El libro El Rey del Cash de la periodista Elena Chávez ha generado polémica.

 

 

La oposición ha respaldado a la periodista Elena Chávez y hasta presentará denuncias para que se investiguen los presuntos moches y operaciones en efectivo del círculo cercano al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mismos que son relatados en ese libro.

 

Los simpatizantes y políticos afines a López Obrador han exigido, por su parte, pruebas fehacientes de la supuesta entrega del dinero para financiar el movimiento que por más de una década encabezó el tabasqueño para llegar a la presidencia de la República.

 

En un capítulo del libro aparecen dos personajes que no son ajenos a la vida política del estado, pues se trata de la actual diputada federal por Morena, Dulce María Silva Hernández y su marido César Yáñez Centeno Cabrera que se desempeña como Subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación.

 

Ambos son involucrados en supuestas operaciones ilegales para recaudar fondos que serían utilizados para financiar las actividades de AMLO rumbo a la presidencia de México.

 

En el capítulo Vocero, recaudador, prestanombres, dedicado a César Yáñez, su ex pareja que es la autora del libro, le atribuye el “pase de charola” a empresarios de Puebla, a través de su nueva esposa Dulce Silva, quien supuestamente pidió 50 millones de pesos para apoyar la campaña de López Obrador en 2018, con la promesa de contratos gubernamentales, según el testimonio de un empresario poblano.

 

“Nunca esperaba escuchar lo que me confesó”, dice la autora. “Me va a sentar con el candidato a Baja California (creían que sería un hombre) para ver unos negocitos por allá, está en deuda con los empresarios poblanos y ya estamos viendo lo del pago”, me soltó. ¿Deuda?, pensé de inmediato. Mi instinto reporteril despertó del sueño en que estaba y lo animé a seguir contándome. “¿Pues qué te debe?”, le pregunté mientras bebía un poco de jugo de frutas. “Les dimos 50 millones de pesos en efectivo para la campaña de López Obrador.” Casi me ahogo por la revelación. “¿César les pidió 50 millones de pesos?” “Él directamente no, todo fue a través de la señora con la que se casó (Dulce María Silva Hernández). Ella nos reunió para pedirnos en su nombre el apoyo económico a cambio de contratos en cuanto ganaran la presidencia; ya ganaron, ya llevan más de un año y estamos viendo que se nos dé el pago.” “No, bueno, dudo que les cumplan —le dije—, los conozco y sé muy bien cómo actúan, nunca cumplen sus promesas”, señala el texto.

 

Inmediatamente, el empresario poblano menciona que si no era con el gobernador que ganaría Baja California, quien les pagaría sería la propia esposa de César, quien en ese momento estaba compitiendo en las candidaturas internas del partido para elegir al abanderado de Morena al gobierno de Tlaxcala, de donde es originaria.

 

“No va a ganar, la candidata será Lorena Cuéllar, le advertí, explicándole que Cuéllar era la superdelegada del presidente y contaba con su apoyo para ser elegida, además de tener experiencia, pues ya había sido presidenta municipal y legisladora del PRI.

 

“Ya veremos, los empresarios sabemos ser pacientes, pero de que cobramos, cobramos”, me respondió, guiñandome un ojo y brindando, él con su copa de vino y yo con mi jugo de frutas. De esta conversación tengo un audio como prueba, según se puede leer en el mencionado libro.

 

El nombre del empresario no ha sido revelado, pero lo que sí llama la atención es que la diputada federal si hubiera obtenido el recurso solicitado y que ahora sea ella la que en su momento deberá liquidar esa deuda.

 

Y quizá eso explicaría el gran derroche de recursos económicos que hizo Dulce Silva en muy pocos meses para tratar de posicionarse en el proceso interno de Morena en busca de la candidatura al gobierno de Tlaxcala y los que se utilizaron para financiar campañas negras contra Lorena Cuéllar como superdelegada de Bienestar, luego como aspirante a la nominación de su partido y más tarde como gobernadora electa y en funciones.

 

El tráfico de influencias para liberar a Dulce Silva

 

El libro El Rey del Cash, de la periodista Elena Chávez, señala al ex gobernador de Puebla y actual director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, como artífice del fraude electoral de 1988, así como operador financiero y de relaciones “perversas” del presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

La publicación describe al ex priista y ahora morenista como un personaje con más colmillo político que López Obrador, pues asevera que vio en el presidente la posibilidad de perpetuarse en el poder político y económico.

 

La autora refiere que desde 2006 Bartlett pidió a los militantes del PRI dar el “voto útil” al fundador de Morena, con lo cual tuvo las puertas abiertas, a pesar de que durante la primera campaña presidencial del tabasqueño le fueron cerradas por su “oscuro pasado”, al igual que a la ex líder sindical de maestros, Elba Esther Gordillo Morales.

 

“De la noche a la mañana, Bartlett pasó a ser imprescindible para AMLO, y aun antes de ganar la elección de 2018 ya le había prometido la titularidad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que tan buenos dividendos le está dejando al poblano, a su pareja sentimental, a su hijo y socios”, señala el polémico libro.

 

Incluso menciona que esa amistad causaba molestia en César Yáñez Centeno, uno de los hombres más cercanos a López Obrador y ex esposo de la periodista, pues el político poblano era símbolo de “agravio histórico” para las personas de izquierda que habían apoyado al tabasqueño.

 

La autora asegura que al final Yáñez Centeno perdonó “los pecados” de Bartlett Díaz a cambio de tráfico de influencias para sacar de la cárcel a Dulce María Silva Hernández, con quien se casó en septiembre de 2018 en la capital poblana y había sido acusada de despojo en perjuicio de un grupo de personas de la tercera edad en la zona de Angelópolis.

 

Grave lo que se dice de la impoluta diputada federal Dulce Silva, o no.

 

Dudo que ella tenga el mismo escudo protector que presume López Obrador y que según el presidente es su honestidad, por lo que habrá que ver qué pasa después de tales revelaciones.

 

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