Una violación de una menor de edad al interior del plantel 16 del Colegio de Bachilleres de Tlaxcala, con sede en el municipio de Teolocholco, habría ocurrido el martes, hecho tan grave que al parecer todas las autoridades tanto de ese subsistema educativo, como municipales y de la Procuraduría General de Justicia del Estado buscan ocultar.

 

 

La menor de 14 años de edad y alumna de grupo 113 del turno matutino fue abandonada a su suerte por la directora de ese plantel, Julianne González Montiel, que poco le importó que una adolecente mujer hubiera sido atacada sexualmente al interior del plantel, actitud que replicó sin ningún problema el nefasto y hambreado director general del Colegio de Bachilleres del Estado de Tlaxcala y Telebachilleratos Comunitarios (Cobat), Darwin Pérez y Pérez.

 

Hasta ayer, la mamá y los familiares de la menor estaban desesperados porque fueron abandonados a su suerte y nadie les quería dar la cara para que el hecho no sólo se investigara para castigar a los probables responsables de ese grave delito, sino que también se iniciaran los procedimientos administrativos contra las autoridades del plantel y del Cobat que lejos de ayudar han hecho lo posible por ocultar esa presunta violación.

 

Hay evidencias de que el delito sí se cometió y que la escena habría sido alterada, situación que de ser cierta tendrá que aplicarse la ley a las autoridades que lo permitieron porque estarían siendo cómplices.

 

Al servicio de emergencia del 911 se solicitó el pasado 10 de octubre la presencia de una ambulancia en la calle 21 De Marzo esquina María La Valle Urbina de la Sección Segunda de Teolocholco para atender a una estudiante que se localizaba al interior del plantel 16 del Cobat.

 

Es así como la paramédico Brianda Jaqueline Rojas Cosme a bordo de la ambulancia Tlax-664 de la Cruz Roja delegación Chiautempan se trasladaba después de las 17 horas para atender la emergencia de una descompensación de diabetes y deshidratación, sin embargo antes de llegar al lugar fue interceptada por la unidad oficial de seguridad del municipio de Teolocholco número MT-11 al mando del oficial Raúl Hernández Martínez, quien le solicita el apoyo para valoración de una paciente del sexo femenino de 14 años que sufrió una agresión sexual (violación) al interior del Cobat número 16.

 

Hasta ahí llegó la información, porque después de eso no se volvió a reportar nada ni a saber otro detalle del caso.

 

Lo único que trascendió es que la alumna afectada se repuso y que fue abandonada a su suerte, porque nadie le ha hecho caso o brindado ayuda.

 

No se sabe si fue agredida por alumnos o por personal masculino del Cobat 16. Nadie ha explicado por qué la policía municipal entró al plantel y retiró a la víctima de un presunto delito.

 

Por qué nadie resguardo la escena donde se localizaba la menor y por qué la Procuraduría General de Justicia del Estado permitió esas graves faltas que pueden ser claves para castigar a los responsables de ese presunto delito.

 

Hay muchas preguntas y muy pocas respuestas. La actuación de las autoridades del Cobat, del ayuntamiento y de la policía de Teolocholco, así como de la PGJE es a todas luces reprobable.

 

Nunca antes en la historia del Colegio de Bachilleres del Estado de Tlaxcala se habían registrado hechos tan graves y lamentables como los que se han presentado en los últimos días. Una presunta violación en la sede del Cobat de Teolocholco y la presencia de un estudiante con una pistola y un puñal en el plantel de Nativitas.

 

A Darwin Pérez le quedó muy grande la silla. Su ambición por los recursos públicos y su enorme necesidad de beneficiar amigos y familiares con cargos en la estructura del Cobat lo ha cegado al grado que no hace bien su trabajo. Por dignidad ese funcionario lorenista debería renunciar antes de que ocurra otra desgracia en ese subsistema educativo.

 

La actual administración se comprometió a cuidar y a vigilar que las mujeres víctimas de violencia no fueran abandonadas, pues se les garantizó que recibirían un trato diferente al de otros gobiernos a fin de procurar la justicia, sin embargo este ofrecimiento ha quedado hasta ahora en palabras porque la alumna del Cobat que habría sido violada fue abandonada y al parecer se está haciendo todo lo posible porque su caso pase desapercibido.

 

No dudo que este grave asunto haya sido ocultado a la gobernadora Lorena Cuéllar como otros más que han pasado como el suicidio de un reo del penal de Apizaco, porque estoy seguro que si tuviera conocimiento de lo que pasó ya hubiera intervenido y girado las instrucciones necesarias no sólo para brindar toda la ayuda a la adolecente y a su familia, sino que también ya le hubiera exigido a la procuradora Ernestina Carro Roldán una detallada investigación para castigar a los responsables de caso ,sí es que realmente se comprueba que se cometió una violación al interior de un plantel del Cobat.

 

No estamos hablando de un asunto común o sin importancia como al parecer lo que pretende minimizar la directora de ese plantel Julianne González o el director general del Cobat Darwin Pérez, porque si se confirma es escándalo será mayúsculo y más si en el delito de violación salen involucrados otros estudiantes.

 

Al tiempo.

 

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