El bravucón y protagonista alcalde capitalino, Jorge Corichi Fragoso, le bastaron sólo dos meses para evidenciar su incapacidad y que lo suyo no es la solución de los problemas.
El problema de la inseguridad sigue creciendo al igual que el malestar de los capitalinos, quienes desde hace unos días padecen la escasez del agua potable debido a que el morenista no pudo y ni tuvo la capacidad para sacar a flote la Comisión del Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Tlaxcala (Capam).
Mal aconsejado y asesorado, Jorge Corichi emprendió una serie de bravuconadas contra los ex funcionarios de la pasada administración que hasta ahora han derivado en una denuncia penal contra el ex encargado de la Capam, Antonio Robles Pineda, quien se fue sin proceder a llevar a cabo la entrega recepción de ese organismo que no sólo dejó de pagar el consumo de suministro de energía eléctrica de los pozos de agua, sino sus obligaciones ante el IMSS, el SAT, el Infonavit y otras prestaciones laborales.
El alcalde capitalino pensó que su protagonismo y rodearse de su banda de funcionarios foráneos sería suficiente para que los problemas heredados se solucionarán solos. Se concentró tanto en el reflector mediático y en encubrir a su inútil camarilla comandada por el gerente de Quadratin Tlaxcala, el ex panista Miguel Ángel Chávez Zavala, que nunca puso atención ni dedicó tiempo a resolver los problemas, muchos de los cuales no le eran desconocidos, porque si alguien obtuvo la información precisa de las condiciones en que estaba el ayuntamiento capitalino, incluso antes de que ganara las elecciones del pasado 6 de junio fue él.
Es evidente que el morenista minimizó la problemática y que su ausencia por muchos años de la capital lo hizo ver una realidad que no existe, de ahí que lejos de culpar a la anterior administración de su incapacidad, debería reconocer que no pudo resolver los adeudos con la Comisión Federal de Electricidad que ha cortado el suministro de energía a cinco pozos que dejaron de abastecer el vital líquido a los capitalinos como lo confirmó el pasado viernes el foráneo director de la Capam, Gabino Uribe García.
Jorge Corichi no tiene vergüenza porque sí tuvo la osadía de ofrecer una conferencia de prensa el jueves por la tarde para anunciar diferentes eventos dentro de la celebración de las fiestas de Todos Santos, pero no para informar que ante su incapacidad y la de su lacayo, Gabino Uribe, el suministro de agua potable se vería afectado en diferentes colonias y zonas de la ciudad.
Resulta que no hay dinero en la Capam para pagar el consumo de electricidad, pero el ayuntamiento si cuenta con fondos para gastar y montar un aparatoso escenario en la Plaza de Toros Jorge «El Ranchero» Aguilar, a fin de financiar eventos que han sido un fracaso debido a que han juntado a un escaso público, tal y como se puede observar en las transmisiones en vivo a través de Facebook.
En lugar de organizar eventos tan localitos, el alcalde capitalino hubiera destinado esos recursos para cubrir los adeudos ante la CFE, porque si piensa que el gobierno federal o estatal vendrá a su rescate para que siga gastando fondos públicos en actos para su lucimiento personal se equivoca.
El gobierno municipal de Jorge Corichi es una decepción porque desde que asumió el control del ayuntamiento de Tlaxcala las cosas han empeorado en la ciudad. Los robos de autopartes y de casas se han disparado, la escasez de agua es la constante y la falta de rendición de cuentas y la nula transparencia es el común denominador.
Ya tiene dos meses en el poder y es la fecha que el nuevo directorio del personal del ayuntamiento no es compartido en su apartado de transparencia. Tan mal está la actual administración que en su portal de internet aún aparece la lista de funcionarios que trabajaron bajo el mando de la ex alcaldesa capitalina, la priista Anabell Ávalos Zempoalteca.
Pareciera que al presidente municipal de Tlaxcala lo están engañando y sus asesores y amigos lo están llevando al camino del fracaso.
Hace unos días le comentaba que la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros optó por dejar el estruendo y las descalificaciones a su antecesor para dedicarse a trabajar y a solucionar los problemas que recibió, porque ella mejor que nadie sabe que hoy los ciudadanos y las ciudadanas quieren resultados y no pretextos.
Lo mejor que le puede pasar a Jorge Corichi es dejar su protagonismo y ponerse a trabajar en serio, porque los capitalinos no le van a perdonar tanta incapacidad y sobre todo tantos errores.
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