Una lectura equivocada es la que muchos actores políticos le están dando a los resultados de ciertas encuestas que circulan en Tlaxcala y que establecen que Morena tiene asegurado el triunfo electoral de los comicios del 2024 en que serán electos presidente de México, senadores, diputados federales y locales, así como alcaldes y presidentes de comunidad.

 

 

A más de un año de la elección, Morena se ubica a la cabeza de las preferencias y por lo menos saca una diferencia de entre 20 y 25 puntos porcentuales a sus más cercanos competidores como es el PAN y el PRI.

 

Quizá esa ventaja y la aceptación que tiene Morena como partido político entre los tlaxcaltecas ha influido para que muchos funcionarios locales y federales, así como municipales, estén en una abierta promoción para tratar de convertirse en candidatos a diputados, aspiraciones que ellos mismos han confirmado a sus seguidores y colaboradores.

 

Sin embargo, deberían poner atención a un asunto elemental, una cosa es la preferencia que existe hacia el partido y otra muy diferente cuando se combina al candidato o la candidata con el partido, porque muchas veces los ciudadanos terminan dando su voto a otro aspirante porque no les gusto la propuesta morenista.

 

En pocas palabras, en Tlaxcala sí importa el candidato y no sólo el partido, sino que se lo pregunten a varios ex candidatos que participaron en los pasados comicios que simplemente no pudieron ganar, pese a que según ellos iban con el cobijo de Morena, un instituto político que consideraban invencible.

 

Hace unos días empezó a circular una supuesta encuesta telefónica elaborada por la empresa Demotáctica que no sólo confirma que el partido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está más que fortalecido en Tlaxcala, sino que militantes de ese instituto político como los senadores Ana Lilia Rivera Rivera y José Antonio Álvarez Lima figuran entre los aspirantes que se mencionan para competir y en su caso ser reelectos en sus cargos.

 

La primera fue ubicada en los primeros lugares, mientras que el segundo aparece un poco más abajo, apenas por arriba del ex gobernador priista de Tlaxcala, Marco Antonio Mena Rodríguez, quien se sigue moviendo para llegar a la Cámara Alta del Congreso de la Unión.

 

En ese estudio también destaca la presencia de la actual dirigente del PRI en la entidad Anabell Ávalos Zempoalteca y la panista Adriana Dávila Fernández como aspirantes al Senado. Con porcentajes más bajos se ubica la senadora del PAN, Minerva Hernández Ramos y la diputada local del tricolor Blanca Águila Lima.

 

Se dice que dependiendo del estudio que se haya contratado es cómo aparecen y desaparecen ciertos aspirantes al Senado por Tlaxcala. También se menciona que hay otros políticos que por su edad y su estado de salud empiezan a ser descartados, como el actual senador y ex gobernador de Tlaxcala, José Antonio Álvarez Lima, quien hace unos días enfrentó serias complicaciones físicas que lo llevaron a ser atendido en un hospital.

 

Y mientras hay políticos que reducen sus posibilidades de verse en las boletas electorales del 2024, hay otros como la diputada federal Dulce Silva Hernández que están ganando terreno y que están entrando en la lista oficial que la dirigencia de Morena analizará para tomar una decisión. Otros más como la diputada federal del PT, Irma Garay Loredo, esperan las negociaciones nacionales de los partidos para conformar la alianza rumbo a los futuros comicios, ya que consideran que les alcanza para exigir su cuota que podría ser una candidatura para el Senado.

 

Localmente los secretarios de Gobierno e Infraestructura, Sergio González Hernández y Alfonso Sánchez García, son los que han alzado la mano para competir por el Senado, de ahí que mantienen una abierta promoción, tal y como también la lleva a cabo el líder estatal de Morena, Carlos Augusto Pérez Hernández.

 

Otros funcionarios federales concentrados en una campaña para conseguir una candidatura a diputado son Carlos Luna Vázquez y Ventura Sánchez Gonzaga, Delegado de Bienestar y coordinador para la Planeación y Evaluación Operativa de la Delegación de Bienestar, respectivamente.

 

Sólo basta con ver sus redes sociales para comprobar lo anterior y escucharlos en las reuniones políticas que sostienen los fines de semana, en donde sin cuidar las formas y lo tiempos aseguran que tienen en la bolsa la candidatura para ser diputados, el primero por ser un colaborador incondicional de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros y el segundo por también ser lorenista, pero sobre todo, porque su amigo Sergio González, actual secretario de Gobierno, lo impulsa con fuerza para llegar al Congreso del Estado.

 

Y no crea que son los únicos adelantados, también hay otros que despachan como legisladores locales pero que en otra ocasión platicaremos porque la lista es grande y porque muy pocos tendrán alguna posibilidad de obtener el apoyo que se necesita para la reelección o para buscar otro cargo de elección popular.

 

Los adelantados nunca faltan. Ahora habrá que ver si logran su objetivo o si se quedan en el camino por imprudentes y por andar de habladores.

 

Por cierto, la promoción a ras de piso que llevan los simpatizantes de Adán Augusto López Hernández, actual secretario de Gobernación, para conseguir la candidatura de Morena a la presidencia de México ya se empieza a percibir, porque esa “corcholata” está registrando un crecimiento importante en las simpatías de los ciudadanos y las ciudadanas, de ahí que en unas semanas más lo podrían ubicar como el favorito.

 

Los operadores de Adán Augusto han optado por el trabajo de campo y no sólo por el impacto mediático, el cual pronto se verá cuando aparezcan bardas y espectaculares que promocionarán la imagen del paisano del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

La contienda por la candidatura presidencial cada vez se está poniendo más interesante.

 

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