La última etapa del proceso electoral y de su administración ha sido muy complicada para el actual gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, pero no crea que por los problemas que aquejan al estado como la inseguridad, el estancamiento económico, el desempleo o por los conflictos políticos electorales que se podrían presentar en los próximos días, sino porque su partido, el PRI y los estrategas de la campaña de la coalición “Unidos por Tlaxcala”, insisten en evidenciarlo como un mandatario estatal débil, sin carácter, indeciso que aunque lo niegue sí está interviniendo en los comicios para favorecer a Anabell Ávalos Zempoalteca.

 

En los últimos días Mena Rodríguez se la ha pasado informando que su gobierno es respetuoso de la ley y que por tal razón ha girado instrucciones a su inútil secretario de Gobierno, José Aarón Pérez Carro, para que a su vez ordene a los funcionarios de todos los niveles se abstengan de desviar recursos y de apoyar la campaña de la coalición “Unidos por Tlaxcala” que integró el PRI, PAN, PRD, PAC y el PS, sin embargo en los hechos existe una gran simulación porque una parte importante de la estructura burocrática de la administración estatal está siendo convocada para asistir al cierre de la campaña de la ex alcaldesa capitalina que se llevará a cabo esta mañana en el centro de Apizaco.

 

 

No se sabe si intencionalmente o ante su evidente debilidad y falta de carácter, los jefes de la administración están ignorando a Marco Mena y a Pérez Carro, pues están autorizando “permisos sin goce de sueldo” a los empleados estatales para que acudan “voluntariamente” al acto partidista y adicionalmente lleven a otras tres personas.

 

La pésima estrategia de realizar el cierre de campaña en un día y en horario laboral le podría salir muy caro al gobernador Mena, debido a que su discurso de contribuir al desarrollo de elecciones en el marco de la ley nadie se lo cree y lo que es peor, que pareciera que está jugando al dar una cara ante funcionarios del gobierno federal que encabeza el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y otra para permitir que se utilice la estructura administrativa para apoyar un acto multitudinario del PRI y sus aliados.

 

En todas las dependencias estatales y en un número importante de ayuntamientos se autorizaron permisos sin goce de sueldo a los empleados, es decir, las áreas del gobierno estarán abiertas y disque operando, pero en los hechos no será así porque los trabajadores estarán echando porras y apoyando la continuidad que ya prometió la priista Anabell Ávalos.

 

Pareciera que el control de la administración lo recuperó el ex hacendado ex gobernador Mariano González Zarur, quien está movilizando toda la burocracia estatal y de algunos ayuntamientos a favor del PRI y sus aliados, como si la intención fuera demostrar que él tiene más poder que su pupilo el actual mandatario Marco Mena.

 

En algunas dependencias se intentó corregir esa situación como en la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala bajo la responsabilidad del ineficiente ex líder estatal del ex partidazo, Roberto Lima Morales, quien primero obligó a los empleados a acudir al acto de cierre de campaña para después cambiar de opinión por la noche cuando giró un oficio donde amenazaba con sancionar al trabajador de la Secretaría de Educación Pública que acudiera a hacer bulla a la magna concentración del PRI, PAN, PRD, PAC y el PS.

 

Hay evidencias dónde está demostrado como los trabajadores del gobierno están siendo presionados a asistir al cierre de campaña de la coalición “Unidos por Tlaxcala”, pues sencillamente los “líderes y estrategas” no cuidaron las formas. Se puede decir que hay mensajes muy reveladores de cómo se obligó a los trabajadores de la Secretaría de Salud, del Sepuede o Icatlax y hasta de una que otra Universidad, situación que está tirando al cagadero el débil y poco creíble discurso de que el gobernador Marco Mena no tiene metidas las manos en la elección y de que no está apoyando a su candidata.

 

El gobernador Mena venía cerrando bien su administración al grado que los tlaxcaltecas evaluaban bien su desempeño, pero estos últimos errores cometidos por culpa de torpes e ineficientes funcionarios dañarán su imagen porque seguramente terminará su gestión con una enorme desaprobación ciudadana.

 

Mena o sus subordinados están utilizando el poder para apuntalar la candidatura de Anabell Ávalos, lo cual les dará puntos en caso de que la priista gane las elecciones para la gubernatura el próximo 6 de junio, sin embargo eso podría cambiar radicalmente si la abanderada de Morena y sus aliados, Lorena Cuéllar Cisneros, obtiene el triunfo porque no se tendrá ninguna consideración en el proceso de entrega-recepción.

 

La simulación tendrá sus consecuencias.

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