Hoy se terminan las campañas y los ciudadanos dejarán de escuchar promesas y ofrecimientos que por lo regular nunca se concretan ni se llevan a cabo por parte de aquellos que finalmente resultan electos como gobernador, diputados federales y locales, alcaldes y presidentes de comunidad.

 

 

Resulta increíble ver cómo todos los aspirantes a un puesto de elección popular son un portento de virtudes y de planteamientos extraordinarios para impulsar el desarrollo y resolver los problemas del estado, para terminar con el rezago legislativo y aprobar leyes urgentes, para eliminar y combatir la corrupción y las malas prácticas en los gobiernos y para hacer, según ellos, las cosas de una manera diferente y correcta.

 

En 60 días de campaña los tlaxcaltecas escucharon cientos de propuestas y proyectos, así como miles de compromisos que hicieron los candidatos cuando en realidad es su obligación realizar lo que dicen que harán.

 

Nadie destacó por presentar un diagnóstico claro de la situación del estado ni fijó metas a alcanzar en los próximos años como reducir la deserción escolar, disminuir la incidencia delictiva, aumentar la recaudación de impuestos, aumentar el bienestar de la población para que haya menos pobreza extrema y otros indicadores que pudieran demostrar que las autoridades si están trabajando y dando resultados.

 

Al final, la campaña electoral sólo sirvió para polarizar más a la sociedad tlaxcalteca, situación que terminó beneficiando al proyecto de Morena y al del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pues los ciudadanos y las ciudadanas más que salir a votar por un plan que le haya parecido el mejor, lo hará para defender al tabasqueño y sus programas sociales.

 

En Tlaxcala como en el resto del país, el PRI, el PAN y el PRD se olvidaron de sus ideologías y se unieron para tratar de hacer contrapeso a López Obrador y a Morena. Esos partidos y sus dirigentes saben que representan una oposición débil y sin liderazgo que carece de fuerza para enfrentar a un presidente de México querido y con respaldo social.

 

La intención del voto de Morena y su candidata a la gubernatura de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, se mantuvo estable a lo largo de los últimos meses y según las encuestas se perfilan como los favoritos para ganar los comicios del próximo domingo.

 

El accidentado proceso de Morena para elegir candidata a la gubernatura, así como a los abanderados a las diputaciones federales, locales, alcaldes y presidentes de comunidad no representó ningún problema serio para ese partido, pues aunque se registró la salida de militantes que se fueron a reforzar a otros partidos como el PT, PVEM, Nueva Alianza y el PEST, así como a institutos políticos contrarios como el PRI y el PAN, su fuerza electoral nunca disminuyó.

 

El bloque opositor amplio conformado en Tlaxcala por el PRI, PAN, PRD, PAC y el PS que decidió respaldar la candidatura de la priista Anabell Ávalos Zempoalteca creció en las preferencias electorales, al grado que según los dirigentes de esa coalición están en empate técnico con su acérrima rival Lorena Cuéllar.

 

Nadie puede negar y menospreciar el trabajo realizado por Anabell Ávalos que fue inteligente y dedicado, pero la ex alcaldesa capitalina y sus estrategas se concentraron tanto en tratar de desacreditar el proyecto y la candidatura de la morenista Lorena Cuéllar que nunca pusieron atención en la penetración y en el empuje que López Obrador y Morena venían dando a los candidatos tlaxcaltecas.

 

En el 2018 el arrastre de Andrés Manuel López fue de tal magnitud que hizo ganar a casi todos los candidatos de la coalición “Juntos Haremos Historia”, situación que el próximo domingo también se presentará, si no con la misma fuerza, si con la necesaria para ganar la gubernatura, las tres diputaciones federales, la mayoría en el Congreso del Estado, más de 40 ayuntamientos y un número importante de las 299 presidencias de comunidad.

 

Un reciente estudio demoscópico reveló que del 100 por ciento de los tlaxcaltecas que dijeron estar seguros de votar por Morena en las elecciones del 6 de junio, el 81 por ciento argumentó que su decisión radica en apoyar a López Obrador y no por respaldar a los candidatos que están compitiendo en estos momentos.

 

El domingo se sabrá si los pronósticos en el sentido de que Lorena Cuéllar y Morena ganarán la gubernatura se cumplen o si la coalición opositora de Anabell Ávalos da la sorpresa y obtiene el triunfo.

La moneda está en el aire y sólo resta esperar unos días más para conocer a la ganadora de los comicios.

 

Hoy se terminan las campañas y empieza la cuenta regresiva.

 

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