Con el tiempo casi encima, el Congreso del Estado recibió la terna de abogados para designar al próximo magistrado, quien deberá ocupar el lugar que dejará el poblano Héctor Maldonado Bonilla que se despedirá del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) el próximo 15 de julio.

 

 

La terna no generó expectativas ni buenos comentarios, pues está conformada por tres abogados sin carrera en el Poder Judicial y sin prestigio, de ahí que Enrique Acoltzi Conde, ex titular de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes dependiente del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Sedif), Ricardo Sánchez Ramírez y Trinidad Pérez Méndez son los que buscarán llegar a la nómina dorada del TSJE.

 

A la par de que se daba a conocer la terna, también se confirmaba que la justicia federal emitía un fallo por el cual avala la decisión de no ratificar al priista y marianista Héctor Maldonado como magistrado, luego que los diputados del Congreso de Estado optaron el pasado 12 de abril por no concederle la continuidad en el cargo por un periodo de 6 años.

 

Aunque se dice que Maldonado Bonilla estaría en posibilidades de apelar el fallo del Juzgado Primero del Poder Judicial de la Federación, trascendió que el abogado poblano ya se resignó y que se retirará de su cargo el 15 de julio cuando vence su periodo como magistrado.

 

Lo malo del actual proceso para designar al futuro magistrado, es que si bien la terna que envió la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros al Congreso de Estado para su trámite y procedimiento correspondiente se dio a conocer ayer martes por la mañana, nadie se explica quién está tratando de manchar ese proceso al dejar entrever que están los dados cargados.

 

Me explico, resulta que desde el viernes y durante el fin de semana el torpe y avorazado Enrique Acoltzi Conde, ex titular de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, se dio a la tarea de contactar y solicitar el respaldo de la mayoría de los legisladores locales con el nefasto argumento de que él era el elegido.

 

Enrique Acoltzi Conde habría recibido el respaldo de la mandataria y de la presidenta honorífica del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia, Mariana Espinosa de los Monteros Cuéllar, pero quizá su ambición lo llevó a cometer graves errores que podrían dejarlo fuera de esa decisión.

 

Son varios diputados locales los que están molestos con ese ex funcionario estatal que sin ningún tacto u oficio se dedicó a hostigarlos para que lo recibieran y escucharan sus pueriles argumentos para lograr el consenso y los votos necesarios para convertirse en magistrado del Poder Judicial de Tlaxcala.

 

Quién le recomendó al ex titular de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes buscar a los legisladores antes de que se conociera públicamente la terna, quién le proporcionó los números celulares de los diputados y los domicilios particulares y quién fue el que le aseguró que él era el bueno.

 

Si los diputados son honestos y aún les queda algo de dignidad, congruencia e independencia, confirmarán esta versión y tendrán elementos para desechar la terna, pues es obvio que el proceso ya no se ajusta al principio de imparcialidad y de legalidad.

 

Dudo que la gobernadora Lorena Cuéllar haya dado la instrucción para que Enrique Acoltzi se moviera de una forma tan descarada y torpe, pero me queda claro que alguien de su equipo cercano está tratando de generar ruido y problemas para perjudicarla con un asunto que no tiene ninguna complicación porque es de mero trámite.

 

Veremos si los diputados tlaxcaltecas son capaces de exigir respeto.

 

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