Tras el decaimiento mostrado por Ortiz –incapaz de dar la batalla a Calderón – su esposa Guadalupe se asumió como la última esperanza para tratar de impedir el naufragio panista.

Si el orticismo conservaba encendida una veladora para reorientar con Florentino Domínguez sus pasos hacia el PRI, el rechazo expresado por el líder estatal, Ubaldo Velasco Hernández, exhibió la prisa marianista por cobrar una factura pendiente.

Castigar a Héctor resultó ser un tema que vincula los intereses de Mariano González y Beatriz Paredes. Y como estos son los jefes de Ubaldo, y como aquél (el anti orticismo) es el tema de moda para ambos, ya verá usted cómo el poderoso grupo del mandatario estatal habrá de atrincherarse en la única opción segura que le queda: el Partido Alianza Ciudadana (PAC).

A Luis Girón, cuyos hilos los mueve el propio gobernador, se le ha visto en dinámicas mesas con la candidata del orticismo, Perla López Loyo, a quien por cierto, le demuestra, digamos una obediencia ciega. Y no es para menos, hay una razón del tamaño del inventor del PAC, o sea, el mismísimo gobernador.

Este es el escenario que el orticismo ya había previsto: el PAN, cerrado (Adriana lleva la bendición de Calderón), ahora, el PRI también cerrado, con el juego temerario de Ubaldo Velasco a favor de Mariano.

Entonces , ¿qué va a pasar con el PAC?

1.- Creo que lo más lógico es que se la van a jugar con Perla López Loyo, si es que esta no recibe la instrucción de declinar a favor de Adriana. Conste que hace algunos señoríos ya habíamos percibido la intención de Ortiz, de legitimar a Adriana por orden de Calderón. Ahora bien, que Adriana sea la candidata del PAN en las circunstancias que lo habrá de conseguir, no le significa una clara ventaja para ganar en las urnas, como la que tendría si contase con la aceptación del orticismo.

2.- Según nuestras fuentes, cada líder que encabeza a los grupos del orticismo, lleva meses de reafirmar el pacto con sus seguidores, esperando la orden superior para encauzar su fuerza hacia el proyecto con el que se la van a jugar.

3.- El gobernador Ortiz no había tenido que demostrar sumisión ante el Presidente, teniendo como testigos a sus múltiples seguidores y, como esa exhibición le fue inevitable en la visita de anteayer, ha tenido que surgir un nuevo personaje, renuente a ceder la plaza a un proyecto panista excluyente y por lo tanto, con escasas posibilidades de triunfo en las urnas.

4.- Ese personaje responde al nombre de Guadalupe Lozano Tovar, cuya influencia en las decisiones de Ortiz, primero lo inclinó por apoyar a Perla López Loyo, luego lo tomó del brazo y lo obligó a erguirse tras la depresión que le causó su impotencia para dar la batalla a Calderón.

En Lozano Tovar y su enorme red parecen descansar  de ahora en adelante, los intereses del orticismo. El gobernador no sólo enfrenta la inconveniencia de una lucha estéril contra el impulsor del “aiga sido como aiga sido”, también tiene que mostrar su impotencia ante los muchos años que lo agobian, tanto como el sobrepeso del que no se puede librar.

“Lupita”
es la verdadera inventora de Perla, el ama de llaves que la acogió calurosamente allá en los inicios de su nueva vida a lado del entonces rector y luego alcalde de Tlaxcala.

Y aunque el machismo de Ortiz le ha impedido aceptar el crecimiento político de su consorte, ese exceso de años al que referimos aquí arribita, es el factor frente al cual poco puede hacer.

Así que ya sabemos que la elección del cuatro de julio asegura una gran participación de género. Nada más que una, Guadalupe Lozano, digamos que eleva su participación al papel de poder tras el trono, de manos jaladoras de cuerdas a títeres como Perla, dispuestas a permitirlo, o, incapaces de ver otro horizonte.

Digamos que este es el verdadero relevo generacional. Y su reto inicial es remontar la desventaja que les significó la injerencia a la ligera del presidente Calderón en una plaza que su partido tenía ganada, pero en franco riesgo de perderla.