No es que hayan hecho el ridículo ante el respetable, pero muchos se dieron cuenta de los lados flacos que los perjudican

(etlaxcala) Adolfo Escobar Jardinez Rey Chocolate, Caricatura Tlaxcala Online

En un conocido restaurante en Atlahapa, propiedad del alcalde de Tlaxcala, Adolfo Escobar Jardínez, la estrecha comunidad de adolfistas cantaban el rey, de José Alfredo Jiménez, a quien de esta manera concluía la eufórica jornada en la cual organizó un aparatoso informe de gobierno municipal.

Muy alegres, el panista y su séquito intercambiaban lisonjas, bajo el manto simulatorio de unos que se sienten muy del blanquiazul y otros que en condiciones semejantes, como Víctor Briones Loranca, ponían a modo a un perredismo escaso, pero imaginado como la gran alianza por medio de la cual el alcalde de reflejos relajados, confirmaba el importante trecho entre sus sueños de contender por la gubernatura y la fuerza real que le asiste.

El de la alberca olímpica de primer mundo –en una realidad paralela-, el otrora poderoso secretario de gobierno de un orticismo que lo llevó a niveles impensados, el operador político incumplido con los que lo llevaron a gobernar, con el gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle, con su ex jefe Héctor Ortiz, en fin, un híbrido de la política tlaxcalteca, animado por ese mutuo aplauso de un grupo que, a lo mejor por el frío, se hace chiquito.

Nunca las comparaciones serán buenas. Mas sería sano que Escobar se pusiera los pies en la tierra, ante proyectos como el de la senadora Adriana Dávila Fernández, también con sus asegunes pero por lo menos con trescientos operadores políticos a la cuenta de seis tesorerías municipales.

Adolfo encabeza a ese grupo de ilusionados con llegar alto. Pero nada más ilusionados.

Gelacio Montiel

Por ahí anda también Gelacio Montiel, el comodín del pseudo perredismo que llevó al amarillo y a su virtual candidata, la senadora Lorena Cuéllar Cisneros, a un incómodo escenario, que hizo crisis ahora con la estadía del líder nacional Agustín Basave Benítez, en su reciente informe de actividades.

Montiel y su eterno sueño de llegar al gobierno. Bueno, el tiempo le hizo más difícil ese empeño. Entonces lo aprovecha para hacer relaciones públicas y encontrar chambas, si para su hijo, a quien le aseguró una candidatura al Congreso. ¿Trabajar por el PRD? Por principio de cuentas, ¿cuál es el concepto que Gelacio tiene de trabajo?

Federico Barbosa

Ha de ser feo que la hija priísta te niegue porque tus mejores años de operador seguro se fueron al asilo. Y luego te inclines por el Movimiento Ciudadano, bajo la seguridad de contar con hartos seguidores priístas, todos ellos dispuestos a negar a quien sea con tal de permanecer a lado de Federico Barbosa Gutiérrez.

Tuvo su éxito, pero hace muchos años.

Hoy podría darse la oportunidad de envejecer con dignidad.

Minerva Hernández

Y su chuchismo que le metió en la cabeza la idea de hacerse panista y lograr esa alianza para echar al PRI a patadas de palacio.

Ya saben como actúa Chucho Ortega. Pero la manera en que hala las cuerdas de la marioneta otrora secretaria de Finanzas con Alfonso Sánchez Anaya, me parece que puede estar reavivando aquella errónea alianza con una Adriana Dávila, inmadura pero soberbia.

A lo mejor si entonces Adriana dimite por Minerva otro gallo les hubiese cantado. Mas se inclinaron por lo que hicieron y hoy viven las consecuencias.

La panista perredista de Texoloc lleva en la cabeza un asunto contranatura de ideas. Y así se acerca al fuego de las críticas sobre aquellos que aspiran. Creo que anda un poco mal.

Aparece el peine en el PRI

Nos dicen que fue Ricardo García Portilla, quien destapó el escandaloso error básico de Marco Antonio Mena Rodríguez, y su escasa militancia en el PRI, para bajar al ex funcionario del desaparecido IFE.

Lo cierto es que los muchachos del señor manchis perdieron una postura medianamente correcta y se animaron a intercambiar candela.

Raro, verdad, Mariano los inventó y también los ha llevado a la arena de los fregadazos. Con ellos se extingue la posibilidad de dar continuidad a esa especie de doctrina muy al estilo de los hacendados, resentidos con el reparto agrario y dispuestos a construir cuantos Valquíricos se pueda en un estado donde hoy los campesinos pasaron de ejidatarios a peones.

Hay que ver las estrategias de Anabell Ávalos Zempoalteca y de Noé Rodríguez Roldán, ambos con proyectos abiertamente opuestos al de Mariano González, pero con la intención de abrir brecha entre los militantes de su partido, y no con la estructura de gobierno, francamente chocada de participar en política porque ahorita es tiempo de gastar el aguinaldo, bueno lo poco que les dejó su patrón (le gusta meterle mano a las nóminas).

Aquí lo interesante es que, aseguran que por alguno de los dos citados, de plano ya se dio la cargada de munícipes y diputados, nada más que no quieren que se sepa, porque el señor manchis los puede aporrear.