeda.

 

Los alumnos estarían más que dispuestos a contar sus historias y describir lo que pasa en el gimnasio de la institución educativa, lo cual, según los afectados, han intentado hacer en varias ocasiones sin éxito, porque el director de ese plantel, Rodolfo Brito Jiménez, minimiza el caso con la justificación de que se trata de inventos y especulaciones de los estudiantes.

 

Valdría la pena que alguien tomara en serio lo que está pasando en ese subsistema educativo y procediera a investigar antes de que empiecen a circular las pruebas, audios, fotos y videos que seguramente dejarán muy mal paradas a las autoridades tlaxcaltecas.

 

Y por si lo anterior no fuera poca cosa, los maestros de la zona 3 del Colegio de Bachilleres de Tlaxcala también sufren acoso, pero laboral por parte de la coordinadora Aurelia Victoria Morales Cortés, quien no deja de pedir coperachas para regalos y convivios que organiza para el director general Darwin Pérez.

 

Los directivos y personal académico son obligados a aportar dinero y a conseguir comprobantes que justifiquen supuestos gastos realizados en los planteles, debido a que se requiere comprobar ciertos fondos públicos que al parecer han sido manejados incorrectamente por Darwin Pérez.

 

Se dice que varios maestros estarían siendo presionados a realizar una determinada aportación económica para garantizar su permanencia como docentes y garantizar la próxima firma de su contrato, situación que obviamente los tiene muy molestos porque es un asunto totalmente ilegal.

 

Hay planteles donde el malestar de los padres de familia también es evidente, debido a que no recibieron ningún comprobante de la aportación que hicieron y cuyos recursos son manejados no por ellos para la mejora de los planteles, sino por la coordinadora Aurelia Victoria Morales que al parecer los ejerce de manera discrecional.

 

El Cobat es una bomba de tiempo y no tarda en estallar.

 

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