Mientras a nivel nacional y en entidades con un mayor peso electoral avanzan las negociaciones para la conformación de la alianza opositora que se conformará rumbo a los comicios del 2024, en Tlaxcala las pláticas se encuentran suspendidas en espera de que haya una señal que permita al PRI, al PAN y al PRD mostrar sus cartas.

 

 

Hasta ahora la oposición carece de una figura capaz de aglutinar a los simpatizantes del PRI, PAN y el PRD, de ahí que cada partido haya optado por dar prioridad a los cargos de elección popular locales que a los federales.

 

En la oposición el PAN es el partido que sigue encabezando las preferencias electorales sobre el PRI y el PRD, argumento que pondrán sobre la mesa para tratar de encabezar la fórmula al Senado más el hecho de que en los pasados comicios para la gubernatura de Tlaxcala se sumaron a la candidatura de la priista Anabell Ávalos Zempoalteca, actual dirigente del tricolor en la entidad.

 

Tanto el PRI como el PRD le apuestan a la negociación nacional para obtener la primera candidatura a la Cámara Alta, sin embargo eso dependerá de sus propuestas y las mediciones que se hagan de los aspirantes para conocer su posicionamiento y la intención del voto, lo cual puede beneficiar o poner sobre la mesa otros nombres como el del ex gobernador priista Marco Antonio Mena Rodríguez que viene operando a ras de tierra.

 

No lo cuente en voz alta, pero Marco Mena ya superó en diferentes estudios de opinión el posicionamiento e intención de voto a Anabell Ávalos, la ex candidata perdedora a la gubernatura de Tlaxcala, lo que lo ubica en estos momentos como el político opositor con más simpatías para competir por el Senado.

 

Los panistas que controlan el partido y que están forjando una carrera política a futuro como el ex alcalde y diputado local Julio Cesar Hernández Mejía, delegado del CEN del PAN en Puebla, Ángelo Gutiérrez Hernández, actual alcalde de Apetatitlán y otros más, tienen los ojos puestos en otros cargos como una diputación federal y la reelección, proyectos que resultan más seguros y atractivos para sus intereses.

 

Otras militantes del PAN como la senadora, Minerva Hernández Ramos, empiezan a dar muestras de desesperación porque no encuentran la forma de seguir garantizando su permanencia en cargos de elección popular plurinominales. El CEN ha dejado de verla como un activo y por esa razón ya la hizo a un lado y más cuando supuestamente comprobaría que la tlaxcalteca impulsa las aspiraciones del perredista Silvano Aureoles Conejo, ex gobernador de Michoacán, para convertirse en el candidato presidencial de la alianza opositora.

 

Minerva Hernández ha aprovechado ciertos temas locales para criticar al gobierno morenista de Lorena Cuéllar y para atraer reflectores que necesita para figurar. Tan desesperada se muestra la ex perredista y oriunda de Texoloc, que ayer inició una abierta promoción en la capital del estado, como si su intención fuera competir en el 2024 por la presidencia municipal de Tlaxcala.

 

Lo anterior no será nada fácil, porque muchos dan por un hecho que la “impoluta” jueza Claudia Pérez Rodríguez, ex candidata panista a la alcaldía de Tlaxcala, intentará por una segunda ocasión, competir por ese puesto y enfrentar una vez más a su enemiga política la gobernadora del estado que buscará que Morena no sólo gane la presidencia de México, sino el Senado, las diputaciones federales y locales, sino la mayoría de las 60 presidencias municipales que estarán en juego el próximo año.

 

Las actuales tendencias confirman que Morena no tendrá muchas complicaciones para obtener en Tlaxcala un contundente triunfo electoral en el 2024, razón por la cual las disputas internas en ese partido y entre funcionarios estatales por conseguir las candidaturas a los diferentes cargos de elección popular son la constante, lo cual obviamente explica el golpeteo y el desgaste que están provocando a la actual administración.

 

Para nadie es un secreto que los funcionarios morenistas están más preocupados en promover su imagen que en difundir las acciones y resultados de la administración tanto federal como estatal.

 

Sólo basta con ver las redes sociales y los medios de comunicación para comprobar lo anterior, lo que deja muy mal paradas a las autoridades electorales del INE y del ITE que sencillamente no ven la promoción indebida que realizan funcionarios y políticos rumbo a los comicios del 2024.

 

Así las cosas en torno a la alianza opositora.

 

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