A casi nueve meses de que asumió el control la nueva administración estatal, por fin se empiezan a sentir los efectos de las reglas de austeridad y de control en el gasto impuestas en las dependencias estatales que de ahora en adelante dependen del abasto de insumos y materiales de trabajo de la hoy poderosa Oficialía Mayor de Gobierno que controla el ex diputado local Ramiro Vivanco Chedraui.

 

 

En los últimos días tanto los titulares de las dependencias, así como los directores administrativos de las mismas fueron advertidos que su capacidad de poder realizar una compra es de 5 mil pesos, cantidad que resulta irrisoria y que prácticamente les impide atender una necesidad urgente o un problema que requiera una solución inmediata.

 

Por mencionar un ejemplo, si en la Secretaría de Salud se descompusiera un equipo médico y cuya reparación exceda los 5 mil pesos o sea urgente adquirir un nuevo aparato para seguir ofreciendo los servicios médicos que requiera la población, esa dependencia no podrá llevar a cabo el gasto y deberá solicitar al área correspondiente de la Oficialía Mayor de Gobierno que adquiera o repare ese aparato, petición que será atendida pero bajo un esquema burocrático que vendrá a complicar la operación de la primera dependencia.

 

Los que saben y han controlado la administración pública en Tlaxcala dicen que es cuestión de tiempo para que se registren complicaciones y problemas, porque en la operación diaria surgen necesidades que requieren ser atendidas inmediatamente y éstas no pueden pasar por un engorroso proceso burocrático que si bien, puede generar un ahorro o ser una medida para evitar la corrupción, lo cierto es que al final entorpecen las acciones de gobierno.

 

Una prueba de lo anterior está en el riguroso sistema para asignar gasolina a los vehículos propiedad del gobierno. A las unidades se les instaló un chip que no sólo permite su geolocalización, sino que aporta la información para saber los kilómetros que recorre. Adicionalmente, se asignó una tarjeta con otro dispositivo que controla el abasto de combustible.

 

Hoy los encargados de las unidades automotoras pierden mucho tiempo en abastecer sus unidades de gasolina y la que reciben en ocasiones resulta insuficiente para toda la semana. En promedio por cada unidad se asigna la cantidad de cuatrocientos pesos y la molestia de los empleados por tal política de austeridad va en aumento, por lo que muchos han optado por dejar de hacer actividades y sólo ejecutar aquellas que se pueden realizar con el limitado combustible que se les dota.

 

El excesivo control del gasto de gasolina empezó a operar desde el inició de este año y es la fecha que nadie sabe cuánto se ha ahorrado y si las medidas son parejas para todos.

 

Entre los trabajadores del gobierno del estado impera el resentimiento y el malestar hacia sus jefes, porque no están cobrando el salario que merecen o porque el lugar asignado tiene una remuneración baja. También por los horarios laborales que les impusieron, es decir, los obligan a entrar a las nueve de la mañana y salir entre las 18 y las 19 horas de ese día.

 

Hay empleados inconformes que se están dando a la tarea de conseguir la lista de los familiares y “amigas” que han metido funcionarios influyentes como el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, el disque académico titular de la Secretaría de Educación Pública, Homero Meneses Hernández y el poblano galán encargado de la Oficialía Mayor de Gobierno, Ramiro Vivanco Chedraui, la cual una vez que esté debidamente documentada será dada a conocer para demostrar que Morena incurre en los mismos vicios que cometían los priistas y panistas cuando detentaron el poder en Tlaxcala.

 

Al gobierno del estado le falta informar y precisar cuáles son las medidas de austeridad no sólo entre los empleados y funcionarios estatales, sino al público en general que requiere conocer que hoy se administran los recursos públicos de una forma diferente.

 

En unos días más se cumplirá el primer año del triunfo electoral de Lorena Cuéllar Cisneros, logró que llevó a la llegada de un nuevo gobierno que hoy trabaja decididamente para mejorar las condiciones de salud y de bienestar de la población tlaxcalteca.

 

La transformación y el cambio ya se perciben y en cuestión de tiempo para que los ciudadanos perciban a un gobierno que está enfocado en atender y resolver los problemas de la entidad.

 

Lo anterior quizá implicará el cambio y reacomodo de algunos funcionarios, pues aunque no lo crea la evaluación de los empleados es permanente y es obvio que algunos vienen fallando y es necesario concretar ajustes para que las cosas mejoren en ciertas dependencias del gobierno de Tlaxcala.

 

*********************************************************************************************************