Pocos detalles han trascendido del paquete económico que contiene las Iniciativas de Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal 2022 por el orden de los 22 mil 620 millones 419 mil 241 pesos, de ahí que en los próximos días se conocerán cuáles serán los rubros prioritarios y las dependencias que dispondrán más fondos.
Un asunto que desde ahora destaca y que podría marcar la relación entre los actuales diputados locales y la gobernadora de Tlaxcala Lorena Cuéllar Cisneros es la desaparición del fondo de infraestructura para los municipios, ya que la mandataria cumplió su palabra y canceló esa bolsa creada por la anterior legislatura que a lo largo de últimos tres años les permitió a los representantes populares disponer, manejar y asignar casi mil 500 millones de pesos a los 60 ayuntamientos de la entidad.
Por el monto que se pretende asignar al Congreso del Estado que dispondrá 373 millones 294 mil pesos, los diputados locales mantendrán el siguiente año sus privilegios y sus jugosas partidas económicas que les garantiza ingresos mensuales por el orden de los 300 mil pesos a cada uno.
El Poder Judicial que dispone de más trabajadores e infraestructura que el Poder Legislativo manejará 391 millones 835 mil pesos y el Ejecutivo tendrá la posibilidad de gastar 17 mil 307 millones de pesos.
Para los 60 ayuntamientos de la entidad se considera una partida de 4 mil 163 millones de pesos, la cual no incluye los 500 millones de pesos que venían manejando los diputados locales para etiquetar obras a través del “fondo moches” como popularmente se le conoce a esa bolsa de recursos.
Si los diputados tlaxcaltecas se abstendrán de meterle la mano al Presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal 2022 sólo ellos lo saben, aunque hay un grupo de legisladores que no sólo está dispuesto a revisar con lupa las partidas de las dependencia estatales y llevar a cabo recortes para crear el fondo de infraestructura para los municipios, sino que también pretende poner restricciones a los recursos que discrecionalmente maneja el Poder Ejecutivo.
Se dice que hay diputados como el oportunista verde ecologista Jaciel González Herrera que no sólo pidió a los alcaldes de su distrito los proyectos de sus obras, sino que también ya les “recomendó” la empresa constructora que se hará cargo de los trabajos y hasta habría establecido el monto que se le entregaría por su generosa intervención. Una postura similar, pero con más discreción y elegancia, es la que llevaría el delicado neo petista Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, quien es el principal promotor para que los legisladores se rebelen a la actual mandataria.
El tema del llamado “fondo moches” es un asunto delicado y espinoso que el presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso del Estado y el coordinador del grupo parlamentario de Morena (8 legisladores), Rubén Terán Águila, sabe que será difícil y complicado contener porque ayer mismo reconoció que su partido no tiene mayoría y dejó entrever que sus aliados como el PT (4 legisladores), el Verde Ecologista (2 legisladores) y Nueva Alianza (2 legisladores) podrían romper la débil alianza legislativa que sostienen desde principios de septiembre.
La gobernadora Lorena Cuéllar espera el respaldo de los legisladores que ella ayudó a llegar al Congreso del Estado, de ahí que está confiada en lograr sin cambios la aprobación del Presupuesto de Egresos del 2022, sin embargo habrá que esperar si realmente se da ese apoyo o se registra una ruptura por el mencionado fondo, sobre todo porque como ya se lo mencioné hay varios diputados que si quieren mantener esa bolsa.
La relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo es hasta ahora cordial y de respeto, incluso de cierta sumisión de los diputados tlaxcaltecas hacia la mandataria estatal que ha logrado la aprobación de nombramientos y algunas iniciativas, no obstante ese escenario podría cambiar en las próximas semanas.
Lo interesante será ver si la gobernadora Lorena Cuéllar y su secretario de Finanzas, David Álvarez Ochoa, mejor conocido como “El Clavillazo”, logran doblar a los diputados y terminan por someterlos a su órbita de influencia.
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