Una vez más la actual legislatura local demostró que carece de liderazgo y de experiencia para manejar temas polémicos como los matrimonios entre personas del mismo sexo o el concubinato, pues en pleno proceso electoral y a unos días de que se lleven a cabo los procesos internos en los partidos políticos para elegir candidatos a gobernador, a alcaldes y diputados decidieron aprobar una reforma que indudablemente será utilizada por los conservadores para desacreditar a un más el trabajo de los actuales representantes populares que despachan en el edificio de la calle Allende.

 

Los diputados no aprenden y volvieron a cometer el mismo error, es decir, pese a tener tiempo de sobra para analizar y discutir una reforma al Código Civil para legalizar el matrimonio de personas del mismo sexo, optaron por escoger el peor momento y tiempo para realizar esos cambios legales porque se empataron con las elecciones locales, lo que sin duda afectará a ciertos actores políticos que empezarán a ser señalados como inmorales y de atentar contra las familias tradicionales.

 

Se dice que la instrucción para concretar esta reforma llegó desde una influyente oficina de la Ciudad de México, de ahí que el endeble presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso de Estado, José Luis Garrido Cruz, no tuvo otra más que enlistar el polémico tema en la orden del día de ayer, el cual fue desahogado y aprobado pese a que simpatizantes del Frente Nacional por la Familia pidieron ser escuchados para argumentar las razones de su rechazo a tal cambio legal.

 

Los integrantes de ese frente intentaron detener ese proceso legislativo, porque según ellos era una decisión unilateral y los diputados locales estaban privilegiando sus intereses y sus compromisos partidistas, lo cual resultaba grave porque no se estaban escuchando los argumentos y puntos de vista de las familias tradicionales que consideran en grave error el equiparar el matrimonio entre un hombre y una mujer con la unión de dos personas del mismo sexo.

 

La inexperta Isabel Casas Meneses, presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado y el débil diputado José Luis Garrido se negaron a recibir a los inconformes y optaron por concretar esa reforma que, por cierto, fue respaldada y celebrada por el Comité Estatal de Diversidad Sexual Tlaxcala A.C., El Comité Orgullo Tlaxcala, Buscador de Sueños A.C., Fraternidad Yuunaban A.C., Red de Mujeres Indígenas Mexicanas REMUI A.C. y Queens Tlaxcala, así como diversas organizaciones sociales que exigían desde hace tiempo ese cambio en la ley.

 

A través de correos electrónicos y en las redes sociales se empezó a difundir los nombres de los diputados locales que aprobaron los matrimonios entre personas del mismo sexo, con un llamado a no votar ni respaldar su carrera política porque son enemigos de las familias tradicionales y de las buenas costumbres de los tlaxcaltecas.

 

Estos legisladores, se puede leer en el texto, “atentaron contra la institución del matrimonio que desde un punto de vista de interés del Estado esa figura debe privilegiar y vigilar su tarea fundamental que es la concepción y reproducción humana”.

 

Morena es señalado como el responsable de ese cambio legal y ahora habrá que ver cuáles son los efectos que enfrentará.

 

Por lo pronto le puedo adelantar que de los 17 diputados que estaban considerando dejar su cargo para buscar la reelección o una presidencia municipal, sólo seis tienen prácticamente asegurada su candidatura y son la perredista Laura Yamili Flores Lozano, la representante de Movimiento Ciudadano, Isabel Casas Meneses, la panista Leticia Hernández Pérez, las morenistas Ana Bertha Mastranzo Corona y Mayra Vázquez Velázquez, así como el diputado de Morena, Víctor Castro López.

 

Los que aún mantienen la posibilidad de conseguir una candidatura a alcaldes son la petista Michaelle Brito Vázquez y los morenistas Rafael Ortega Blancas y Miguel Piedras Díaz.