Las autoridades electorales como el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) y el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) están muy lejos de dar certeza y legalidad al desarrollo de los actuales comicios locales, pues sencillamente no dan claridad sobre cómo debe aplicarse la paridad de género por parte de los partidos políticos que decidan conformar coaliciones o candidaturas comunes, lo cual ha enredado y complicado las cosas, sobre todo porque los procesos internos para elegir candidatos están a la vuelta de la esquina.

 

Ayer, los magistrados del TET confirmaron que los lineamientos del ITE sobre paridad de género no sólo eran excesivos, sino que atentaban contra la autodeterminación propia de los institutos políticos en la postulación de candidaturas.

 

Sin embargo, el TET optó por asumir una mediocre resolución para evitar una confrontación con sus aliados consejeros electorales de Tlaxcala encabezados por la poco confiable Elizabeth Piedras Martínez, de ahí que si bien los magistrados frenaron los abusos en que incurrió el ITE en sus facultades reglamentarias, también es cierto que no establecieron límites y sólo ordenaron al mañoso y convenenciero árbitro electoral que emita nuevos lineamientos.

 

Aunque no lo parezca en Tlaxcala cada autoridad electoral está más preocupada por su circunstancia y futuro que en dedicarse a dar certeza a los partidos políticos, quizá por esa razón simulan que trabajan y que hacen bien su labor cuando en realidad no es así.

 

En el TET el magistrado Luis Manuel Muñoz Cuahutle está más enfocado en lograr su probable ratificación en el cargo, por lo que es extremadamente cuidadoso de sus resoluciones a fin de no quedar mal con nadie y con ningún partido político. Su homólogo Miguel Nava Xochitiotzi está preocupado en que no avance el proceso que se lleva a cabo en el Senado y que podría terminar con su remoción por haber incurrido en presuntas faltas graves en el desempeño de su encargo.

 

El presidente del Tribunal Electoral de Tlaxcala José Lumbreras García se la pasa echándole porras a su pareja sentimental la consejera del ITE Denisse Hernández Blas, quien al parecer ya se aburrió de su responsabilidad y ahora quiere convertirse en magistrada para estar al lado del hombre con quien comparte la vida.

 

Cómo se podrá dar cuenta los magistrados tienen otras prioridades y también una consejera electoral. El asunto de la paridad de género puede esperar, pues total serán los partidos políticos los que al final sufrirán por ajustarse a los lineamientos y cumplir con los criterios que impongan las autoridades.

 

Lo anterior explica claramente porqué en Tlaxcala prevalece un gran recreo electoral que ninguna autoridad ha sido capaz de frenar e impedir.

 

Y ya que hablamos de desorden e incertidumbre, le comento que ayer empezaron a correr las apuestas sobre quiénes serán los morenistas tlaxcaltecas que serán evaluados en la encuesta para elegir al próximo candidato o candidata al gobierno del estado.

 

La convocatoria aprobada por Morena establece que a la encuesta sólo irán cuatro propuestas, razón por la cual en los siguientes días se espera conocer quiénes de los siete aspirantes registrados avanzan a la otra etapa.

 

Trascendió que los dos varones inscritos José Rafael Minor Molina y Parménides Ortiz Cano tienen asegurados sus lugares, por lo que la duda existe en torno a quiénes serán las mujeres que serán incluidas en este estudio demoscópico.

 

Son cinco mujeres registradas y al parecer sólo dos o máximo tres avanzarán a la siguiente etapa del proceso de selección de candidato o candidata en caso de que uno de los varones no cumpla con los requisitos.

 

La ex delegada de Programas Federales de Desarrollo, Lorena Cuéllar Cisneros, encabeza las preferencias electorales y se da por un hecho que sí estará en la encuesta, por lo que el segundo lugar lo estarán disputando la senadora, Ana Lilia Rivera Rivera y la empresaria Dulce María Silva, pues las otras dos morenistas inscritas Sandra Flavia Domínguez Ángel y María Martha Noya Roldán son desconocidas para la mayoría de la militancia y de los tlaxcaltecas, situación que las deja sin ninguna posibilidad de seguir en el proceso.

 

La decisión que asuma la dirigencia nacional de Morena a cargo de Mario Delgado Carrillo seguramente provocará molestia y obviamente empezarán las descalificaciones al proceso interno de ese partido político.

 

El conflicto interno en Morena es inevitable.