Aunque para algunos la estrategia de gobierno estatal para poner fin al conflicto interno del sindicato de burócratas “7 de Mayo” funcionó el pasado viernes, para otros resultó un nuevo fracaso porque prevalece la incertidumbre, la división y la elección de dos dirigencias que obviamente prolongará la pugna que desde hace meses mantiene dos grupos antagónicos.

 

 

En la reanudación de una asamblea convocada en el Centro de Convenciones de Tlaxcala para llevar a cabo la elección de la nueva representación sindical, proceso en el que participaron tres planillas, finalmente el grupo de Guadalupe Rodríguez Guzmán y su esposo Pedro Erazo Rivera lograron imponer a su hija Karina Erazo Rodríguez como la líder del gremio al sumar su planilla Café 842 votos, superando a la fórmula Azul y Naranja que obtuvieron 387 votos y 322 votos, respectivamente.

 

De los 2,800 miembros de ese sindicato, se presume que participaron en la asamblea 1551, según lo constató el notario de Zacatelco, Alejandro Moreno Morales.

 

En la asamblea del grupo contrario que se realizó en el auditorio Emilio Sánchez Piedras de Apizaco, se dice que asistieron 1,700 sindicalizados que supuestamente habrían elegido a Enrique Escobar Cortés y a su planilla verde como su dirigente al ser respaldado con 1,617 votos.

 

Por segunda ocasión, Enrique Escobar que aglutina las simpatías del grupo de ex dirigente del sindicato “7 de Mayo”, Edgar Tlapale Ramírez, demostró músculo y poder de convocatoria, ya que pese a los obstáculos y presiones que enfrentaron lograron realizar un Congreso que al parecer cumple con los requisitos legales.

 

Nadie podrá negar que por parte del gobierno del estado existió parcialidad y favoritismo hacia el grupo de la familia Erazo Rodríguez, pues no sólo blindaron su asamblea con una excesiva presencia policial, sino que se pasó lista de los sindicalizados que fueron y apoyaron y se armó otra lista de los que se rebelaron y operaron en contra.

 

Hasta ahora a la administración lorenista le ha resultado favorable el hecho de que no exista una dirigencia reconocida del “7 de Mayo”, pues le ha permitido mover personal y autorizar aumentos salarios y en prestaciones sin la necesidad de establecer negociaciones.

 

La tarde del pasado viernes el grupo de la familia Erazo Rodríguez tenía la intención de recuperar las instalaciones del sindicato para que empezara a despachar la marioneta Karina Erazo Rodríguez, sin embargo prevaleció la prudencia y suspendieron tal acción que pudo terminar en un enfrentamiento con el bloque opositor que tiene bajo su poder el inmueble propiedad del poderoso gremio de burócratas.

 

No se necesita ser genio para deducir que el dócil Tribunal de Conciliación y Arbitraje (TCyA) recurrirá a triquiñuelas legales para reconocer la dirigencia de Karina Erazo y rechazará con otros argumentos legaloides la representación de Enrique Escobar a fin de negarle la toma de nota.

 

El pleito legal por la dirigencia de “7 de Mayo” no sólo se mantendrá, sino que se prolongará por unos meses más, tiempo en que seguramente surgirán conflictos internos como paros, protestas y otras acciones más que terminarán afectado la prestación de servicios que ofrece el gobierno del estado.

 

Karina Erazo fue electa con 842 votos, cifra que representa la mitad de los sufragios (1,617 votos) que sumó Enrique Escobar, lo que revela que la familia Erazo-Rodríguez ya no tiene ni la fuerza ni el control que dice tener al interior de ese sindicato, por lo que tal vez valdría la pena que la actual administración pensara en una tercera vía para recuperar ese gremio que por alguna razón no quiere entrar a la órbita de influencia de los morenistas.

 

Será hasta el próximo año cuando se conozcan las consecuencias de la marcada división del “7 de Mayo”, pero de que habrá uno que otro problema, enfrentamiento, paro o manifestación no lo dude ni tantito.

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