Priistas y panistas empiezan a mostrar señales de desesperación.

 

 

Pero con esa “brillante” idea les puede destruir lo que les ha llevado semanas y meses construir, la percepción de que Anabell Ávalos Zempoalteca, la abanderada del bloque opositor amplio denominado “Unidos por Tlaxcala” que conformaron el PRI, PAN, PRD, PAC y el PS, estaba creciendo en las preferencias y que podía ganar los comicios del próximo 6 de junio.

 

Acusar a la candidata de la coalición “Juntos Haremos Historia en Tlaxcala”, Lorena Cuéllar Cisneros, por utilizar diversos elementos religiosos como crucifijos, rosarios, medallas y amuletos en la «muñeca de sus manos», los cuales según los panistas y los priistas son elementos centrales de la imagen y propaganda que la morenista emplea para obtener el voto de los tlaxcaltecas, representa una queja absurda que seguramente tendrá efectos negativos para los quejosos.

 

Si Anabell Ávalos ya se ubica en la cabeza de las preferencias electorales o ya logró establecer un empate técnico con su principal rival como no se ha cansado de presumir su equipo de campaña, afirmaciones que hacen con base en las mediciones que según tiene el PRI-AN, entonces porque recurrir a un golpe tan bajo y ruin para tratar de que la autoridad electoral sancione y baje de la contienda a Lorena Cuéllar.

 

Si la coalición “Unidos por Tlaxcala” quiere ganar en la mesa lo que al parecer no puede ganar en las urnas está bien, pero al menos sus brillantes asesores y estrategas deberían buscar o inventar argumentos más sólidos o válidos, porque las marrullerías a las que están recurriendo los deja muy mal parados.

 

Su argumentos sobre el uso de imágenes religiosas provoca risa, como las acusaciones que ayer emitió el castrado líder estatal del PRI en Tlaxcala, Noé Rodríguez Roldán, quien aseguró que Morena y sus candidatos están comprando los votos a través de los programas sociales del gobierno federal, acción que estarían siendo promovida y avalada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Su actitud incongruente digna de un torpe eunuco, el ex funcionario estatal tuvo sus cinco minutos de amnesia y arremetió contra López Obrador al sostener que ha lucrado con los programas sociales y a regalar becas para comprar sufragios.

 

Y dijo que su partido y su candidata al gobierno son víctimas de una guerra sucia.

 

Sin embargo, no declaró que antes del arranque de las campañas al gobierno del estado sostuvo negociaciones y encuentros con Morena y sus dirigentes para abandonar al ex partidazo y al grupo político del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez.

 

En sus reuniones secretas realizadas bajo el amparo de la noche, Noé Rodríguez no sólo aprovechaba el momento para hablar mal de Anabell Ávalos y del mandatario Mena, sino de la enorme ambición que mostraba Fabricio Mena Rodríguez, candidato del PRI a la diputación plurinominal y hermano del gobernador, así como de Marianito González Aguirre, hijo del ex gobernador Mariano González Zarur y de su principal operador Ernesto Ordoñez Carrera, quien es el coordinador territorial de la coalición “Unidos por Tlaxcala”.

 

El líder del PRI se moría por integrarse a Morena y al equipo de Lorena Cuéllar, pero si su salida del tricolor no se concretó fue porque una vez más comprobó que no tiene palabra y algo más que se requiere en la vida para dejar de ser un simple subordinado.

 

El PRI y el PAN iniciaron las hostilidades y seguramente deberán enfrentar las consecuencias. Por lo pronto Morena ya tiene detectadas las brigadas que encabezan operadores del Estado de México que estarían comprando votos en ciertas zonas de la entidad, así como aquellos funcionarios estatales y alcaldes que estarían desviando recursos públicos para la campaña de Anabell Ávalos.

 

Hay indagatorias que pronto se podrían dar a conocer sobre ciertos personajes ligados al gobernador Mena, situación que se convertirá en un asunto incómodo para el PRI, el PAN y su candidata al gobierno.

 

Hay videos, audios y fotografías que documentan actos de corrupción que si se hacen públicos se convertirán en un gran escándalo que seguramente se convertirán en la tumba política del PRI.

 

Las hostilidades irán en aumento y sólo falta ver de qué lado se registran las primeras bajas.

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