Morena, el partido que fundó y controla el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está muy lejos de ser un ejemplo de democracia interna.

 

 

 

El operador y encargado de ese ese partido a nivel nacional, el diputado federal con licencia, Mario Delgado Carrillo, se le complicó y nunca pudo manejar adecuadamente el proceso interno para elegir a su candidata al gobierno de Tlaxcala, pues jamás logró que dos aspirantes como la senadora Ana Lilia Rivera Rivera y la empresaria Dulce Silva Hernández avalaran la designación de la ex delegada de la Secretaría de Bienestar, Lorena Cuéllar Cisneros, como la abanderada oficial.

 

Morena tiene candidata a la gubernatura, pero ésta se encuentra aislada y sin el respaldo visible de la militancia del partido que arrasó en los comicios del 2018 cuando López Obrador ganó la presidencia de México y se hizo del control del Senado y de la Cámara de Diputados, así como también impulsó el triunfo de los legisladores locales que terminaron imponiéndose en el Congreso del Estado.

 

Lorena Cuéllar lleva meses intentando conectar con la militancia morenista sin que hasta ahora lo haya podido hacer, pese a los esfuerzos que ha hecho para tratar de convencer que ella también representa la lucha de la izquierda y de los que menos tienen.

 

Los procesos para elegir candidatos a diputados federales, legisladores locales, alcaldes y presidentes de comunidad están tan amañados que lejos de acercar a Cuéllar Cisneros con los morenistas la están alejando más, porque no hay ninguna garantía de que se vaya a optar por los mejores cuadros o verdaderos militantes que han trabajado por la fundación y crecimiento de partido.

 

Se habla que los futuros candidatos serán los amigos, los recomendados, los lacayos, los que son productos de negociaciones, los que compraron el cargo aportando dinero, camionetas y algo más.

Imagínese si los morenistas no tienen razón para encabronarse cuando se menciona que los beneficiados para las candidaturas a las diputaciones federales podrían ser dos ex priistas de medio pelo y un ex panista con cierta trayectoria.

 

Para el distrito uno se habla del ex militante del PAN, Alejandro Aguilar López, para el distrito dos del ex diputado local del tricolor y ex funcionario de la Delegación de Bienestar, el mediocre Carlos Augusto Pérez Hernández y, por el distrito tres, la gris ex legisladora priista Eréndira Cova Brindis.

 

Los tres se dicen que habrían sido palomeados y respaldados por Lorena Cuéllar, lo que de confirmarse demostrará claramente el divorcio y distanciamiento que existe entre la candidata al gobierno y la militancia de Morena.

 

Hoy el blandengue Mario Delgado estará en Tlaxcala y acompañará a Lorena Cuéllar a su registro oficial ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones como candidata a la gubernatura de la coalición “Juntos Haremos Historia” que integraron Morena, PT, PVEM, Nueva Alianza y el PEST.

 

Será un acto cerrado y se evitará al máximo la presencia de simpatizantes para respetar las medidas sanitarias que impone la actual pandemia, lo cual servirá como el pretexto ideal para aislar al maniatado dirigente nacional que seguramente intentará evadir las acusaciones que varios aspirantes a alcaldes y diputados locales pretenden hacer para denunciar la presunta venta de candidaturas a cargo de su camaleónico operador Rubén Terán Águila, vocero y Coordinador Territorial de la campaña de la ex super delegada federal.

 

Si Mario Delgado abre su agenda y decide escuchar a la militancia de su partido seguramente se llevará una gran sorpresa cuando se entere de los abusos y excesos que cometen ciertas personas que dañan la imagen de Morena y del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

En Panotla siervos de la nación en funciones y en complicidad con otros que trabajaron en el gobierno federal estarían utilizando los padrones para apuntalar las aspiraciones de la comadre de Lorena Cuéllar una tal Felicitas Vázquez Islas y de una seguidora de la senadora Ana Lilia Rivera que responde al nombre de Cristal Xochipa Cervantes, quien es impulsada por su papá que es empleado de la delegación de la Secretaría de Bienestar, Jorge Xochipa Carro y por el representante del partido en ese municipio Edvino Delgado Rodríguez.

 

Lo anterior también se replica en Contla, Chiautempan, Santa Cruz Tlaxcala y en otros municipios.

 

Mañana vence el plazo para que Morena y sus aliados registren ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones a sus candidatos a las diputaciones locales. Una vez que se conozca la lista oficial se podrá saber si las designaciones corresponden a un interés legítimo de ganar o fue un burdo reparto para beneficiar a la novia, al recomendado, al amigo y para pagar ciertos compromisos.

 

Ese será el antecedente que marcará la designación de los candidatos a presidentes municipales, proceso que terminará muy mal porque nadie está contento con el amañado proceder de la dirigencia nacional de Morena, ya que su actuar hasta ahora no garantiza la legalidad ni la seriedad que se requiere para evitar fracturas y los conflictos internos.

 

En Morena están hechos bolas y siguen minimizando al rival. Grave error.

 

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