Si se había avanzado o no para tratar de resolver el conflicto político y postelectoral en el municipio de Xicohtzinco nadie lo sabrá, porque la muerte de otra persona en medio de una protesta y muestra de apoyo hacia el alcalde perredista Luis Ángel Barroso Ramírez no sólo complica de más la situación en ese ayuntamiento, sino que hace que sea imposible lograr un acuerdo entre las partes.

 

 

Sergio González Hernández, secretario de Gobierno y su chafa e inútil director de Gobernación Mario Cervantes Hernández, tendrán que asumir el fracaso y las consecuencias de que ese conflicto registrado en un municipio del sur se mantenga y evidencie, una vez más, que ciertos funcionarios estatales son incapaces para desempeñar el cargo y dar resultados.

 

Como buen jefe, González Hernández dejó el problema al ex consejero electoral ligado al PRI, Mario Cervantes, a quien nadie le reconoce capacidad y talento para solucionar conflictos, pues cuando estaba bajo el yugo de las autoridades priistas comandadas por el entonces gobernador Mariano González Zarur lo suyo era seguir órdenes y simular que operaba para dar la idea de que era eficiente, sin embargo desde que se incorporó a Morena y a la Cuarta Transformación ha demostrado que es un mediocre abogado, peor asesor y pésimo mediador e interlocutor.

 

El conflicto en Xicohtzinco si bien podría considerarse una herencia maldita de la pasada administración que encabezó el castrado gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, la realidad es que fue alentado en gran medida por el ex alcalde, José Isabel Badillo Jaramillo, quien impuso a su incondicional Luis Ángel Barroso como presidente municipal al ganar las elecciones de junio del año pasado, lo que generó que un grupo de inconformes encabezados por el ex auditor del OFS, Luciano Crispín Corona Gutiérrez, iniciará una protesta que implicó el cierre de la carretera y la toma de las instalaciones del ayuntamiento.

 

El problema fue creciendo y después de que el 31 de agosto del 2021 en que la actual gobernadora de Tlaxcala Lorena Cuéllar Cisneros asumió el poder, el caso fue atendido sin resultados visibles, lo que generó que en octubre se presentará un enfrentamiento en donde se presume que José Isabel Badillo accionó una arma de fuego provocando la muerte de un inconforme de nombre Fernando Tzontecomani.

 

A casi un año de que se mantenga ese conflicto, se dice que el torpe Mario Cervantes operó para llevar ayer domingo al edil en funciones Barroso Ramírez a la explanada que se localiza frente a la Iglesia y a la presidencia municipal de Xicohtzinco, presencia que calentó los ánimos y cuando los seguidores del perredista intentaron, sin éxito, recuperar las instalaciones del DIF municipal se armó la confusión por los gritos y empujones registrados, lo cual habría sido aprovechado para que se accionara una arma de fuego y se lesionara de gravedad a un joven de apellido Mena, quien de inmediato fue ligado al grupo de Luciano Crispín Corona.

 

De ese hecho hay testigos, fotografías y videos, tal y como pasó en octubre del año pasado, pero aun así se duda que la Procuraduría General de Justicia en el Estado en manos de la ineficiente Ernestina Carro Roldán haga algo para detener al responsable o los responsables de ese par de homicidios perpetrados por culpa del conflicto político.

 

La procuradora de Justicia es otra funcionaria que estará siendo evidenciada, porque han pasado los meses y no hay ningún detenido de la muerte de Fernando Tzontecomani, de ahí que sucederá lo mismo con el asesinato del joven que ayer recibió un balazo, como pasa con los responsables del linchamiento registrado hace más de un mes en la comunidad de San Pedro Tlalcuapan de Chiautempan y otros casos más que siguen impunes en Tlaxcala.

 

Xicohtzinco ya se convirtió en una enorme carga para la actual administración estatal, porque sencillamente demuestra que la gobernabilidad está en entredicho al igual que el Estado de Derecho.

 

Las malas decisiones y la pésima operación de algunos funcionarios estatales están repercutiendo en la imagen y trabajo de la actual administración, lo cual es lamentable porque si hay resultados y acciones buenas pero lo malo es que éstas no se pueden destacar porque siempre hay una crisis que impide llevar a cabo esa tarea.

 

En proceso de parto el “7 de Mayo”

 

De no existir complicaciones en unos días más el sindicato de burócratas “7 de Mayo” podría tener una nueva dirigencia que se encargue de recobrar la unidad y el rumbo de esa organización que ha sido utilizada por sus últimos líderes para lucrar y sacar provecho sin que se tome en cuenta a sus agremiados.

 

El viernes pasado los trabajadores de ese gremio lograron el quórum legal que les permitió avanzar en la renovación de su dirigencia una vez que las autoridades jurisdiccionales desconocieron a Edgar Tlapale Ramírez como su secretario general, quien hasta ahora ha dado muestras de respetar la decisión de los burócratas y acatar la decisión de la mayoría.

 

Si bien se habla que el grupo de Edgar Tlapale y el del matrimonio conformado por Guadalupe Rodríguez Guzmán y Pedro Erazo Rivera tienen la intención de buscar la dirigencia del “7 de Mayo”, no se descarta que surja una tercera opción que sea ajena a ambos y ofrezca a los burócratas una ruta diferente.

 

La operación para lograr que se concrete la renovación de la dirigencia de ese sindicato sin sobresaltos va bien, por lo que esperemos que así siga y se eviten problemas que en estos momentos a nadie le convienen.

 

En unos días veremos si lo anterior fue posible.

 

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